Como una alternativa para ayudar a sus hermanos, JiSung intenta buscar un trabajo, pero al ser menor de edad no consigue nada y decide comenzar a robar a las personas, comenzando con aquellas que van solas por la calle, por esa razón conoce a ChenLe...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
•Perspectiva de JiSung•
La mañana se hace presente con rapidez, creo que hasta debo de decir que ansiaba ello, por lo que no me preocupé exactamente de casi no dormir en la noche, yo estaba ansioso y todo se debía a las dichosas fotos de la cajita del desconocido chico; JaeMin, esa mañana se burló de mí, se rió un rato en mi cara y me murmuró algo de: 'Quizás estás exagerando... blah, blah... No eres tan maduro que digamos'. Ahora no entendía mi situación, menos lo haría si le pedía consejos a alguien como Nana.
También pensé en la posibilidad de pedirle ayuda a Mark, pero no, algo -muy pequeño- me gritaba que caer bajo pidiéndole ayuda a alguien como Mark no sería buena idea; podría ser un buen elemento de último minuto pero no ahora, no lo necesitaba por el momento. Por eso simplemente me levanté de mi cama, después de haber reflexionado un poco e intentar recordar las facciones del rostro de aquel chico, era casi imposible, no lo sabría hasta verlo y no estaba seguro de que él quisiera verme, por eso me puse la chaqueta de cuero negra, y cubrí mi cabello con un gorro que SiCheng se había comprado para sí, pero que aún no había usado.
Me dirigí por el pasillo para buscar a JaeMin, pero con quién me encontré fue con TaeYong, tenía el entrecejo fruncido, los ojos llorosos y apretaba un pedazo de papel en sus manos. Sus labios estaban prietos, temblando ligeramente; aquello me dio mala espina, por eso me agaché a su lado, le coloqué una mano en el hombro y él levantó la mirada para verme.
Su mirada me transmitía dolor, también un poco de terror y hasta pánico.
Aquel no era el TaeYong que yo conocía.
― Extraño mucho a JungWoo...―menciona, comenzando a llorar―, lo extraño demasiado.
Le abracé, era lo único que sabía podría ayudarle, porque lo necesitaba en ese momento, necesitaba que alguien lo abrazara. TaeYong siempre se caracterizó por ser el más fuerte de nosotros, quizás hasta un poco más que TaeIl, pero era obvio que TaeYong lloraría si algo le dolía, si algo le afectaba, si las cosas no le salían como él pensaba que serían; TaeYong es el tipo de persona que confiará en su instinto y se encargaré de que los problemas sólo le afecten a él y eso no es bueno, bajo ningún método.
― Él está bien, hyung...―le susurro. Una mentirilla vacía no mata a nadie, ¿verdad?―, él está feliz de poder ayudarnos. Él es fuerte, puede con lo que sea.
Quizás mentí, bueno, estaba seguro de ello, pero TaeYong dejó de llorar así que eso me tranquilizó, me convenció de que las cosas estaban bien hasta ahora. Él se despegó de mí y besó mi frente, se llevó consigo el papel y no pude evitar pensar que se trataba de una carta de parte de JungWoo-hyung y que quizás esa era la razón de su llanto, de sus palabras.
― ¿Qué haces, Sung?―levanté la mirada hasta el final del pasillo, observando a SiCheng. En sus manos trae una escoba y un pañuelo adorna su cabello recogiendo éste hacia atrás―. Levántate del suelo, está sucio. Espera, ¿es ese mi gorro nuevo?
