𝓒𝓪𝓹 4: Entre abrazos y pelotas de voleibol●

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Ben🍂🧡

Me siento en el pequeño sillón que se encuentra enfrente de la televisión de Daisy y muevo el tobillo que comienza a dolerme.

Al final decline por quedarme en su casa aunque sea un par de días, y el colegio, mi rostro empeoró y dudo que pueda pasar desapercibido sin que alguien haga preguntas, y ganas de responderlas no tengo.

A decir verdad, es lo que menos me preocupa, de lo que me arrepiento es de haberle dicho eso a mi papá.

¿Qué mierda se me paso por la cabeza al decirle enfermo?

A ti también te ha dicho un montón de mierdas y dudo mucho de que se arrepienta.

Hundí en rostro en mis manos agotado, ¿por qué no podía tener siquiera un segundo en paz?, es como si mi cabeza no pudiera parar de repetirme que no sirvo de nada, que lo único que hago es estorbar, que si me voy a nadie le va importar y eso no me ayuda en nada cuando intento mantenerme de pie.

Porque aunque quiera fingir que tengo todo bajo control, no puedo más, mi cuerpo esta en mi contra, mi mente también, todo, absolutamente todo me está apuñalando por la espalda.

-Ben -levanto la cabeza y me mira con una pequeña sonrisa, en su mano lleva un botiquín y en la otra un algodón.

-Estoy bien, no te preocupes- ella rueda los ojos- gracias por dejarme quedarme aquí.

-No hay problema- se sienta a mi lado y saca un par de cosas, limpia las heridas para luego ponerme una especie de ungüento, hago una mueca porque duele un poco.

Pienso que se va a levantar pero en vez de eso lo que hace es abrazarme.

-Eres increíblemente fuerte, no te rindas, ¿vale?.

Trago saliva y la rodeo con mis brazos con fuerza.

-Te quiero demasiado.

-Y yo más mi niño- me besa el cabello.

Estar con ella es como poner en pausa todo lo malo, tiene ese poder, de hacerte sentir mejor con solo una palabras y un abrazo. Es capaz de hacerte sentir que importas aunque todo el mundo te haya dicho lo contrario.

Cuando ella se va de regreso al trabajo aprovecho para terminar de hacer un par de tareas en el celular que me dejo y para eso conecto mi WhatsAppp.

Lo que nos falta es perder este celular también.

Menos mal que soy de esos que le mandan a todo el mundo las respuestas y consignas, ahora gracias a ello puedo distraerme un poco.

Pero sin embargo mi cabeza es como si estuviera en otro lado, no puedo centrarme, suelto un ruido de frustración y dejo el móvil a un lado.
Tomo la llave que esta en la encimera y salgo del departamento.

Fuera del edificio hace demasiado frío, el buzo no es suficiente pero me da igual.

Recorro las calles de desiertas tranquilamente hasta llegar a la cancha de voley del colegio, menos mal que esta desocupada.

Sonrió y tomo una de las pelota que hay dentro de la bolsa.
Concentro todo mi enojo y saco de arriba con fuerza.

Pero no es suficiente, tomo otra y repito el proceso.

Pero en vez de sentirme tranquilo me siento cada vez peor, más enojado.

Maldigo por lo bajo y agarro otra, la remato contra el piso con tanta fuerza que el ruido del balón impactando en el suelo hace eco.

Respiro entrecortadamente y cierro los ojos.

Eres un idiota.

No sirves para nada.

Lo Que No Nos Dicen Sobre El Amor (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora