10: Wihlem

90 3 0
                                    

Es el último día de esta academia, institución, internado, o como le quieran decir. Siento una sensación rara, de falta de esperanza, o sentido de libertad. A ver, me han enseñado y corregido muchas cosas, a las cuales si no prestaba atención, no podía dormir. Hasta tarde, mejorar todo de mi. Charlas interminables, discursos que lo único que te enseñan es a ser cobarde y no luchar por tu propia libertad. Me obligaron a ir a la peluquería, dejar crecer mi cabello corto, hasta que quede el largo adecuado, pintarlo de un rubio pelirrojo. Arrojaron a la basura toda mi ropa anterior, esos buzos, musculosas, pantalones cargo, pijama, porque no es lo adecuado para un príncipe. Trajes doblados en la cama, camisas en las cuales me ahogo por lo apretadas que están, corbatas, saco tras saco, botas negras, y nada que involucre no estar formal. Aprendí, que no puedo defenderme, no tengo la postura para hacerla. No me puedo quejar, hacer algo mal, solo debo finjir sonrisas con las personas adecuadas, y no sobrepasar límites de impuntualidad, inmadurez, tener poca creatividad. A manejarme como un rey, horas de estudio de economía, ser un caballero, y ser agradable. No puedo rompe leyes, y todavía ni siquiera inventaras, solo debo leer discursos y finjir que tengo todo bajo control. Al principio me molestaba, me quejaba, pues, mi instinto de libertad seguía ardiendo en llamas sobre mi alma. Ahora, todo me vale mierda, ya no soy el mismo de antes, ya no me importa no tener el control de mi vida, porque ya poco me interesa vivirla. Soy un príncipe, y solo con las personas adecuadas, Wihlem, o Wille. No han anunciado nada de mi desde esa estúpida pelea, de mi antiguo yo. No he aparecido, las redes sociales arden. Ya me han hecho ver todo lo mal que hice, así que ni esperanza me sobra. Soy una piedra, soy quien debo ser, no importa si lo quiero. No hablé con nadie, y con Simon estoy cortante. Lo noto preocupado por mi, como si no me reconociera, me lo ha dicho, no sueno a Wille divertido cuando hablo, y es por la fría razón de que yo morí cuando me di cuenta de lo mierda que es la sociedad. Ya no hay un Wille, ahora soy la figura de Suecia. Un privilegio.
Se abren las puertas, veré a mis padres después de dos semanas intensas, verán a él Wihlem que deseaban. Já.
Camino firme, serio. Llevo puesto un traje. He ensayado toda la noche como debo actuar, ya me se de memoria.
Al verme caminar, se extrañan. Soy educado, estrecho manos, y sonrio sin mostrar mi estúpida sonrisa, la que antes amaba, solía mostrar, pero que ahora se que no es necesaria para nada.

- Hijo- me saluda mi madre- Que alegría verte. ¿Cómo te ha ido?

Respiro, tomo aire. Ansiedad se palpita en mi, pero la invado.

- Buenos días, madre. Que placer conversar contigo. Ha sido muy importante tener esta deseada oportunidad, para reafirmar este rol que tanto me motiva. Ideas nuevas, que ansío compartir contigo. Gracias por darme una nueva oportunidad, a la que llevaré siempre conmigo. - finalizo, saludando cordialmente a los demás.

Y, por primera vez, siento orgullo en su mirada.

- Así se habla, Wihlem. Sabía que te haría bien. - comenta, sonriendo.

Pasamos largo rato así, hasta que noto que mi bolsillo vibra. Simon. Me encantaría contestarle, pero los modales, van primero. Después le escribiré. No puedo volver a fallar a Suecia. Ya no.

Al entrar, se encuentra una mesa alargada, con varios miembros de la Corte, incluyendo a Jan Olof, y más. Me miran serios, pero puedo percibir asombro en sus ojos. La última vez que me vieron, o supieron algo de mi, fue cuando se me ocurrió la mala idea de ser yo mismo, con ese juego tan absurdo con presumir que era feliz. Y, si lo era, ahora solo pienso que esa no era el tipo de felicidad que me correspondía, ni me corresponderá nunca.
Me siento, formal, tal cual como practiqué. Se hablan nuevos proyectos, temas políticos, económicos, y serios. Todos se dirigen hacia mi, como Principe Heredero Wihlem, por lo cual, según todo lo aprendido, tengo que respetar ese nombrato. Repito, es un privilegio, un deber, un labor de verdad, no un castigo ni mucho menos.
Pasan las horas, hasta que vuelvo a mi habitación. Estoy exhausto, con deseos de dormir y no volver a abrir los ojos, de que ver todo negro sea mejor que ver que algo, es decir, todo, está incorrecto.
Suena mi teléfono. Videollamada de Simon. Me arreglo, porque antes tenía en claro sin dudas, que podía ser yo mismo, estar desarreglado y todas esas cosas extrañas. Pero, me han enseñado que tengo que mantener postura, por más confianza que posea con la otra persona. Atiendo al teléfono, y, como suponía, está con las chicas.

- Hola, Simon. - saludo un poco cortante, distanciado del ramo de flores con el que acostumbraba a hablar con el. Lo nota, y las chicas también, por lo cual me miran raro. - Hola, damas.

- Hola Wille, tanto tiempo sin hablar. ¿Cómo estás? - sonríe. - Queríamos hablar contigo, ya que re notamos un poco distante, con todos nosotros.

Revoleo los ojos, pero, al darme cuenta del acto de mala educación que mostré, pido disculpas, a lo que se extrañan.

- Lo siento, por no hablar tanto contigo últimamente. Los asuntos reales me necesitan, y estoy ocupado en eso. - sonrio sin dientes.

- ¿Porque sonríes así? - me preguntan, los tres al unísono.

- Es mi sonrisa. Siempre lo he hecho así. - respondo, teniendo en cuenta que no es verdad lo que digo.

- Antes lo hacías plenamente. Con dientes. - traga grueso- Antes no eras tan serio, tan inseguro. Te han lavado la cabeza. - sigue, a lo que está comenzando a fastidiarme.

- Simplemente soy como debe ser un Príncipe. ¿Está mal que sea educado? - pregunto, inconscientemente levantando la voz.

- ¡Simplemente se Wille! - grita, a lo que las chicas lo calman- Extraño a ese novio divertido, amable, gracioso, dueño de su propia libertad. Te extraño. - una lagrima sale por su mejilla.

- Es que ya no se como ser yo. - suelto, y todos se callan. -  Tu dices que me han lavado el cerebro, pero no lo siento así, lastima por defraudarte. Siento que siempre quieres que sea yo mismo, lo aprecio, realmente, pero si me conocieras tanto te darías cuenta de que no estoy bien, y, en vez de requiminarme me ayudarías. - finalizo, rojo.

- ¡¿Pero, como mierda quieres que me de cuenta de lo que te pasa si no me lo dices?! - grita.

- ¡Simon, ese es el puto problema! ¡No se decir lo que me pasa! ¡No se quien mierda soy, ni como sigo vivo! ¿Eso te basta? - grito mucho, temo a que me escuchan, pero es mi novio, no una corona ni un trono- Me intente suicidar, amor. Solo. Quiero. Morir. - soy un mar de lagrimas, me cuesta respirar. - Me han tirado toda la ropa, me han tirado mi libertad, y........

- Perdón. No tenía idea. - me interrumpe. - Wille. Te debo decir algo, no quiero que te enteres por alguien que no sea yo. Te amo, pero.....

La llamada se corta. Mierda. Y, todo por un estúpido desconocido que me envía un enlace. Soy un mar de lagrimas, me cuesta respirar, y más aún cuando veo a Simon en la portada. Está en Hillerska. El título me alarma.
El novio del príncipe juega con el. ¡Cuíden a Wihlem!
Me quedo helado, y destrozado.
Simon..... no puede ser real.
Simon....... no pudo haber dicho eso.
Mi secreto.
Mi vida, ha sido revelada.
Y todo por la persona que juré amar. Y todo por la persona la cual juró amarme. Y no delatarme.
Cuesta procesarlo. Nuestro primer beso, primera pelea, y todo lo que vivimos. Confíe en el. Y lo tiró todo por la borda.
Entro a las redes sociales.
Wihlem Memes.
Principe maricon.
Sabía que no estaba listo para remplazar a Eric.
Eric nunca hubiera actuado así.
EL NUNCA LO AMÓ.
POBRE PRINCIPE.

Tapas de diario.
De revistas.
Mi cara.
Mierda.
Estoy indignado, decepcionado, lastimado. ¿Cómo se odia a alguien que fue tu vida? ¿Cómo se odia a la única persona que te enseñó a vivir la vida? Como.....
¿Cómo mierda podría perdonarme, y perdonarlo?
Soy un estúpido. Un puto iluso. No grito, no debo, no vivo, porque no merezco hacerlo.
Tengo dolor, pero no resentimiento.
Solo......  incredibilidad.
Solo...... Un corazón que nunca podré sanar.

Me escribe, pero no le contesto. Solo.....
Solo soy un maldito solitario que cada vez tiene menos razones para seguir guardando aliento.

Young Royals fanfic 4tempDonde viven las historias. Descúbrelo ahora