Llegando a casa después de mis clases y las benditas prácticas veo el auto de mi hermano Carlos, mi hermano que se fue hace más de dos años y nunca se puso en contacto con nosotras, volvió.
Lo primero que veo al entrar es la sonrisa gigante de mamá, está feliz de ver nuevamente a su hijo "el niño dorado", no puede disimularlo, yo por mi parte estoy cautelosa, ¿por qué vuelve después de dos años y me sonríe como si nada hubiera pasado?, después de no haber respondido ni a uno de mis mensajes o las llamadas de mamá ni mías.
— Hola — Dice mirándome con una sonrisa.
— ¿Hola?
— Vení sentate, tu hermano está esperando por que quiere hablar con nosotras. —Golpea con entusiasmo el sitio a su lado para que me siente.
— ¿De qué?—No puedo ser amable con él aunque lo trate, fuimos contrincantes toda la vida, mama siempre nos comparaba y el siempre era el mejor, no me sorprende que este tan feliz de volver a verlo.
— Las cosas no me salieron muy bien estos últimos meses, me subieron mucho el alquiler del departamento, y el cuarto del garaje donde guardo el auto — Solo lo miro, aunque en mi cabeza ya se mueven muchos motivos del porque su visita después de tanto tiempo.
—Como ustedes son las dos solas a lo mejor... podrían buscar un lugar más chico para vivir.
— ¿Y por qué haríamos eso?
— Así mamá vende la casa y me da parte de lo que me corresponde para poder comprarme algo con lo que tengo ahorrado y no tendría que estar pagando alquiler.
— Así que lo que querés... es tu "herencia" por adelantado, porque si no te diste cuenta esta casa no te corresponde hasta que mi madre ya no esté, hasta entonces no tenés ningún derecho.
— Y vos tampoco y sin embargo seguís viviendo acá de arriba.
Mamá lo mira un poco enojada aunque es raro en ella ya que mis hermanos siempre fueran la luz de sus ojos, no quiero sonar egoísta o envidiosa, pero por el solo hecho de ser hombres siempre los trato mejor que a mí, en todo sentido, aunque no nos maltrató físicamente, para mí siempre hubo críticas muy machistas como... — Una señorita no anda a esas horas en la calle. — Cuando volví una vez a las 22:30 de la casa de mi amiga que vivía a seis cuadras, o cuando dijo... — Mi papá siempre decía a las hijas mujeres no hay que darles alas por que se vuelven putas. — Cuando le pedía permiso para salir a bailar, pero con mis hermanos eso no pasaba, podían salir y entrar a casa a la hora que quisieran. — Es diferente Rocío ellos son hombres— Esa era su única explicación cuando yo me quejaba de las diferencias que hacia entre nosotros, así que verla mirar a mi hermano con enfado un poco me sorprende.
—A los tres los ayudé con sus estudios, tu hermana no vive de arriba, ella también trabaja. Además lo que duró tu carrera jamás ayudaste con la casa o a pagar algo de tus estudios, no tienes derecho a venir a reclamar cuando soy yo la que decide qué hacer con su propio dinero.
— ¿Me estas sacando en cara lo que gastaste conmigo?—Pregunta mientras le dirige una mirada llena de enojo.
—No, te estoy haciendo acordar que a los tres los ayude por igual, es más a Rocío la ayudó menos de lo que les ayude a ustedes.
— Ok, ¿qué vamos a hacer con la casa?—Parece que nada mas le importa que a lo que vino.
— No la voy a vender, viví casi toda mi vida acá, no tengo intenciones de irme a ningún lado, lamento que estés pasando un mal momento pero no te puedo ayudar.
—Esta casa es muy grande para ustedes dos...
— Ya te dije, no la voy a vender.
—Me parecía que era al pedo venir. — Se levanta de su asiento y mira a mamá como si esta lo hubiera traicionado de alguna manera.
Cuando se ha ido y cierro la puerta de entrada me acerco a mamá que sigue sentada en la misma posición que estaba antes de que Carlos se fuera, cuando estoy por decir algo ella se levanta y me dice...
— No digas nada. — Y se encierra en su habitación por lo que queda del día.
Es doloroso ver las verdaderas intenciones que tiene las personas hacia ti, mis hermanos se quedaron junto a mamá mientras les fue útil, cuando sus estudios estuvieron acabados y ellos comenzaron a ganar bien en su trabajo se fueron sin más, mamá jamás les pidió nada, sin embargo les dio todo lo que tuvo y pudo, les dio su amor incondicional y los apoyo tanto emocional como económicamente sin embargo parece que a ellos no les importo.
Ese sentimiento de culpa ajena que tengo de no ser agradecida a penetrado bajo mi piel hasta los huesos, trato de pedir la menos ayuda económica que pueda y ayudó con los gastos de la casa, pero mi trabajo que es poco estables no ayuda mucho, lo único que pude conseguir que coincidiera con mi horario de clases y las horas de estudio que debo dedicar a mi carrera fue como "maestra particular" apoyo a niños de primaria, no es tan mala paga pero es inconstante, a veces vienen a veces no, depende de cuando los padres pueden pagar las clases.
Mamá no habla mucho de lo que siente, sobre todo del abandono de sus dos hijos, mis hermanos, pero cuando yo quiero comentar algo del por qué se fueron o que poco agradecidos con ella siempre me calla diciendo que sus razones deben tener aunque nunca puedo encontrar el ¿por qué? Claro está que era normal que se independizaron es lo más lógico del mundo, lo que no entiendo es por que al irse cortaron todo lazo, no logro entenderlos.
Carlos y Jesús mis hermanos de 28 y 27 años respectivamente, estudiaron al igual que yo en una escuela pública, fueron a una universidad pública sin embargo los gastos de transporte y material para sus carreras, libros ,útiles, comida, todo, lo pago mamá para que ellos solo se concentran en estudiar. Carlos se recibió a la edad de 23 años de arquitecto y comenzó a trabajar de inmediato por contactos que había hecho durante su carrera, todo logro que el conseguía mama lo festejaba en grande, siempre comparándonos, siempre poniendo en tela de juicio si el esfuerzo que nosotros hacíamos era suficiente, sino que miráramos como a Carlos le iba tan bien.
Jesús por su parte estudió abogacía al recibirse se fue de casa asegurando tener donde vivir lo que sorprendió a mamá ya que no tenia según ella medios para mudarse, lo que ella no sabía es que él había estado trabajando medio tiempo y ahorrando ese dinero por años, así que alquiló su propio departamento con despacho para trabajar allí, al igual que Carlos Jesús siempre recibió elogios pero era opacado constantemente por Carlos aunque este no hiciera algo bien mama encontraba una excusa del porque eso sucedió así, con Jesús eso no pasaba no había excusas para sus fracasos pero siempre terminaba ignorándolo.
Así mis hermanos se llevaron todo lo que tenían y nunca volvieron a llamar o a contestar una llamada. Ilusamente creí que al desaparecer de escena las comparaciones terminarían, y sucedió, las comparaciones y las criticas menguaron hasta desaparecer, pero solo hasta que su tristeza paso y volvió a ser ella nuevamente.
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Tus ojos de Ginkgo
RomanceRocío cursa el tercer año del profesorado de psicología, en el transcurro de su vida se a dedicado a complaciendo a otros, es lo que conoce y esta conforme con ello, hasta que un día esos pensamientos comienzan a cambiar, su vida da un giro inesper...