Frente al criadero.

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—¡Perk!, que ingenioso eres al haber hecho todo este plan ¿Cómo supiste que daría resultado?— preguntó Oberon exaltado por el furor de la batalla, a lo cual su compañero semiorco respondió, con cierta mueca orquiana de risa: —A ciencia cierta no sabía que lo daría—.

Oberon hizo gesto de desconcierto, mezclado con cierta pizca de incredulidad hacia la respuesta dada por su compañero de lucha y justo cuando trató de articular palabras, para pedirle a Perk que se explicara, este agregó: —Sólo recordé al contemplar el nido a las aventuras de Lazargo el viajero, son cuentos triviales sobre un joven que va de aquí para allá de aventura en aventura, sin ningún objetivo aparente más que el de seguir los azares que los caminos recorridos por sus pasos le van deparando... Básicamente, son cuentos infantiles que se dicen para instruir valores religiosos de la fe de Fharlanghn. En todo caso la cuestión es que en una de sus historias, un grupo de mercaderes fue atrapado por una banda de Ogros por lo cual Lazargo sintió el deber de liberar a estos eternos viajeros de las rutas comerciales.

Entonces se apresuró a entrar a hurtadillas a la guarida de los ogros, donde estaban preparando sus rudimentarios implementos de cocina para devorarse a estas personas desafortunadamente atrapadas por estos seres tan grotesco— a lo cual Perk agregó con cierto tono de su característico humor —¡y mira que eso es bastante que decir! viniendo de alguien como yo que creció en un clan de orcos— luego carcajeo con la característica aspereza de su risa.

El punto es, que en esa historia, Lazargo podía haber simplemente cortado las cuerdas que sujetaban a los capturados, pero en vez de eso, tomó discretamente un trozo de esta y lo uso para encantar una posición de fuego selectivo, y así lo esparció por el lugar haciendo que todos los objetos que estuvieran usando este material fueran afectados, pero sin causar ningún daño sobre ninguna criatura, más que una gran confusión de pequeños incendios por toda la guarida y de todas las cosas que estuvieran atadas con estas cuerdas cayendo al suelo.

Oberon aprovechó el pequeño instante de suspenso de la historia para preguntar con profunda y genuina curiosidad —¿Y esa estrategia le funcionó? ¿Pudo Lazargo rescatar a todos sin problemas?—.

Perk sonrió y respondió —no exactamente— y luego rió por lo cual Oberon le dijo con cierta indignación y tono de molestia —¿Y entonces por que basaste este plan de vida o muerte que estamos usando contra las arañas, en una historia infantil que ni siquiera tuvo el éxito esperado por este tal Lazargo?—

Al terminar de hacer esta pregunta, en una sincronicidad absoluta, un ruido y un resplandor inesperado, sucedió a los lados de estos dos aventureros, cuando el tiempo de invocación de los elementales expiró, por lo cual fueron devueltos a su natural plano de existencia, lo cual hizo que Oberon y Perk cayeran en cuenta de que las llamas del fuego selectivo se habían extinto, no sin antes haber quemado todo ápice de tela, en lo que momentos antes fue un gran nido de arañas gigantes.

—Oberon—, dijo Perk a su compañero con tono sereno —la historia de Lazargo es una lección sobre intuición y suerte, mira a tu alrededor, la noche ha caído, el tiempo de los elementales ha terminado y debo reponer mi magia divina con rezos, para poder invocar nuevamente a cualquier otra criatura, así que debemos concluir está lucha sin más ayuda—. Luego prosiguió diciendo —eso que está allá a pocos pasos de nosotros que se muestra como una cueva, es el criadero del nido, por lo cual allí deben haber cientos de huevos y al menos una araña de tamaño descomunal— haciendo un pausa y viendo con profundidad a Oberon agregó —Te prometo que si sobrevivimos esta noche, entenderás por qué tengo el deber de terminar de exterminar por completo este nido, ahora la pregunta que tengo que hacer es ¿Deseas continuar con esta gesta? ¿Deseas entrar conmigo al criadero? Eres libre de quedarte aquí o incluso de seguir por tu cuenta sin mí pero ¿Que te dice tu intuición? ¿Tú corazón hacia donde quiere realmente llevarte?—.

Oberon quedó pensativo, mientras que Perk alzó nuevamente su mandoble en posición de avanzar a la defensiva, su vista de semiorco le permitía ver plenamente en la oscuridad del criadero, así que empezó a caminar hasta perderse en la oscuridad.


Cap. 1 | Acto I: La bendición del camino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora