𝐃𝐄𝐌𝐎𝐋𝐈𝐓𝐈𝐎𝐍 𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑𝐒 / 𝙶𝚞𝚜𝚝𝚊𝚟𝚘 𝙲𝚎𝚛𝚊𝚝𝚒

To The End

Omnisciente

Ahora bien, ¿Que paso con Gustavo? Pues verán, cuando se desmayó debido a los golpes de los anteriores hombres, habían llegado dos personas ajenas, para ayudarlo, llegó una ambulancia y lo traslado de nuevo a Buenos Aires. Más cerca, al menos. ¿Y que iría a hacer? Él no tenía ningún plan preparado. Y tampoco tuvo el tiempo para pensar en uno. Sin embargo, tenía algo en mente. Tenía que llamar a la persona que lo convocó, en primer lugar. Lucifer.

- ¿Ahora que hago? - Preguntó, tenía ese tono que realmente decía la verdad. Se notaba por su voz que estaba confundido. No hubo respuesta alguna. - ¿Ahora que hago? Responde. - Volvió a insistir, pero de nuevo, nada.
Estaba en el hospital una bata era lo único que lo cubría junto con una frazada para cubrirlo un poco más. El frío lo acorralaba de poco a poco pero, ya casi le daban el alta, para que por fin pueda irse. Las horas se le hacían eternas, como si pasarán años. De pronto llegó una enfermera a decirle que por fin se podía ir.

- Ya hemos autorizado el alta. Te podés ir, acá te dejo tu ropa y te podés cambiar en el baño. - Le dejo la ropa que antes tenía puesta, y le señaló la puerta del baño. Se despidió la enfermera.

- Gracias. - Susurró Gustavo, ni siquiera se espero demasiado y ya se había levantado con su ropa en las manos para por fin irse de ahí. Tenía cosas que cumplir. Salio ya completamente vestido y bajo para salir como le habían indicado, caminar le costaba un poco. Pero aún así camino bastante rápido, ni siquiera sabía qué hora era, pero se veía que era temprano.
Cuando ya estuvo abajo, por fin salió casi corriendo de ahí. Tenía que ir a su antiguo departamento, cambiarse de ropa y comer un poco.
Fue caminando entre esas calles. Se veía que era de mañana, el sol ya se estaba levantando, no pasaban de las 10am y no había demasiada gente. Cuando por fin llegó a su departamento, abrió la puerta. Se quedó un momento de pie, todo se veía triste, apagado, se veía solo. Obviamente, porque nadie estaba ahí.
Gustavo suspiró, miró al piso y vió una hoja de papel tirada en el piso, la tomo entre sus manos y la leyó.

"Gustavo Adrián Cerati, ha sido cordialmente invitado a la unión en matrimonio de Diego Tovar y Angélica García. Esperamos contar con su asistencia.

Fecha y hora a asistir: 08/05/'88
15:00pm

No iba a ir. Ni siquiera se acordaba de ellos. ¿Quién carajos eran?. Pero, tuvo una idea grandiosa. Que implicaba sangre, y también tiempo. Eran
Entonces fue a su baño, a darse una ducha. Salió unos minutos después y por fin se vistió. Un traje completamente negro con una corbata roja. Se peino un poco para verse mejor. Tenía hambre, Gustavo quien sabe desde hace cuánto que no come nada. Entonces hizo algo sencillo para él. Comió, tomándose su tiempo, no tenía prisa. Asi que comió tranquilo, por fin. Después de tanto. Salió de su casa unas horas después y se dirigió a la ubicación de esa boda.

[...]

A

hí estaban los invitados. Que eran pocos, tal vez menos de 50. Algunos familiares y amigos, presentes en ese pequeño "salón de fiestas". Aunque de pequeño no tenía nada, era tan grande como la China misma.

«Que aburrido» pensó Gustavo, ya se encontraba sentado en esas sillas que casi siempre son tan incómodas. Veía a la gente y la gente lo veía a él, como si fuera inferior a ellos. Muchas mujeres con aires a Barbie's y hombres que simulaban ser sus Ken's. Totalmente ridículos. Gente falsa, básicamente. Aparentando algo que no son. Y eso a Gustavo en verdad le divertía mucho. Le era gracioso, e incluso, un tanto irónico. Adjuntando el hecho de la ropa tan extravagante y ridículamente "caras" que tenían puestas esas personas. Quizá Gustavo estaba exagerando.

Una señora se le quedó mirando, Gustavo le devolvió la mirada confundida de siempre y está misma señora le volteó los ojos. Un vestido blanco, que normalmente las novias deben traer, un sombrerito ridículo de ala ancha del mismo color y un pequeño abanico de mano, tenía su porte muy bien cuidado, y sus modales... Bueno, esos no tanto en realidad.

Una clase de "ceremonia" empezó y los novios llegaron. Ahí vió a Diego y a Angélica. Ellos iban con él en la escuela, le caían extremadamente mal. Pero claro, el iba ahí por una razón en específico. Todos sabemos cuál. Tenía consigo sus dos grandes compañeros, cuchillo y arma cargada. Por si acaso.

Un sacerdote llegó y dio sus palabras, bendijo todo y a todos, dio gracias a Dios y bla bla bla. Y dijo las típicas palabras antes de que los novios se besen "quién se ponga a esta unión hable ahora o calle para siempre". Por favor, los "novios" ni siquiera se ven bien juntos. Son tal para cual, eso sí, totalmente iguales, con esos aires de grandeza y soberbia hacía los demás. Y posiblemente con tanto billete en sus bolsillos que hasta se desparraman. En fin, Gustavo comenzaba a aburrirse, pero afortunadamente, la fiesta iba a comenzar. Esa pequeña parte en donde los novios bailan y festejan junto con sus familiares y amigos, y la mejor parte para Gustavo es que todos ahí se iban a embriagar tanto que fácil él no tendría que matarlos, sino que se matarían ellos mismos accidentalmente por el alcohol.

Gustavo se levantó y fue por un trago, champagne y otras cosas para comer. Él solo tuvo que esperar a que la gente se empezará a tambalear y ahí sería su señal. Cuando la gente se separaba del centro del lugar Gustavo aprovechaba para cortarles la respiración por su cuello. Por poco estropean su plan. Por suerte no. Movió el cuerpo de un tipo -que ni conocía- alejado del lugar, sangre no había y eso era bueno. Así no habría un rastro gigante de sangre. Abrió una ventana y lo tiro por ahí.

«¿Por qué tienen que ser tan pesados?» Gustavo dijo para sí mismo.

Fue haciendo lo mismo con cada persona que se separaba del grupo. Aunque aún no pasaban de las 6 pm la gente ya estaba o completamente dormida o completamente ebria. Era divertido. Ver cómo la gente agonizada por vivir comenzaba a llorar, a Gustavo le agradaba mucho. Habían diferentes lugares en los que los cuerpos se encontraban esparcidos. Algunos más a la vista y otros no. Igualmente los invitados no se darían cuenta, se veían dormidos e inclusive Gustavo dudaba si en verdad estaban ya muertos o dormidos. Ya que no reconocía a qué personas había matado y a cuales no.

10 personas y los novios incluidos. Solo ellos. Gustavo saco su arma. Así le sería más fácil, un disparo y una persona en el piso arrastrándose o agonizando. Otro disparo nuevamente y una persona más. Y otra vez. El novio le fue lo más divertido.

Diego, estando en el piso, con algunos golpes por forcejear con Gustavo. Y Gustavo con su arma en la mano izquierda, teniendo la urgencia de disparar, escuchó algunas palabras y susurros de su parte.

- Por favor, no. - Alcanzo a pedir, pero Gustavo hizo caso omiso. A estas alturas Diego estaba llorando y en shock, y claro, con toda razón. ¡El tipo acababa de matar a nueve personas enfrente de él, más encima de las que Diego no presenció! Y él sería el décimo asesinado...

Disparó, y el cuerpo de Diego cayó violentamente al suelo, dejando un buen charco de sangre en el piso.

- Ugh, que asco, mis zapatos, imbécil. - Gustavo susurró, y después le dio una patada al cuerpo. - Mierda. No puede ser, no, no, no. - Maldijo en voz baja, al escuchar sirenas de policía cerca del lugar, Gustavo entró en pánico. Salió casi corriendo de ahí. Más bien, volando. Corrió y corrió... ¿Lo atraparan? No podría ¿No?. ¿Tanto esfuerzo para que al final lo atrapacen? No, Gustavo no podía ser tan imbécil.

🔪🔪🔪
HOLAAAAAA LES ACTUALICÉ POR FIIIIIINN JUEPUTA, ah 'taba loca.
Espero les haya gustado este cap, en realidad no se me ocurrió mucho para meterle detalles así que así lo dejé JAKSKJA aún así me gustó un poquito.

⚠️EL SIGUIENTE CAPÍTULO VA A CONTENER CONTENIDO SENSIBLE ⚠️ (hablo de temas sensibles que posiblemente me vaya a arrepentir después) quedan advertidos. Así que no me puteen después, ah.
Ahora sí, chau 🫂🫂🧸