23

1.5K 135 37
                                    

Debía ser una jugada cruel del destino que Colin logrará descubrir el gran secreto de Penelope justo antes de que ella tuviera la oportunidad de decírselo.

Y lo cierto es que había sido una tonta al pensar que Colin aprobaría sus acciones. Él la odiaba, ahora estaba segura. Debió saberlo desde aquella discusión qué tuvieron. Para Colin, Lady Wistledown era una persona resentida con la sociedad qué solo buscaba dañar a los demás.

Quizá si fue una resentida, pero repetir sus palabras le dolieron.

«Simplemente eres una resentida que decidió escribir en venganza por el simple placer de hacerlo.»

Cuando había tomado la decisión de escribir esa hoja, Penelope estaba desdichada. La sociedad la había rechazado y su única forma de desahogarse era escribir, Lady Wistledown se convirtió más que un trabajo, un salvavidas.

Sin embargo, después del daño causado, se sentía justo como Colin señalaba, una resentida. Una mujer que había guardado rencor.

Pero, ¿realmente era así?

Todas esas personas que precisamente se burlaron de ella, eran las mismas que alababan sus palabras y esperaban cada semana sus panfletos. Simplemente ella tuvo la osadía de decir lo que muchos ya pensaban. ¿Por qué sería una mujer resentida cuando simplemente estaba respondiendo a la crueldad del mundo?

De nuevo le llegó aquel pensamiento intrusivo, la clase de pensamientos que parecían resaltar más que otros para atormentarte: «Pero tu no cumples con los estándares de belleza de la sociedad, tú tienes que ser agradable si quieres ser amada»

Quizá si Penelope fuera una mujer hermosa y con el tipo de vida estereotípica, la sociedad no la juzgaría tan duro si la descubrían como Wistledown. Sin embargo, como era Penelope, la no popular, no tenía el derecho a actuar así.

El mundo la había lastimado y ella tuvo la audacia de regresar el golpe, ¿eso la convertía en una villana?

¿Un anti héroe?

No estaba segura.

Miró por la ventana hacia la casa número cinco, deseando con todas sus fuerzas qué Colin la entendiera aunque sea un poco. Pero sabía que estaba soñando despierta. Había idealizado tanto a aquel hombre que realmente se convenció de que no la juzgaría. ¿Por qué fue tan tonta para creer eso?

Colin Bridgerton era una de las personas más privilegiadas de Londres, todos lo sabían. Su vida estaba resuelta mientras que la de Penelope era un desastre. Incluso cuando anunciaron su compromiso, las personas actuaban con ella como si Colin le hubiera hecho el favor y no al revés. Como si Penelope fuera una clase extraña de persona desfavorecida y Colin hubiera sido tan benévolo para proponerle matrimonio.

Por supuesto que Penelope debía ser la novia perfecta. Tenía que compensarlo, ¿no?

—Señorita Featherington, tiene visita —habló Briarly desde la entrada a la sala.

Penelope se levantó de golpe, esperanzada.

Entonces apareció Eloise. Al menos su amistad con ella se había recuperado. No podría soportar perderla también a ella.

—¿Cómo estás, Penelope?

Ella sintió sus labios temblar. No había podido dormir, ni comer, pensando en Colin y su odio.

—Él me odia, Eloise. Pensé... pensé que lo entendería, pero no creo que lo haga.

—Me temo que él le guardó bastante rencor a Wistledown, pero Penelope... Sé que está en conflicto, nunca esperó que tu fueras ella. Sé que su amor por ti puede lograr superar ese odio.

Por más de un Bridgerton | CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora