𝓑𝓵𝓪𝓬𝓴 𝓢𝔀𝓪𝓷 || 𝕷𝖚𝖈𝖊𝖒𝖔𝖓𝖉

Donde hubo fuego...

- Pensé que irías- ante la voz familiar decidí quedarme en silencio, mientras mis pies se meneaban bajo el cristalino oleaje de la orilla del mar.

- No quiero ver a nadie...- murmure mientras observaba como Rhaenys se detenía a mi lado.

- Nisiquiera a tu prima que se casara hoy?- frunci un poco mi ceño y observe su vestido rojo, lo más seguro es que ella ya vaya a la gran ceremonia.

- Lo más seguro es que todos estén muy ansiosos por tu segunda aparición en la sociedad- bufe burlón ante aquella afirmación.

- Nadie esta interesado en alguien como yo.. -
- No digas eso Luke, dejaste a todos impresionados con tu actuación - la abuela Rhaenys intento animarme acariciando mis rizos, pero no funciono. Desde hace meses no me sentía como yo mismo, era como si una parte de mi haya desaparecido, como si alguien la hubiera tomado y la haya hecho pedazos.

- Yo cuidare al abuelo, puedes irte tranquila..- murmure algo agotado mientras me ponía de pie.

La mujer fruncio un poco su rostro, sintiendo pena por el cachorro, lo tomó de las manos con intencion de reconfortar lo.

- Lucerys todos estamos muy preocupados por ti, sabes que puedes confiar en nosotros y si necesitas hablar estamos para ti- entrecerre mi mirada al sentir como su mano acariciaba mi mejilla. Mostre un leve sonrisa y luego de depositar un beso en mi frente la abuela se fue. Al volver a sentarme sobre la arena, pude sentir como el agua volvía a arropar mis pies, baje mi mirada y observe mi apariencia desalineada y la oscuridad debajo de mi ojos reflejado en el mar cristalino de Driftmark.

Intente refugiarme en el silencio pero solo fue peor, los recuerdos de aquel día solo regresaban y me hacian reflexionar. Mi madre intento ayudarme pero la rechace por completo,pensé que podía hacerlo solo, pero estaba tan equivocado. El odio y la traición comenzó a consumir me de una manera tan destructiva. Mordí mi labio inferior para evitar llorar nuevamente, este sentimiento de impotencia y estupidez comenzaba a ocupar mis pensamientos día y noche.

- ¡¡Ja!!..¡¡jajaja!!...¡¡Jajajajajaja!!- las carcajadas del príncipe se escuchaban hasta el castillo y los sirvientes desde el balcón solo podían mirar con confusión aquella escena, donde el joven reía sin razón aparente.

   Los rumores de que el príncipe Lucerys se estaba volviendo loco, comenzaron a esparcirse desde Driftmark hasta Desembarco del Rey, donde los nobles de la capital hablaban de que podría estar sucediendo le.

- Escuche que el no vendra- la voz de la mano del rey interrumpio el silencio del balcón. Observando como los invitados comenzaron a llegar, aprecie a la familia de mi hermana Rhaenyra, donde parecía faltarle uno de sus cachorros.

- Eso es bueno..-respondí mientras terminaba el vino de mi copa. El abuelo se detuvo a mi lado y ambos nos miramos por unos segundos en silencio.
- Aun no me has contado que hiciste- ante la intriga del mayor mostre una leve sonrisa.

- No es de tu incumbencia - no era tan estúpido para decirle lo que hice, aparte de Aegon, quien más podría saberlo?, solo eramos yo y Lucerys los que sabíamos que pasó ese día y el muy cobarde nisiquiera es capaz de mostrar su cara.

-Bueno..lo importante es que el no será un estorbo en nuestro planes- mientras hablaba Otto Hightower fruncio un poco su ceño con desagrado, pero decidió que quizas lo mejor era no saberlo, lo importante era el resultado que había conseguido Aemond.

- y por lo visto lo que hiciste ha funcionado, he recibido noticias de Driftmark, dicen que el joven Velaryon ha enloquecido hasta el punto de hablarle al mar- alce un ceja con confusión y eso que tiene de loco? Lucerys siempre ha sido así. Porque me sentía tan decepcionado, porque esperaba algo más que eso?, de cierta forma deseaba a que Lucerys suplicara por mi, por más de mi.