1 de septiembre.
Draco se encontró con Harry hasta después de bajar de los barcos, cuando los reunieron a todos para esperar el momento de la elección.
Un suave empujón en su hombro lo hizo voltear y ver unos enormes esmeraldas.
—Harry—susurro.
—Hola Hedwig—sonrió y se acercó hasta estar uno frente al otro, Blaise y Pansy en su lado derecho observaron a Harry y simplemente se alejaron unos pasos, no queriendo ninguna asociación con alguien a quien no reconocieran como importante. El chico aun no era identificado como el grandioso bebe salvador.
Toda esa información vino y se fue de su cerebro, demasiado concentrado en lo que significaban las palabras de Harry.
Sus hombros se relajaron, miro al otro niño y el alivio lo lleno, por más que estaba cubriendo su espalda contándole de su familia en sus propios términos aun temía que Harry lo rechazara.
Tenía la incómoda sensación de que fue más honesto de lo que quiso en la carta.
—Hola Sol—respondió alegre y Harry inclino su cabeza confundido hasta que hizo la conexión entre Helios y Hedwig. Entonces Harry le sonrió, igual de brillante que el astro que nombro.
Detrás de su amigo pudo ver a un niño que estaba haciendo muecas, cabello rojo, pecas y túnica vieja, un Weasley, por supuesto que Harry tuvo que hacerse amigo de la única familia con la que los Malfoy tenían una disputa de sangre.
El punto fijo era un maldito dolor de cabeza, porque si bien Harry era agradable su alrededor auguraba problemas.
Como el Weasley que tomaba del brazo a Harry y le preguntaba si estaba seguro de hablar con un Malfoy.
—Claro que si—le respondió sin dudar y se acercó un paso más a el—Es agradable.
—Permíteme dudar—murmuro inseguro ese niño, a su lado la misma niña greñuda que buscaba el sapo resoplo.
—Obviamente es un grosero.
—Merlín, estoy de acuerdo con ella—exclamo con una mueca, la niña lo noto y empezó una discusión con el sobre lo grosero que era, Draco pensó en lo perfecto que era que esos dos pelearan y se olvidaran de él.
Antes de que Harry, que Merlín y Salazar no lo permitan entrara en su discusión la profesora McGonagall apareció, y con una severa mirada los tenía callados.
—Cuando llamen su nombre vengan, los empezaremos a sortear en sus casas.
Todos asintieron y sintió que Harry se acercaba más, Draco lo miro de reojo y noto que se veía incomodo.
—¿Harry, que pasa?
—No quiero estar en Slytherin—confeso en voz baja y Draco frunció el ceño, pero su amigo negó con la cabeza—Entiendo que no hay nada malo, solo no quiero estar en la misma casa que Voldemort.
Draco parpadeo y trato de ser comprensivo, de nada le serviría ponerse a la defensiva, porque sin quererlo o no, su amigo había dicho que en verdad pensaba que había algo mal en Slytherin.
Llamaron a la primera niña, pero Draco y Harry continuaron hablando.
—Vas a estar bien—le aseguro, podía recordar la túnica de Gryffindor del chico y si se esforzaba podía ver al sombrero llamando Gryffindor a Harry—Te pondrá donde quieres—dijo inconscientemente, su amigo se animó y Draco no pudo resistirse a decirle—Pero estoy seguro de que yo estaré en Slytherin.
—No me importa—respondió rápido e hizo una mueca cuando reconoció lo que antes dijo—Ser Slytherin no es malo.
—Tener preferencia está bien—suspiro rindiéndose finalmente dejando ir a Harry, aun así, empujo levemente a su amigo—Pero si me tratas diferente hare que Hedwig y Helios te picoteen.
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Mente culpable
Fanfiction"El acto no hace que la persona sea culpable a menos que la mente también sea culpable" Draco a escondido y aprovechado toda su vida ser un vidente cuando una visión recurrente lo hace tropezar con el gran desastre que es Harry Potter. Demasiado pro...