Se alejaba en su carro lejos de la música y de cualquier sonido que lo pudiera delatar, pero su estómago en llamas se retorcía de la ira pensando que Koji podría estar con Samuel, su corazón acelerado le suplicaba encontrarlo, recordado una y otra vez el beso de Koji que tanto odiaba.
Se aparcó en el edificio donde se disfrutaba de una gran noche de terror.
Marcus intentaba calmarse pasando sus manos por su cabello rebelde, haciendo grandes esfuerzo para calmar su respiración.
—Si estás en el departamento de Kendra podría llevar unas cervezas para compartir— Hablo Marcus por teléfono con Taro.
—Estamos viendo unas películas, si estás cerca solo sube.
Respiraba rápido y profundo, intentaba arreglar su cabello y no verse molesto, actuar de forma normal.
—Koji ve abrir, debe ser Marcus— Le ordeno su padre, pero Koji lo podía reconocer solo por su aroma.
—Adelante— Lo invitaba a entrar, pero lo jalaron con violencia, hacia fuera.
—¿Con quién estás?— Su mirada se clavó en el rostro de Koji.
—Con mi padre Kendra, mi padre y Edmon... ¿Qué sucede contigo, no puedo estar con mi familia viendo una película tranquila?— Sabía perfectamente por qué Marcus estaba ahí, solo fingía no saberlo— Si lo dudas puedes entrar y averiguarlo por tú mismo.
Se escuchó el fuerte grito asustado de Kendra y la risa de Edmon.
—Mañana te gustaría salir conmigo— Esperaba que su respuesta fuera favorable para él.
—Estaré ocupado todo el día— Se negaba a ir, mañana se había comprometido, acompañará a Kendra
—¿Que haces tanto, que no tienes tiempo para mí?— Lo regañaba, tomaba el plomo de la puerta para cerrarla y quedar ellos solos en el pasillo.
—¿Por qué tendría qué tener tiempo para ti? ¿Tú has tenido tiempo para mí?— Contesto frunciendo sus cejas— Marcus aún estoy enojado y no sé si el tiempo me ayude a perdonarte.
—No te muevas, tienes algo en el cuello— Pareció preocupado, como si algo malo fuera a suceder.
Koji se quedó quieto, la mano de Marcus toco cuello aproximándose lento como si estuviera a punto de ser mordido por alguna araña, el licántropo apretó su cuello por la nuca con rapidez y con su mano izquierda alcanzo la mano de Koji pegándolo contra la puerta, apretaba con fuerza cuando Koji empezaba a forcejear para que lo soltara.
—Hay un lazo— Murmuro en el oído— Y por más que luches, ese lazo nos unirá, deja de luchar, no es insista— Dio una lenta mordida donde dejo sus colmillos marcados y dejo libre a Koji, que lo miraba serio sin ninguna expresión en su rostro y avanzo para marcharse.
Nunca imagino que su casa le molestara tanto al ver la solitaria, le parecía más grande de lo habitual, hace pocas horas, vio a Koji, pero quería tenerlo en su casa llenando cada rincón de su hogar, ordenaba y limpiaba ponía su ropa a lavar y se dio un baño, añoraba a Koji inquieto y sin ganas de dormir se acostó, las luces de su teléfono alumbraron su dormitorio no quería verlo, pero extendió su mano para tomarlo y ver el mensaje de Koji.
Mensaje de Koji: ¿Y si nunca te perdono? Y ¿si nunca dejo de estar molesto?
Mensajes de Marcus: Tienes todo el derecho de estar enojado, pero te amo Koji yo recuerdo cada parte de tu cuerpo una y otra vez, no me detendré.
22 de septiembre.
Se había hecho el hábito de acariciar su marca cuando nadie lo veía, era verdad la marca dejo un lazo que lo tiraba con fuerza hacia Marcus, pero su lobo lo tiraba al sentido contrario.
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Marcus y Koji
FantasíaPara las personas a las qué le gustas las historias de fantasía románticas y llorar pero con un final feliz Este es el cuarto libro de la saga