Capítulo 11

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      Se que es domingo, se que ya amaneció porque la luz entra por la ventana, estoy quieta mirando el techo, no he podido cerrar los ojos desde que llegué hace una dos horas, todavía puedo sentir su perfume, la sensación de su palma en mi espalda cuando me abrazo al despedirse, nos acompañaron a casa.

Creo que a Flor le gusta Lucas.

Siento que recién he dormido unos diez minutos cuando mi celular suena, es un mensaje de Pablo, prestó atención a lo hora que marca el celular y son las tres de la tarde, me debato entre mentir y decir que mi amiga sigue mal o afrontarlo con la verdad y decirle que no tengo ningunas ganas de salir con él, sigo debatiendo entre qué hacer cuando suena otro mensaje, no sé qué hacer, solo quiero dormir, ¿y si finjo que no vi la notificación? no creo que pueda hacerlo, mañana tenemos clases juntos, ¿qué hago? mi cuerpo se siente pesado, estoy agotada y no tengo fuerzas para excusarme y menos para ir al cine.

Decidí ir al cine, pero solo para aclarar la situación quizás no quiera nada más y me haya invitado por cortesía ya que somos compañeros, Flor no opina lo mismo, ella cree que claramente tiene otras intenciones, que no invitas a una compañera de clases con la que hace poco hablas al cine sobre todo si es del sexo opuesto.

La película es de acción lo que agradezco porque después de mi charla con Flor temía que él eligiera una comedia romántica o algo así, no dejo que pague ni mi entrada ni mi comida, algo que parece no le gusto, afirma que él me invitó y que quería pagar todo, me siento un poco incómoda, no hay muchas personas en la sala, estamos sentados en la penúltima hilera de asientos sobre el pasillo.

En medio de la película se acerco a mi oído para preguntarme si me gustaba la película , mi cuerpo reaccionó antes que mi mente y me aleje de él al instante, él pareció no importarle porque sigue hablando de la película como si nada, después de ese momento me costó volver a concentrarme en la película, pero lo peor vino después, cuando la película terminó y salimos de la sala, caminamos fuera del complejo, ya estaba anocheciendo y el aire se sentía frío inconscientemente me abrace a mí misma, él se acerco y paso su brazo sobre mis hombros tratando de acercarme a él, sentí que la piel que toco me quemaba, porque se tomaba la libertad de tocarme cuando no le había dado permiso ni una insinuación de que quería que lo hiciera, me aparté de él rápidamente lo que no le gusto su cara mostraba una mezcla de disgusto y enojo.

— ¿Qué pasa? ¿Por qué te alejas?

— ¿Por qué me abrazas?— Y da un paso hacia mí y yo retrocedo.

— Bueno... vinimos al cine y pensé...

—Creo que lo malinterpretaste, somos amigos, compañeros de clases por eso acepté tu invitación—Él parece desorientado como si lo que acabo de decir no tuviera ningún sentido.

—Pero aceptaste hacer el trabajo conmigo y las prácticas, pensé...

— Me pediste ser compañeros en el trabajo práctico y acepté, las prácticas venían adicionalmente y no lo sabía en ese momento, eso no quiere decir que yo sintiera nada.

—Pero...

—Perdón si en algún momento te di alguna señal confusa no fue mi intención— No espero que responda y me voy, no creí que... No sé lo que esperaba en realidad.

Llego a casa y dejo mi bolso en el suelo, Flor sale de su cuarto y me mira expectante.

— ¿Cómo fue?

—Mal

— Lo sabía, se notaba a leguas que esto iba a pasar, contame ¿qué paso?

Mientras hablamos le cuento con lujos de detalles desde que llegamos hasta que hui del lugar, ella concuerda conmigo que no le di ninguna señal de que me gustara siempre he sido cortés y nada mas no sé porque creyó que me gustaba.

Cuando volví a verlo en la cátedra de Psicología educacional él estaba sentado en la primera fila, ve miró y giró su cara de nuevo al pizarrón ≪Genial≫ , las cosas no mejoraron ya que debíamos realizar un informe sobre el texto asignado durante la clase y presentarlo al finalizar, él no se movió de su asiento para buscarme y realizarlo, me planteé hacer lo mismo pero me pareció demasiado infantil, fui hasta su asiento y le dije si podíamos trabajar juntos, quitó su mochila del asiento a su lado para que me sentara, fue la hora y media más larga de mi vida.

Las prácticas fueron más llevaderas puesto que no teníamos permitido decir una palabra durante la clase, por lo que no hubo necesidad de forzar ninguna interacción, al salir de la escuela el tomo el camino contrario que lo lleva a su casa y se fue sin decir adiós, me hacía sentir mal y por momentos no, porque era consciente que no había hecho ninguna insinuación de querer algo más con él que una amistad.

Lo único que despejaba mi mente de los exámenes, el trabajo y la nueva incomodidad con mi compañero eran los mensajes de Jun, siempre preguntaba cómo estaba y me contaba algo sobre de él, lo mejor fue cuando comenzó a enviarme mensajes de audio, su voz es encantadora, una mezcla masculina y tierna, me volvía loca, en ellos me contó cosas, como que había nacido en china en la ciudad de Xi'an, después de graduarse de la escuela, viajó por el mundo, Japón, Inglaterra , Tailandia, Brasil y su viaje lo concluyó en Argentina donde decidió quedarse y estudiar medicina. Almorzamos un par de veces juntos con la sorpresa que ni Flor ni sus amigos podían esos días almorzar con nosotros, durante esos almuerzos me contó que desde que decidió instalarse acá no había tenido oportunidad de volver a China ni en las vacaciones, los extrañaba mucho pero también ya se había acostumbrado a vivir solo.

Hablábamos cada que teníamos oportunidad, una noche volviendo del trabajo recibí un mensaje suyo pidiéndome si podíamos salir el fin de semana, el estomago se me retorció, estaba por escribirle SI automáticamente y me dije que esperara aunque fuera unos minutos para no parecer desesperada aunque un poco lo estaba a decir verdad, quería volver a verlo había pasado unos días desde que hablé con él en persona.

Quedamos en ir a almorzar el domingo, la primavera ya llego así que tenía que dejar mi abrigo atrás y buscar que mas ponerme que me hiciera sentir cómoda. Flor apareció en mi puerta con un vestido celeste pastel con diminutas flores blancas, la miré con disgusto.

— ¿En qué mundo me ves con un vestido puesto?—Ella miró el vestido que tenía en su mano y dijo.

— Pero es perfecto, entre sexi y angelical.

— No me gustan los vestidos, me siento incómoda, además si se levanta viento se me va a ver hasta el alma.

—Pero es muy bonito— Hizo un puchero y estiró la mano con el vestido.

— No tengo que ponerme en los pies para llevar vestido.

— Yo te presto.

— Calzo tres números más que vos.

Salí de la habitación con el bendito vestido puesto y unas converse negras que habían visto mejores días...

— Me gusta la combinación.

— ¿Estás segura que queda bien?

— Estas muy bonita, tranquila.

— Ok, ya me voy — Paso mis manos por el vestido, todavía no estoy muy segura de salir con esto puesto pero... Flor me agarra de los hombros y dice muy seria.

— Y espero que cuando vuelvas me digas que por fin ya lo besaste— Me gira en dirección a la puerta y me saca del departamento cerrando la puerta detrás de mí.

Tus ojos de GinkgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora