Como una alternativa para ayudar a sus hermanos, JiSung intenta buscar un trabajo, pero al ser menor de edad no consigue nada y decide comenzar a robar a las personas, comenzando con aquellas que van solas por la calle, por esa razón conoce a ChenLe...
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•Perspectiva de JaeMin•
¿Alguna vez se han enamorado de una forma tan natural? Que no se lo esperan, que no entienden como pasó, que saben que a pesar de todo, las cosas vuelan a tu alrededor cuando miras las acciones, reacciones, expresiones y sentimientos evidentes de esa persona pero ella no sabe lo que sientes porque tienes una expresión neutra en tu rostro tratando de descifrar lo que pasa en tu interior.
―¿Vas a entrar?
¿Es normal enamorarte así? Del sonido de su voz, de sus ojos brillantes, de la forma en como te mira como si fueses cualquier persona que está en su mundo. No tienes tiempo de pensar en otra cosa que no sea él y...
―Oh, disculpa a mi hermano. A veces le cuesta moverse cuando está con la silla.
―De saberlo le ayudo, una disculpa por no entenderlo.
Estás atrapado en un espiral donde sólo tienes tus ojos puestos en él y cuando desaparece de tu campo de visión dices: "Quisiera volverlo a ver".
―JaeMin, ¿estás bien?―escucho una vez más a Mark, casi pegado a mi oído y tengo que asentir con un sonido de mi garganta porque mis ojos se negaban a despegarse de la bolsa con pequeños medallones de dibujos animados y calcomanías del chico delante de nosotros.
Mark parece entenderlo porque se aleja de mí para mirar al chico delante de nosotros.
Aún no puedo comprender los tubos en su rostro pero por alguna razón se me hacen realmente curiosos y mis cejas se arrugaron, cuestionándolo.
―El grupo ya está reunido, ¿quieres ayuda?
Mark vacila pero accede a darle su lugar detrás de mí y le busco, asustado pero los ojos del chico me miran atentos y trago grueso, encogiéndome en mi silla.
―Estarás bien, vendré en unas horas.
Su mano se levanta al alejarse, despidiéndose y levanto mis ojos al chico, pero vuelvo a mi lugar, mirando al frente con las mejillas sonrojadas. Fue amable de dirigirme a una habitación grande, mucho más que mi casa donde un grupo de sillas albergaban a un par de personas, me deja con cuidado en un lugar antes de tomar asiento a mi lado, sacándose el bolso que deja en el suelo.
―¡Bienvenido, Jaeno! ¿Traes un amigo nuevo?
―Oh, algo así. Es hermano del chico de los globos de afuera...―puntualiza dándome una mirada rápida que yo esquivo, volviendo a mirar el suelo―, me ha dicho que puede ser una adición para nuestro grupo.
―Es muy lindo conocer gente nueva, ¿quieres... presentarte?
Mi mirada se alzó por inercia, clavándose en la mujer con traje de enfermera de color rosa y los cabellos rubios en una trenza con flores; doy una mirada rápida al lugar, porque es nuevo para mí estar en ese lugar y ella parece entenderlo cuando se ríe, aunque para mí fue como una burla y por eso la miré mal.
