Otra Cara Del Amor // Pablizza.

8.- Nuevxs amigxs,

Narra Marizza

Estaba haciendo el desayuno y me comenzaron a llegar mensajes a lo loco. Fui por mi teléfono y vi que era Joaquín. Suspiré y lo bloqueé.

-Vete a la mierda...‐ susurré

-Wow, que manera de darme los buenos días.- dijo Martín travieso a mis espaldas.

-No te había visto, lo siento. Estoy haciendo plátanos fritos que comeremos juntos con la gelatina de ayer. -terminé de servir todo y se lo dejé en la mesa.- Saldré con algunas chicas hoy.

-¿A donde?

-Me invitaron a una plaza.

-Oh, de acuerdo. Yo debo salir para Santa Fe.

-¿Hasta allá?

-Si, pero solo será un día.

-De acuerdo.

-Comeré esto porque debo tomar un vuelo y sale rápido.- dijo dándole una cucharada a la gelatina.

-¿Llegaras hoy?- asintió.- Okey.- terminamos juntos de cenar y él fue por una mochila, se despidió de mi y se fue.

"Paula:
Holaaa. ¿Qué haces?"

"Marizza:
Acabo de lavar los trastes pero me voy a bañar que se me hace tarde."

"Paula:
De cualquier forma te iba a avisar que la salida se recorre a una hora. Mis amigas te caeran bien, ya verás"

"Marizza:
Está bien, yo igual espero caerles bien."

Guardé mi celular y me fui a bañar.

Decidí ponerme un top verde y un pantalón de mezclilla azul. Mi cabello lo dejé suelto y me puse solo unas zapatillas blancas.

Salí del depa y me quedé en pasillo mirando solo mis pies. Hay algo que no sale de mi cabeza y me está matando: ¿que querrá Joaquín como para estar marcando así? Mire mi teléfono y ya no tenía llamadas porque lo bloqueé.

-Hola.- una mujer habló a mis espaldas y me di la vuelta?

-Hola.- sonreí amigablemente.

-¿Sos nueva?

-Si, mi papá me consiguió un depa mientras estudio.

-Interesante.- ambas nos quedamos calladas incomodamente pero ella no se fue.- ¿Y qué estudiarás?, ¿a qué uni entrarás?

-Veterinaria y entré al UBA.

-Mira vos, ahí estudia mi sobrino.

-Oh.- sonrió.

–¿Cómo te llamás?

–Me llamo Marizza.

–Que lindo nombre- nos quedamos en silencio.

–Disculpe, ¿usted sabe donde está la plaza San Lorenzo?

-Si, está en la esquina.

-Ah, gracias.

-No es nada, muñeca. Bueno, dejo de interrumpirte porque no sé a dónde tenes que ir.

-No se preocupe.- sonreí y ella entró a su depa. Después de que escuché como cerró, reí un poco. Nunca alguien había salido y entrado solo para intercambiar tres palabras.

Me paré y bajé las escaleras y salí. Hay un parque a dos cuadras de acá. Solo caminé un poco y llegué a unas rocas. Me senté y suspiré. Hasta donde haz llegado, Marizzita.

Un rato después, llego Paula por mi y fuimos juntas al shopping donde nos veríamos con sus amigas.

–Están allá.– apuntó a un grupo de chicas y fuimos hacia ellas.– Hola, bebés.– entre todas se saludaron y sentí como algunas me escaneadas con la mirada.– Ella es Marizza.