uno.

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esta adaptación es irreal y grosera, los personajes célebres son pobres imitaciones y debido a su contenido nadie lo debería leer.

esta adaptación es irreal y grosera, los personajes célebres son pobres imitaciones y debido a su contenido nadie lo debería leer

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iván estaba recién levantándose, se notaba en su rostro de pocos amigos después de que se despegara se sus sábanas. La puerta de su departamento había sido golpeada y dudaba que su gato pudieran abrirle a sea quién sea quien estuviera detrás se la puerta de entrada de su hogar.

─¿Quién es? ─ inquiere mientras intenta arreglar un par de negros cabellos de su cabeza. Estaba totalmente despeinado y debía al menos verse decente para recibir a alguien; bueno, difícil verse decente estando en pijama y con una marca roja atravesando toda su mejilla derecha.

─ Rodrigo.

─ Ah, eres tú. ─ entrecerró sus ojos con un poco más se confianza para poder acercarse a la puerta y abrir.

─ Amigo, son las una de la tarde, ¿te he despertado en serio? ─ Carrera esbozó una sonrisa en sus esponjosos y rosados labios. En sus manos tenía una bolsa de papel y iván miró esta algo extrañado. ─ Oh, son galletas. Mamá te las manda.

El pelinegro asiente y sólo se hace a un lado permitiéndole al de cabellos castaños pasar a su hogar. Iván le tenía suficiente confianza a su menor para dejarlo pasar estando en aquellas condiciones; recién despertando. Si hubiera sido otra persona seguramente le hubiera dicho "sí, allí está la puerta. Hasta luego."

─ Hoy tengo que salir con angie ─ dijo entusiasmado el menor. Al fin había podido conseguir una cita en la tan apretada agenda de la muchacha. ─ Hace tiempo le pregunté.. bueno, le pregunté muchas veces si quería salir conmigo, pero siempre me decía que estaba ocupada o tenía que hacer cosas ese día.

El mas alto sonríó de manera ladina mientras solo se limitaba a alzarse de hombros. No iba a negar el hecho de que le molestaba que siempre cuando rodrigo tenía una cita iba a presumirle su tan bonita vida mientras él se limitaba a fingir que tenía interés en las chicas de su clase y tragar la frase "hey, me gustan los chicos"

─ Genial, rodri.

─ ¿Cierto? ¿Te imaginas logro ser su novio? ─ Rodrigo abrió la bolsa de papel para poder tomar una de las galletas y morderla.

─ De seguro sí, es decir, mírate. Eres... ¿bonito?

─ ¿Me estás coqueteando? ─ el ojiverde alzó sus cejas mientras miraba en dirección a su mayor con burla y picardía.

Iván se quedó estático en su posición y sintió su respiración temblar. Tensó su mandíbula levemente y se limitó a negar con su cabeza; su corazón extrañamente había comenzado a acelerarse nuevamente.

─ Si.. -Si fuera un coqueteo, sería el más incómodo del mundo ─ contraatacó y sólo frunció su ceño intentando reaccionar; no podía dejar mostrar sus sentimientos, no. Menos con rodrigo, ya que ni su mejor amigo sabía que jugaba en el equipo contrario.

Ya que su mejor amigo no sabía que le atraía en demasía.

─ Ya. Solo bromeaba ─ Carrera mostró una brillante sonrisa. ─ Mamá dijo que fuera a visitarla, te extraña.

─ Tal vez vaya mañana, tendré tiempo. Cuando termine tu cita, ¿vienes a dormir hoy? ─ inquiere el pelinegro mientras dirige nuevamente su mirada hasta el más bajo.

Este se levantó y caminó hasta el más alto para envolverlo en un abrazo y asentir con su cabeza repetidas veces, dejando a un iván totalmente estático y con sentimientos encontrados.

─ Claro que vendré, iván. Nos vemos luego, ya debo irme. Serán las dos.

Iván iba a hablar, pero su voz simplemente no salía. Cuando optó por corresponder el abrazo y estaba en el proceso de levantar sus congelados brazos finalmente, rodrigo justo se alejó se su cuerpo y sólo se quedó en su misma posición sintiendo sus mejillas bastante tibias.

─ ¡Hasta pronto!

─ Nos vemos...

─ ¡Toc toc!

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─ ¡Toc toc!

─ ¿Quién es?

─ Un rodrigo feliz.

El pelinegro rió suavemente y abrió la puerta. rodrigo tenía sus labios un poco más rojos de lo normal y supuso que se había besado con angie, suposición la cual logró borrar la sonrisa de iván y su risa solamente se perdió en el aire del lugar.

─ Debo suponer que te fue bien ─ Iván volvió a sonreír, solo que esta vez de manera más leve que antes.

Rodrigo asintió repetidas veces con su cabeza y pasó a la casa de iván. Eran las diez y media aproximadamente, estuvo ocho horas completas con angie y el tiempo simplemente pareció haberse ido tan rápido como el viento.

─ Te dignaste a vestirse, Vaya. ─ se burló el mayor mientras caminaba a la habitación de iván.

Este lo siguió mientras sonreía casi sin ganas; quería dormir y estaba cansado. Había tenido ánimos antes, pero antes. Antes de ver a rodrigo con los labios rojos e hinchados.

─ ¿vamos a dormir ya? ─ inquiere al ver a rodrigo acostarse en su cama. Frunció su ceño mientras se cruzaba de brazos, esperando alguna respuesta. ¿Por qué rodrigo estaba actuando tan... Así?

─ Mm-hmm. Buenas noches, iván.

Iván sólo suspiró y observó en silencio los rasgos faciales del menor. Ojos levemente hinchados, sus labios gruesos y coloridos. Nariz perfecta, cejas pobladas y rectas... Era tan perfecto, ¿por qué no podía hacer que se fijar en él? ¿Porque eran prácticamente hermanos crecer juntos? No lo entendía.

─ Buenas noches, rodri. ─ murmuró y caminó a paso lento para poder apagar las luces del lugar.

Ojalá algún día esa etapa -como decía su mamá, que pasaba más ausente que presente- pasara y finalmente le gustaran las chicas.

⪩  !  𝙗 𝙤 𝗒 𝗌?  ,  𝗿𝗼𝗱𝗿𝗶𝘃𝗮𝗻.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora