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Lo que menos me esperaba al llegar al tan famoso infierno, era caer de cara contra las bolsas de basura de un callejón

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Lo que menos me esperaba al llegar al tan famoso infierno, era caer de cara contra las bolsas de basura de un callejón.

Estuve en presencia del rey y la reina del infierno, fui testigo de sus poderes y recibí un montón de información de su parte sobre el anillo del orgullo... Pero la verdad, es que todo me está sofocando.

Mi conciencia no quería creer que en serio me encontraba en el infierno.

Los diablillos corrían por todos lados, matándose como actividad rutinaria, supongo. Había mucha sangre por todos lados, un montón de cuerpo tirados y un calor sofocante.

El cielo era totalmente rojo al igual que todo el lugar en general.

No flores, ni animales.

Solo fuego, muerte y destrucción.

Aún estaba pensando en como salir del callejón sin que nadie me viera. No sé que hay después de la... Segunda muerte, y no quiero averiguarlo.

Lo que si se me hacía extraño, era la apariencia de los demonios. Todos eran extraños, desde objetos hasta animales humanoides, Lucifer y Lilith se veían normales dentro de lo cabe, y nunca me comentaron d-

Espera...

Bajé mi mirada a mis manos.

Un brazo.

Dos brazos...

¡¿Tres y cuatro brazos?!

¡¿Por qué tengo cuatro brazos?!

— Querida, sabía que mis sentidos no fallaban. —escuché una voz familiar.

— ¿Lucifer? —retrocedí dos pasos.

Tuve que bajar mi cabeza para verlo. Por alguna razón se había vuelto más enano que antes.

— Pensé que tardarías más en venir, ven, ven. —me extendió su brazo como un caballero.

Los demonios al notar la aparición de este, salieron corriendo despavoridos. Yo suspiré y acepté el gesto, decidiendo por pasar el brazo izquierdo más bajo que tenía por comodidad, mientras el otro lo tenía en puño cerca a mi pecho por el nerviosismo.

— ¿Dolió el golpe?

— No tanto... —susurré mientras caminábamos por las calles.

Era mucho para procesar.

— ¿Sabes algo de Lilith?

Lilith.

No quiero escuchar ese nombre.

Ella... No tiene la culpa, fui yo... No, ella me indujo en un principio. Pero es lo que yo quería... No, mierda.

No lo sé.

Pero esos ojos que me dedicó, estoy casi segura de que disfrutó ver cómo me quemaron hace apenas unas horas. Se divirtió con mi muerte, casi como... Si esperara que esto sucediera.

FREEDOM || ALASTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora