Como una alternativa para ayudar a sus hermanos, JiSung intenta buscar un trabajo, pero al ser menor de edad no consigue nada y decide comenzar a robar a las personas, comenzando con aquellas que van solas por la calle, por esa razón conoce a ChenLe...
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•Perspectiva de JiSung•
La mañana siguiente fue igual de fría que cualquier día, fue tan vacía que podía escuchar hasta las respiraciones así no quisiera hacerlo, empezando por la de JaeMin, quién me dio una mirada vacía mientras terminaba de salir de la habitación con ayuda de su silla de ruedas y se iba hasta la sala de estar en lo que yo terminaba de vestirme. TaeYong nos había dejado desde muy temprano porque él y SiCheng iban a comprar algo de comida para llenar un poco el refrigerador y nuestros estómagos, seguido de ello volverían a casa para que SiCheng nos cuidara a mi hermano discapacitado y a mí, porque -al igual que todos los días- Mark se iría a su trabajo de vender globos afuera del Hospital más cercano y TaeYong iría a trabajar en casa de esa mujer que lo contrataba todos los fines de semana por cualquier eventualidad con su jardín; no era opción que TaeIl nos cuidara porque se había vuelto a ir desde temprano a casa de su amiga, MoonByul.
Me coloqué la sudadera amarilla que SiCheng me había regalado hace unos años y salí de la habitación, crucé el pequeño pasillo y observé a JaeMin, estaba cerca de una de las ventanas que miraba hacia el pequeño jardín, tenía el suéter de lana encima de su regazo y sus ojos están perdidos en algún lugar. Camino hasta él y pongo una de mis manos en su hombro, atrayendo su atención, lo escucho suspirar.
― Aún no regresan...―su voz suena alejada―, SiCheng-hyung dijo que compraría algo dulce para nosotros, intentaría convencer a TaeYong-hyung.
― Comprendo.
JaeMin gira a verme cuando tomo asiento en el sofá de la sala de estar, tomando el cojín que está allí para ponerlo encima de mi rostro―. Mark dijo que te diera los buenos días, prometió que hoy compraría helado para nosotros.
― No me interesa lo que Mark haga o diga...―le digo, ahogando mi voz con el cojín.
― Sí, lo sé, pero...
― Nana, basta, no me interesa saber de él.
JaeMin deja de hablar cuando la puerta de entrada es abierta, por ella pasa SiCheng cargando varias bolsas, nos sonríe cuando cruza la puerta y deja varias de las bolsas en la mesa, dejando algunas también en el mesón de la cocina. JaeMin se mueve un poco con su silla, yo retiro el cojín de mi rostro, me acerco hasta mi hermano y tomo la silla para dirigirlo conmigo a la cocina; SiCheng nos entrega un plato con sándwiches, un poco de leche en dos vasos y fruta picada en un platillo aparte.
― TaeYong-hyung dijo que comieran fruta, necesitan vitaminas, es lo único que los va a proteger de enfermarse―SiCheng se sienta con nosotros a comer una manzana, JaeMin asiente tomando de su vaso de leche y yo ruedo los ojos cuando observo el vaso con el lácteo―. ¿Tienen algo que hacer hoy?
JaeMin no responde, yo tampoco.
SiCheng asiente, entendiendo que ninguno de nosotros quiere hacer algo en especial, claro, porque en ese momento mi mente divagaba en la conversación del día anterior con EunWoo, pensando seriamente en lo que debía de hacer para ayudar a mis hermanos. Claro, el único imperfecto de mi plan era la hora, porque no podría volver a salir en la noche, no cuando mis hermanos estaban paranoicos por la ida de JungWoo, así que tenía que reformular mis opciones.
