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Había pasado ya una semana desde nuestro regreso a Hogwarts, y todo parecía estar en su lugar... al menos hasta hoy. Durante el desayuno en el gran comedor, una figura familiar entro: Astoria Greengrass. su presencia ilumino la sala, caminando con una gracia natural que capturaba la atención de todos. Draco la vio y, sin previo aviso, soltó mi mano y corrió hacia ella. Mi corazón se hundió mientras observaba como la abrazaba con una sonrisa que no le había visto en toda la semana. Pansy se unió a ellos, y comenzaron a hablar animadamente.

Draco y Pansy le llevaron al comedor y, desde ese momento, Astoria se robo toda la atención, especialmente la de Draco. Me senté junto a ellos, sintiéndome como una sombra mientras ellos reían y conversaban. Durante toda la comida, Astoria monopolizo la conversación, y todos parecían que gravitaban a su alrededor, tratándola como una reina. Era imposible no notar como la atención de Draco estaba completamente en ella, dejándome a un lado.

Cuando finalmente termino el desayuno y nos dirigimos a nuestras clases, Astoria seguía siendo el centro de atención. En cada clase, la rodeaban, haciéndole preguntas, ofreciéndole ayuda, tratándola con consideración que me resultaba irritante.

Sentía una sensación fea y pesada en el estomago cada vez que veía como ella le quitaba la atención de Draco. Era como si un muro invisible se hubiera levantado entre nosotros, y cada sonrisa que el le dirigía a ella era un ladrillo mas en ese muro. Trague mi frustración y trate de concentrarme en mis estudios, pero me era difícil cuando todo lo que podía pensar era en como Astoria se había apropiado de Draco.

Durante la cena, el patrón se repitió. Todos se arremolinaban alrededor de Astoria, ofreciéndole de todo y colmándola de atención. Me senté al lado, observando en silencio mientras Draco se reía y conversaba con ella.

Finalmente, el aburrimiento y la frustración comenzaron a ganar. Empece a bostezar, tratando de no parecer descortés, pero no pude evitarlo, Draco noto mis bostezos y se inclino hacia mi, susurrándome al oído: _ Harry, puedes ir a descansar. ya es tarde, yo llegare en un rato. Asentí, sintiendo una mezcla de alivio y dolor. Me levante de la mesa y me dirigí a la habitación con pasos pesados, cada vez mas sumido en mis pensamientos oscuros.

Me acosté, pero no pude dormir. El tiempo parecía estirarse interminablemente. Pasaron alrededor de dos horas y Draco no regresaba. Finalmente, escuche unos pasos a lo lejos. Me hice el dormido cuando Draco abrió la puerta para entrar . Lo escuche ir al baño, y después de un rato, salio cambiado y bañado. sentí sus pasos acercarse y, con una ternura inesperada, me beso la mejilla antes de acostarse a dormir. Mi corazón dio un vuelco, y aunque me sentía herido, esa pequeña muestra de afecto me dio un poco de consuelo.

A la mañana siguiente, me desperté solo en la habitación, mire alrededor, esperando ver a Draco, pero no estaba. Sali y lo busque por todo el lugar. Baje las escaleras y, para mi desagrado, lo vi con Astoria, platicando en la sala común de Slytherin. La rabia y la confusión me invadieron. sin decir nada regrese a la habitación, me bañe y cambie para mis clases, al terminar salí de la sala de Slytherin sin que Draco me notara.

Camine solo por el patio del castillo, intentando ordenar mis pensamientos. ¿Quien era Astoria para Draco? ¿Por que estaba tan celoso? En medio de mis pensamientos, escuche una voz familiar.

_ Harry, ¿Que pasa? ¿Que milagro que estas solo y sin Malfoy?

Era Hermione. Al verla, no pude contenerme. La abrace con fuerza, sintiendo que finalmente tenia a alguien con quien hablar. Hermione se asusto por mi repentina reacción, y sus ojos reflejaban una mezcla de preocupación y miedo.

_ Harry, ¿Que te hizo Draco? ¿Por que estas así?, pregunto acariciándome la espalda con ternura. _ Cuéntame, Harry. Estoy aquí para escucharte.

Negue con la cabeza, sintiendo que solo quería estar así, abrazado a alguien para desahogarme un poco. Después de unos minutos, logre controlar mis emociones lo suficiente como para alejarme un poco.

El CompromisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora