Ranchuu Zone

Te amaré

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Ranpo es la parca
Chuuya está apunto de morir en un incendio.
Ranpo decide salvarlo después de que Chuuya promete amarlo si lo salva
Ranpo añora saber que es el amor

—¿Dazai?

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La respiración se le estaba cortando poco a poco, sentía su garganta doler y como sus ojos eran inundados de lágrimas que parecían hervir, era tortuoso, ya no tenía fuerzas para seguir golpeando la puerta.

—¿Moriré aquí? — se preguntó tristemente mientras caía al suelo ya completamente agotado.

Podía oír los gritos alejarse cada vez más, seguro ya la mayoría de los estudiantes habían sido evacuados con éxito, pero él seguía ahí, estaba atrapado y el humo no dejaba ni un poco de oxígeno que respirar.

—¿Nadie vendrá por mí? — sollozó, recordando los últimos minutos antes de terminar allí y que todo aquel incendio se desatara.

Sin poder hacer nada su cuerpo cayó al suelo completamente, en eso su instinto de supervivencia tomó el control y empezó a retorcerse, suplicando por un poco de aire.

—Oh, creí que ya estabas muerto — se oyó una tranquila voz masculina — Eres increíble Nakahara Chuuya, estás resistiendo bastante a tu destino — halagó con una sonrisa arrodillándose a la altura del pelirrojo.

—Ayuda — suplicó el pelirrojo extendiendo su tembloroso brazo hacia el hombre quien ignoró aquel pedido.

—No soy tu Ángel de la guarda, no puedo ayudarte — informó con aburrimiento, por estas razones nunca venía antes de que el cuerpo ya hubiese cedido, siempre creían ver a algo que no era.

—Muerte, sálvame — suplicó con las pocas fuerzas que le quedaban, el pelinegro abrió los ojos confundido, al parecer el chico era consciente de a quien le estaba pidiendo ayuda y eso era absurdo.

—¿Le pides a la misma muerte que te salve de morir? Que tontería — se burló sin poder contener su risa, el brazo ajeno cayó al suelo al parecer ya no podía seguir entendiéndola.

La única conexión entre ambos ahora era el contacto visual que estaban compartiendo, el pelirrojo jadeaba por aire y poco a poco el rostro del otro chico se tensaba.

—Vendré por ti una vez ya no estés respirando, debo llevarme tu alma — comentó el pelinegro decidiendo retirarse pero sus palabras parecieron alertar al chico el cual empezó a luchar nuevamente.

—Porfavor, te lo suplico, te entregaré mi corazón pero sálvame — esas palabras llamaron la atención de la parca el cual se acercó nuevamente al adolescente.

—Tienes idea de lo que estás proponiendo? — preguntó mientras su sonrisa se extendía.

Todos odian a la muerte, todos temen y aborrecen a la muerte, nadie lo ama, nadie lo quiere, a nadie lo ama, así que aquel pedido tocó exactamente en el punto débil de la joven parca quien desde hace mucho ha deseado encontrar alguien que lo amase.

—Estás dispuesto a amar a la misma muerte? — preguntó poco a poco dándole el aire que necesitaba el chico con ayuda de su poder.

— Si! — jadeo el pelirrojo al sentir como sus pulmones se llenaban de aire — Te amaré — aseguró aferrándose a su vida.

— Trato hecho — susurró la muerte juntando sus labios al chico el cual se aferró a él, y en eso desaparecieron.

Unos golpes sonaron dónde anteriormente había estado Chuuya Nakahara, la puerta fue derribada e ingresaron dos bomberos los cuales fueron avisados por un estudiante del paradero del pelirrojo pero no hallaron nada.

— Quizás Dazai se equivocó — dijo el bombero pelirrojo tras haber revisado el pequeño lugar.

— Vámonos, los cimientos están débiles, Oda — advirtió el de lentes saliendo del lugar apresuradamente siendo seguido por el otro.

Después de ese día no se volvió a tener noticias de Nakahara Chuuya, algunos teorizan de que su cuerpo quedó aplastado bajo los cimientos del edificio escolar el cual se había derrumbado.

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