Lógicas deducciones.

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Al terminar de contar la historia de Lazargo, Perk empuñó nuevamente su mandoble y lo blandió contra la araña caída, las suficientes veces como para desprenderle la cabeza, de aquello que sería equivalente al cuello en una criatura humanoide, y al culminar de hacerlo este hizo una pausa la cual aprovechó, para tomar un respiro y preguntar a su compañero lo siguiente: —Oberon ¿Y tú cómo supiste que el ataque que le hiciste a las patas traseras de la araña daría resultado?— A lo cual este respondió, con cierto tono de obviedad:

—Por pura deducción, Perk— y luego de voltear un instante sus ojos hacia arriba, como quien observa nuevamente a los recuerdos de su memoria, terminó por explicar —Lo primero que noté, es que las extremidades de todas sus patas, terminaban por arquear de tal manera sus piernas, que la fuerza de estas eran capaces de sostener todo su cuerpo—.

Mientras Perk ponía un gesto de total concentración y absoluta falta de entendimiento, Oberon continuó su explicación.

—Esto de las patas es algo que ya había notado con esta y las otras arañas con las que luchamos previamente, y así como pude saber que cuerdas de tela cortar, al hacerme una imagen mental de los arácnidos caminando por sus redes sin quedarse pegadas, del mismo modo pude hacerme una idea, de cómo podría crecer el volumen de estas criaturas en función de su tamaño, por lo cual deduje que las patas traseras de las arañas, se vuelven más un punto crítico para ellas, en la misma medida que su tamaño aumenta, así que pensé que si su tamaño es descomunal entonces descomunal debe ser también, el peso que distribuye cada articulación de sus extremidades—.

Perk seguía escuchando a Oberon con cara de maravilla, aunque en el fondo no comprendía casi nada de lo que estaba exponiendo.

—Por último, y como prueba definitiva de lo eran conjeturas mías en ese momento, justo cuando alzó sus extremidades delanteras para darte un mortal ataque mientras yacías en el suelo, pude notar como ese pequeño desbalance sobre su centro de masa causó pequeñas compresiones en partes muy específicas de sus articulaciones, por lo cual concluí, que estás partes se trataban de su punto más débil, y que no necesitaba acabar por completo a la araña para neutralizarla, si solamente lograba hacer un ataque poderoso y preciso que dañara a estos puntos críticos por completo, y así fue como también supuse, que inevitablemente la araña caería sobre su parte posterior al carecer de la fuerza suficiente en sus articulaciones, dejando al descubierto su parte delantera al ser arrastrado por la inercia de la mitad de su cuerpo, desplomándose sobre el suelo—.

Quedaron en un profundo silencio por un instante, Perk Nortis lo miraba con absoluta admiración y maravilla al escuchar tan detallada explicación, de algo que solo lograba comprender muy someramente, para luego romperlo al decir la siguiente frase:

—¡Woa!, Mi plan era simplemente cortar en dos pedazos a la araña con mi mandoble—.

Cap. 1 | Acto I: La bendición del camino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora