1: Medidas desesperadas

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Enero 2017

—Se acaba de desatar un tremendo poder en el continente americano —dijo el periodista de NCN con cierto temor. —Menos de treinta minutos atrás comenzó un terremoto, un terremoto que no parece ser natural. Los científicos nos informan que no es algo generado por las placas tectónicas. El terremoto es generado por un poder solo visto en las antiguas leyendas. ¿Será que volvieron los personajes de las leyendas que contaban nuestros antepasados?

**(Dos horas antes)**

—¿Padre, qué es lo que está por suceder? Me despertaste a las cinco de la mañana y no me diste tiempo ni para cambiarme —reprochó quejosa la niña.

—Hija, ¿tienes el collar que te di, cierto? —preguntó el padre afanadamente mientras conducía a toda velocidad.

—Sí, pa, me dijiste que nunca me lo quitara —contestó curiosa.

—La verdad es que ese collar es un candado que tendrás que usar antes de lo que pensé —dijo con tono de preocupación mientras tomaba rápidamente una curva.

—¿A dónde vamos tan rápido, papá?

—Conocerás a tu coheredero —contestó sin quitar los ojos del camino.

—¿Coheredero? —preguntó la niña, con más preguntas que antes.

El padre detuvo el auto frente a un edificio de departamentos y llamó al departamento trece. La voz de una mujer preocupada contestó, y cuando mi padre le dijo que ya habíamos llegado, nos abrió la puerta. Agarrándome de la muñeca, me arrastró como cometa hasta la puerta del departamento. Cuando nos abrieron la puerta, frente a mí vi a un niño con una expresión tranquila, mientras nuestros padres hablaban preocupados en el diván.

—Hola, mi nombre es Kaito —dijo extendiendo la mano.

—Yo soy Shishieru, mucho gusto —contesté, agarrándole la mano.

Luego de estrechar sus manos, los padres voltearon a vernos y la madre de Kaito corrió a buscar algo para él. En eso, mi padre se acercó a mí y se arrodilló frente a mí.

—Hija, es momento de que sepas algunas cosas. Eres una heredera de invierno, al igual que Kaito —me dijo mi padre sin preocuparse por si le creía o no. —El collar que te di es un candado, el cual tuve que ponerte para sellar tus poderes. Esta es la llave —dijo, alcanzándome un zafiro que parecía una parte perdida del collar. —Con ella debes activar tus poderes por primera vez, el poder de la blanca nieve que te permitirá combatir contra un gran mal que despertará antes de lo que preveíamos los vejestorios.

—No entiendo por qué no sabía nada de esto. ¿Soy una clase de heroína? —pregunté, sin quitar mis ojos del collar.

—Eres más que eso, eres la salvadora de la humanidad. Y debido a la interrupción de la comunicación con los otros tres reinados, tú y Kaito tendrán que defender la tierra solos.

—¿Solos, señor? ¿No se supone que eran ocho integrantes? —preguntó Kaito, desconcertado.

—Veo que tu madre ya te habló de esto antes. Es correcto, son ocho en total, pero los otros seis no son de invierno, y el último año no hubo buena comunicación entre reinos —contestó el padre, sintiéndose algo culpable.

Luego de eso, la madre de Kaito llegó y le dio a Kaito un collar casi idéntico al de Shishieru.

—Ustedes tienen los collares de invierno, son como los anillos de verano, los brazaletes de primavera y los pendientes de otoño. Estos pueden incrementar su poder en un momento complicado —explicó el padre rápidamente.

Kotoshi no Kisetsu: Las estaciones del añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora