capítulo diecisiete

695 90 18
                                    

Invitación

—¿Estás segura que no quieres que te lleve?

Hinata niega mientras termina de arreglar su cabello.

—No es necesario.

—¿Segura? —Naruto termina de atar el nudo de su corbata, acercándose a ella.

—¿Qué haremos si nos ven? —pregunta tras elevar su rostro para poder observarlo mejor.

Naruto se encoge de hombros sutilmente.

—Estoy seguro que se dieron cuenta de que nos fuimos juntos hace dos días.

Hinata siente que un peso extraño cae sobre ella. No había pensado en eso en ni un solo instante.

—Es cierto... —susurra.

—¿Por qué pareces asustada? —Naruto frunce su ceño hacia ella.

—¿No te preocupa? Pueden pensar cosas que no son...

—¿Preocuparme? Para nada —Naruto niega.

—Antes te preocupaba —Hinata se pone de pie. — Fuiste tú quién dijo que nadie debía enterarse de...

—¿De? —Naruto encarna una ceja.

—De nosotros —murmura. La palabra “nosotros” se le hacía bastante extraña.

—Bueno, tú lo dijiste, eso fue antes —Naruto da un paso seguro hacia ella. Inclina su rostro para estar un poco más cerca de Hinata. — Es cierto que para todo será una sorpresa saber que tú y yo estamos casados, ¿pero qué más da? Ahora todo es diferente.

—Diferente... ¿Por qué es diferente?

—Bueno... —Naruto desliza sus dedos por el rostro de Hinata hasta dar con su largo cabello. — Quiero que te des cuenta por ti misma.

—¿D-De qué hablas? —intenta no distraerte al sentir cómo Naruto juega con su cabello, cómo toca la piel de su cuello y cómo eso genera en ella sensaciones que para ella no tienen forma de explicar.

—Sé que vas a descubrirlo —Naruto inclina su rostro mucho más, Hinata cierra sus ojos cuando él roza sus labios por un pequeño instante, casi queriendo un poco más de esa sensación. — Y es mejor que me vaya de una vez —susurra sobre sus labios, antes de alejarse definitivamente.

Hinata se queda a solas en una habitación que cada vez le parece más grande. Lleva una mano a su pecho, sintiendo sobre la palma como el corazón le golpea el pecho desde dentro con fuerza.

Todo era diferente ahora... ¿Pero a qué le estaba queriendo decir?

De camino a la universidad jamás dejó de pensar en ello, ni en él. Por alguna razón el recuerdo de Naruto estaba más persistente que nunca. Todo de él, sus ojos, su sonrisa, su voz, absolutamente todo. Y aquello también le hacía sentir diferente, emocionada, ansiosa, nerviosa y sonrojada. Por sobre todo sonrojada.

—¡Hinata! ¡Hinata! ¡Hinata! ¡Hinata!

Voltea al oír su nombre a lo lejos. Nota cómo Sakura corre en dirección hacia ella, llevando, o más bien arrastrando a Kiba junto a ella.

La esposa del Profesor [NaruHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora