⋮ °❬ 𝐖𝐀𝐑 𝐎𝐅 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐒 ❭° ⋮ ‣ "Al final del día son las cosas que más amamos las que nos destruyen por completo."
╰──➤ ⋆⋄𝑨 𝑯𝒐𝒖𝒔𝒆 𝒐𝒇 𝒕𝒉𝒆 𝑫𝒓𝒂𝒈𝒐𝒏 𝑭𝒂𝒏𝒇𝒊𝒄 ⋄ ⋆
✾ ⋮ ❝Tres años después del inicio de la batalla de Fuego y Sang...
EL CONSEJO fue convocado, los señores de los siete reinos llegaron a las puertas de la fortaleza roja pasadas dos lunas. Los Baratheon, los Hightower, los Redwyne y los Thorne, eran tan solo unos de ellos. Ambos reunidos al completo en la sala de planificación, aquella noche las palabras no serían escasas, pues había una guerra que atender.
—Cedo mi vida a Su Majestad, Aegon II de la Casa Targaryen. Que mi vida lo guíe en sus propósitos y su victoria sea forjada con mi sacrificio— Arcturus Redwyne se hincó frente al rey. Uno por uno, los demás siguieron su ejemplo, demostrando sus respetos al platino hambriento de poder, cuyos ojos reflejaban su ansia, delatando aún más aquella sonrisa ladina, tan odiosa como maliciosa.
Tras Lord Redwyne llegó Cassian Thorne, y finalmente la fila fue concluida por Borros Baratheon; futuro suegro de Aemond. Puesto a que aquel día tan cercano a la muerte, el segundo varón de Viserys eligió mediante una jugosa degustación de besos a Cassandra Baratheon, una joven tan hermosa como orgullosa. Como se solía decir, los iguales hacen buenas migas.
—¡Leales vasallos de mis dominios!—Bramó Aegon, su voz grave reverberando en el salón abovedado, mientras las antorchas proyectaban sombras danzantes sobre las antiguas paredes de piedra—¿Quién entre vosotros, nobles caballeros y señores, alzará sus armas contra mis enemigos y alzará sus copas en honor a mis victorias? ¿Quién llevará ante mis pies la cabeza de la obstinada furcia?—
Los presentes llenaron la sala de aclamos y aplausos a su rey. Después de todo era varón, no recibiría el precio de nacimiento que tristemente Rhaenyra sufrió debido a la desesperación de su padre y las expectativas de su pueblo. En un mundo donde las águilas reinan, los cisnes caen, grácil y dolorosamente. Ella jamás sería un hijo y Aegon lo sabía.
—Leales vasallos de la corona, os convoco en este día para poner fin al mendaz reinado de mi desquiciada hermana. Alzad vuestras espadas y luchad por la justicia, luchad por el deber y por un reinado próspero a mi lado— El rey Aegon alzó su espada de acero valyrio. A continuación, los lord siguieron su ejemplo.
—¡Larga vida al rey Aegon II de la casa Targaryen!—Gritó Gerald Lannister.
Una vez ganado el respeto de las casas y zanjadas las alianzas, Aegon había conseguido suficiente poder para iniciar una guerra si la situación lo requería. El mundo ardería si la casa Targaryen luchaba y ambos bandos lo sabían. ¿Grandes ejércitos? ¿Grandes dragones? Todos esos instantes se reducen a uno: vivir o morir, ganar o perder. Muchos lo intentarán, pero solo uno se sentará en el trono. Un trono legítimo que ha pertenecido a miles de Targaryens durante cientos de años, un trono tan letal como divino. El Trono de Hierro.
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