⚠️Cp 6.Un problemático reencuentro⚠️

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Tras la distracción de Damaris, Blu aprovechó para dirigirse nuevamente al territorio de la tribu, empleando las nuevas habilidades que aprendió de la águila

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Tras la distracción de Damaris, Blu aprovechó para dirigirse nuevamente al territorio de la tribu, empleando las nuevas habilidades que aprendió de la águila. Descendió y atravesó sin mucho problema la densa maleza que rodeaba el oasis. Los dulces rayos solares golpearon su cara al entrar nuevamente a aquel hermoso lugar.

Solo para encontrarse con un caos total. Un sinfín de guacamayas volaba de un lado a otro, algunas solo por puro pánico, otras transportaban suministros y algunas guiaban a aves jóvenes. El vuelo se complicó un poco al principio, pues había un gran tráfico debido a la gran cantidad de guacamayas moviéndose aleatoriamente, pero después de haberse relajado un poco ante aquella vista tan extraña, comenzó a volar más fluidamente, esquivando y maniobrando para abrirse paso.

Blu paró en medio del oasis, posado en un solo punto, mirando a todos lados tratando de divisar a Perla o sus amigos en medio del caos de guacamayas volando en pánico. Pero una voz ronca muy familiar llamándolo se hizo presente a sus espaldas.

¡Finalmente apareces, eh! ¿Dónde demonios te habías metido?— Blu volteó encontrándose cara a cara con su suegro, que no lo recibió de la mejor manera —Edua... digo, ¡Señor! Yo... yo vera...— comenzó a tartamudear nerviosamente el joven macho ante la intimidante presentación del ave mayor.

¡Sabes que ni tengo tiempo para escuchar tus excusas! ¡Nunca estás cuando realmente importas!— recriminó el anciano frunciendo el ceño, mirando a su yerno, que no era capaz ni de verlo a los ojos —¿¡Sabes cuán preocupada estaba mi hija por tu estúpido trasero emplumado!?

Yo... bueno...— intentó hablar Blu, pero fue interrumpido por el mayor —No quiero escuchar tus patéticas palabras. ¡Hay cosas más importantes que hacer! ¡Sígueme al refugio!— exclamó Eduardo antes de guiar a base de empujones bruscos a Blu hacia algún lugar.

¿Refugio? ¿Qué está pasando?— preguntó Blu, apartándose del camino antes de seguir al anciano, que le respondió de una manera no muy amable — No hay tiempo para explicaciones. ¡Solo cállate y apúrate!

Y sin nada más que hablar, Blu se limitó a guardar silencio mientras seguía de cerca a Eduardo, que lo guió hacia un acantilado donde un robusto y antiguo árbol se aferraba tenazmente a la roca, sus raíces extendiéndose como dedos firmes que buscaban asidero entre las grietas. Este árbol, quizás una ceiba o un algarrobo, había adaptado su crecimiento para sobrevivir en tan inhóspito terreno. Sus ramas gruesas y retorcidas se extendían sobre el borde del precipicio, proyectando una sombra protectora sobre el abismo.

Blu observó con asombro la vista de tan majestuoso árbol que casi parecía sacado de la ficción, pero era real y estaba ante sus ojos. A medida que volaba hacia él cada vez más cerca, el guacamayo mayor descendió volando más cerca del tronco del árbol donde se hallaba un gran agujero en este.

El tronco del árbol era ancho y hueco, con una gran cavidad natural que se había formado a lo largo de los años. Esta cavidad, escondida de la vista casual y accesible solo a través de una abertura bien oculta entre las hojas densas y el follaje, servía como un refugio seguro para las guacamayas. Cuando los depredadores se acercaban, las guacamayas volaban rápidamente hacia este escondite, desapareciendo en el interior del árbol como si fueran parte del mismo.

Entre Garras Y Alas ||Rio 2|| Fanfic ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora