La esposa del Profesor [NaruHina]

capítulo seis

«Tiene que ser una broma. Tiene que ser una broma. Tiene que ser una broma. Tiene que ser una broma. Tiene que ser una broma. Tiene que ser una broma»

Fue su pensamiento constante durante cada hora, cada minuto y cada segundo que duró la clase. Su primera clase. En la cuál, por supuesto, no pudo prestar tanta atención como hubiera querido o cómo tenía planeado.

—Para la clase de mañana continuaremos con la lectura. De esa manera los iré conociendo uno a uno —Hinata cierra sus dedos con más fuerza sobre su cuaderno, sus apuntes están desordenados y su letra ilegible. — Para los que me conocen saben que detesto la impuntualidad, así que espero que todos estén atentos a los comienzos de mis clases —por encima de su cuaderno observa cómo Naruto lleva sus ojos azules hasta el reloj en su muñeca. — Eso es todo por hoy, nos vemos mañana.

El salón se llena de despedidas, murmullos, un adiós tras otro mientras Naruto coge sus cosas y las guarda dentro de la misma mochila que cargaba ayer después de llegar a casa.

«Entonces… este es su trabajo» piensa al ver cómo se cuelga la mochila en un hombro y da una última mirada general, no para ella, sino para todos.

Cuando él abandona el salón Hinata siente que ha vivido demasiado para que apenas sean las diez con veinte de la mañana. Tiene clases hasta las dos de la tarde y todavía le falta mucho por sobrevivir. ¿Qué otra sorpresa le tiene preparada la vida?

—Ah~ es bastante guapo. ¿No te parece? —Hinata voltea hacia Sakura. Ella observa el lugar por dónde Naruto se había marcado. También nota que Sakura no es la única suspirando por él. — Aunque también escuché por ahí que es un demonio.

—¿Un… demonio? —Hinata parpadea con lentitud hacia Sakura, quién se gira hacia ella con sus grandes y brillosos ojos verdes.

Sakura asiente.

—Sí. ¿Escuchaste lo que dijo? Detesta que sus alumnos sean impuntuales.

—Mmh —medita. — No veo por qué eso debería denominarlo como un mosnstruo.

—Es que no lo conocemos —Sakura se echa hacia atrás. — Escuché de los estudiantes antiguos que no permite interrupciones, ni faltas de respeto. Y si llegas tarde, no te permite la entrada. Además es un hombre serio, no le gustan las bromas. Además oí que obtener buenas calificaciones en su clase es casi tan difícil como agradarle.

«¿No le gustan las bromas? ¿De qué clase de Naruto  me está hablando entonces?»

—Bueno… no me parece extraño. Es profesor…

—Uno muy guapo y joven, por eso me sorprende su actitud. Cuando me lo mencionaron esperaba ver a un anciano canoso, arrugado y cascarrabias —Sakura ríe de su propia imagen mental. — Veo que me equivoqué —suspira nuevamente.

—Tal vez no es tan terrible como murmuran…

—No lo sé —Sakura se arregla el flequillo. — Eso fue lo que me dijeron en la fiesta universitaria.

—¿Fiesta universitaria?

—Ajá —Sakura asiente con una gran sonrisa. — ¿No fuiste?

—No —Hinata niega. — No sabía que había una…

—Fue maravillosa, música, comida, tragos. ¡Incluso una enorme piscina! —Sakura abre sus brazos para mostrar un aproximado del tamaño de la piscina. — Te lo perdiste.