09 de enero.
Sintió el movimiento en la cabaña de sus abuelos. Su cama queda pegada a la ventana, corrió la cortina para ver que ni siquiera amnesia, Podía escuchar a su padre por el pasillo hablando fuerte, casi gruñendo, algo malo había pasado, lo podía sentir en el aire.
Se vistió aprisa pensando que estaban en peligro, pero estaban todos reunidos en la sala Taro, sus abuelos, Ryu hasta la pequeña Anzu los acompañaba.
—¿Qué sucede?— Pregunto cuando los vio reunidos mirando el televisor y los noticiarios.
—Intento hablar con tu tío Haku o Daiki, solo mira la noticias— Respondió preocupado su padre.
—Ven aquí cariño— Lo llamo su abuela para que se sentara a su lado— Hubo un accidente, la represa que queda en los valles colapso y arrasó con algunas reservas de clanes de licántropos y otros seres, tu tío Katashi está ayudando volando en el helicóptero junto con Adolfus y Marcus. Era como si un trozo de hilo lo recorriera por dentro, miro con atención cada información que salía.
—Prepararé café, y prenderé la chimenea— Dijo poniéndose de pie, saliendo hacia la leñera exterior, sacando troncos para llevar hacia el interior de la cabaña.
Prendió la chimenea escuchando atento a cada información que daban.
El sonido del teléfono de su padre lo hizo girar para mirarlo asustado.
—Si habla con Taro Kimura— Dijo caminado hacia sus padres para que también pudieran escuchar— Si tendré a mi equipo reunido lo antes posible.
Dejo su teléfono guardado mirando la cara de preocupación de todos, iba a hablar, pero su teléfono volvió a sonar.
—Es Haku— Dijo poniendo el teléfono en altavoz pasándoselo a su madre, para que se tranquilizara.
—Hable con Katashi él está bien sobrevolando el valle para encontrar sobrevivientes, Daiki también fue llamado para prestar primeros auxilios, también me llamaron para prestar ayuda junto a un equipo de la guardia de palacio— Hablaba Haku dando toda la información que podía.
—¿Marcus y Adolfus?— Taro también estaba preocupado por sus amigos.
—Ellos están bien, ayudando a Katashi juntos con los helicópteros, llevando a los heridos más graves a los hospitales más cercanos.
—Me acaban de llamar para rastrear la zona, así que lo más probable es que nos veamos haya— Le contó Taro a través del teléfono a su hermano.
—Tengo un problema... Fay está enfermo y necesitó que lo cuiden.
—Nosotros iremos por él, si papá no nos necesita— Ryu fue el primero en ofrecerse.
—Lo haremos así, nos iremos enseguida, Koji sé irá conmigo y Ryu irá por Fay, llamaré al Clan Mckean para que vigile la cabaña de los abuelos.
Todos se levantaron intentando ayudar de alguna forma a los que partían, no era primera vez que los llamaban de forma urgente, pero sus abuelos no se acostumbraban a la partida tan abrupta de sus hijos, menos de sus nietos.
—Taro, llama y cuídate y cuida a mis sobrinos— Pedía asustada la pequeña Anzu aferrada a su hermano mayor.
—Lo haré, Padres— Hablo Taro subiendo al carro juntos con sus hijos.
—Regresen es una orden Taro Kimura— Pedía su madre despidiéndose— No te atrevas a desobedecerme.
Ryu tuvo que separarse de Koji y su padre en medio de la carretera a una hora de la ciudad, pero ya lo esperaban para llevarlo donde Fay.
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Marcus y Koji
FantasyPara las personas a las qué le gustas las historias de fantasía románticas y llorar pero con un final feliz Este es el cuarto libro de la saga