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Pooh lavo los platos en silencio mientras Pavel permanecía sentado, mirando a un punto fijo. La incomodidad del ambiente era palpable y no se escuchaba más que el golpeteo de la lluvia sobre el techo.

—Todo listo. –Pooh murmuró, el mayor se volteó y lo observó un segundo.

—Bien, creo que ya es tarde, así que puedes ir a dormir. Dormirás en mi habitación.

—¿Qué? —pregunta, arrugando el rostro. Camino lentamente hasta el inicio de las escaleras, no muy lejos de la mesa del comedor.

—Um. Mi habitación es mucho más cómoda que la de invitados —Pavel dijo con una leve sonrisa. —Yo dormiré en ella, así que no te preocupes.

—¿Por qué te irías de tu propia habitación?

Pavel sonrió y arrugó sus cejas.

—¿Dices que quieres dormir conmigo, dulzura?

Pooh suspiro suavemente, alegre de sentir el ánimo habitual de vuelta.

Detesto que respondas mis preguntas con otra pregunta todo el tiempo —murmura pooh. Pavel se levantó de la mesa y se acercó a él.

Es inevitable si preguntas cosas tan obvias —hizo una pausa a unos centímetros de Pooh—solo quiero que duermas bien. No sé en qué condiciones te tiene Hia Lub—bromeó.

Finalmente, Pooh asintió sin muchas ganas, alejándose del mayor y subiendo las escaleras. Pavel lo siguió y le indicó cuál era la habitación, despidiéndose con una sonrisa y desapareciendo en una de las otras puertas del pasillo.

Cuando pooh entró, sintió un fuerte aroma al perfume y al cigarrillo de cereza, lo mismo que había sentido esa noche en el hotel. La habitación era bastante grande y tenía grandes ventanales que daban al poblado bosque, alrededor.

Camino a lo largo de las cuatro paredes , mirando las estanterías con trofeos, libros y una aparente colección de figuras con forma de motocicleta. Todo parecía muy propio de pavel.

Luego de examinarla se tiro sobre la cama, sintiendo el suave acolchado bajo su espalda y acurrucadose lo más pequeño que pudiera. Afuera seguía lloviendo y si bien no hacia tanto frío, Pooh siempre a preferido dormir acurrucado en su mismo, le gusta sentirse tan pequeño.

Durante un momento logro escuchar la fuerte brisa afuera y las ramas de los árboles cayendo mientras el sueño poco a poco se apoderada de si y por fin se dormía.

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Cuando volvió a consciencia, abrió los ojos y logro ver la luz del sol sobre el picó de los árboles. Sintió un molestó aroma a perfume recien docificado y arrugó la nariz.

Giro el rostro hasta ver la espalda desnuda de pavel, quien parecía estarse vistiendo frente al armario.

—¿Te desperté? —Pavel giró su rostro cuando escucho a Pooh carraspear.

Um... Tu perfume me irrita. —bromeó, viendo como el tatuaje del mayor se escondía bajo la camisa de botones blanca.

—¿Es eso así? —Pavel voltea con el perfume en mano y lo agita suavemente. —a mí me gusta. Es varonil.

—Me gustan más los aromas dulces. —Pooh se esconde bajo los edredones gigantes, no queriendo salir de la cama.

—¿En serio? —pregunta con un mohín. —Levántate dulzura, iremos a desayunar y luego te llevaré a casa.— Pavel pasó la corbata sobre su cuello y sonrió al ver cómo el menor se acurruca más en la cama.

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