𝐃𝐄𝐌𝐎𝐋𝐈𝐓𝐈𝐎𝐍 𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑𝐒 / 𝙶𝚞𝚜𝚝𝚊𝚟𝚘 𝙲𝚎𝚛𝚊𝚝𝚒

Demolition Lovers

Omnisciente

Así se conocieron. Cómo desconocidos que tienen un encuentro. Pero ese encuentro se repitió unas 3 o 4 veces en esa semana. Entonces, tan desconocidos ya no eran. Gustavo abandono inmediatamente el plan de matar a esa chica. Y ella por otro lado, no sabía lo que él realmente hacía. Pero un día lo cambiaría todo.

Gustavo se encontraba en un callejón cerca de la casa de su ahora novia, Alya. Ese callejón es muy oscuro, inclusive para tener algo de luz cerca. Un tipo tuvo la suerte de chocarse con Gustavo, este último lo ignoro en un principio, pero al escuchar que el tipo le dijo algo no muy bueno, la sangre de Gustavo hirvió rápidamente, Gustavo lo tomo del cuello de la camisa y lo estampó contra la pared. Haciendo que ese hombre se sobresaltara, la calle estaba oscura, por lo tanto Gustavo no podía distinguir muy bien a esa persona.

- ¿Cuál es su problema, señor? - Preguntó el hombre, tomando de los brazos a Gustavo para que lo soltará.

- ¿Que fue lo que dijiste? - Retó Gustavo. El hombre empezó a respirar fuerte, se veía asustado y también se veía muy apenado.

- No, nada. Lo siento, señor. - Se disculpó, Gustavo solo sonrió mientras asentía. Lo soltó y este hombre cayó al piso con brusquedad. No había que resaltar mucho la diferencia de estatura entre ese hombre y Gustavo. Entonces, al momento en el que Gustavo estampó al hombre contra la pared, los pies del hombre quedaron colgados un poco.

El hombre caminó rápidamente, obviamente los planes de matarlo que tenía Gustavo seguían en pie.
Entonces tomó una barra de metal que estaba cerca de ahí, y lo golpeó en la cabeza, haciendo que ese hombre se cayera al piso mientras echaba un grito agudo. Al ver a ese hombre en el piso, retorciéndose del dolor, Gustavo sintió una oleada de emoción. Y lo volvió a golpear, una vez, otra y otra y otra. Hasta que el cuerpo de ese hombre ya no se movía. Gustavo por la adrenalina de ese momento, empezó a respirar fuertemente. Su ropa quedó empapada de él sangre de ese tipo.

- ¿Gustavo...? - Preguntó esa persona, impactada. Era Alya.

- Alya... - Susurró muy a penas Gustavo, su mirada cambio al terror. ¿Ahora que iría a hacer? ¿La tendría que matar? Pero, él no quería matarla. Sus sentimientos habían cambiado hacia ella. Le agarro un cariño muy fuerte, por no decir que empezó a amar a alguien por primera vez en su vida.

Ella se acercó a él, con miedo. Tratando de ver atrás de su novio, para de descubrir si realmente había visto al hombre que comparte cama con ella matar a otro hombre. Gustavo soltó la barra de metal que tenía en la mano, de la cuál la sangre goteaba. Gustavo se acercó a paso lento a ella.

- No, aléjate. - Alya habló, su voz se entrecortaba por el miedo que le ganaba.

- No, déjame explicarte. - Gustavo intervino, mientras se encontraba ya frente a ella. Ambos respirando rápidamente.

- ¿Lo mataste? - Ella preguntó, él dudo en responder, pero tenía que serle honesto por primera vez. Entonces él asintió con lentitud. Las lágrimas de ella empezaron a brotar.

- No, no llores. - Gustavo, se sentía extraño, sentimental, por primera vez en su vida, sentía cuando mataba a alguien y sentía el dolor de los familiares. Que sentimiento tan horrible. Él la abrazo, todavía dudoso de su próximo movimiento. No sabía que iría a hacer después. El simple hecho de pensar que la tendría que matar no le gustaba para nada, le generaba náuseas. E incluso un nudo en la garganta. Ella se dejó abrazar, está totalmente consternada, perdida y sobre todo confundida, pero aún así lo amaba mucho. ¿Lo iba a dejar?.

Gustavo sintió un bulto en el brazo de Alya y miró abajo con extrañez. Y vio su blazer. ¡Ella lo tenía, con razón no lo encontró consigo!.

- Con que tú traías mi saco. - Susurró. Se separó de ella lentamente y le quitó el blazer del brazo con lentitud. Ella permanecía mirándolo, con los ojos llorosos, mirando a un monstruo, pero a la vez mirando a un hombre que ama. Gustavo también la miraba, ella tenía sus manos a los costados del cuerpo de Gustavo.