Algo le decía en su interior que debía despertarse ya, por lo que abrió los ojos de golpe, y rápido encendió su celular que se encontraba en la mesita de noche a un costado de su cama, dándose cuenta que tenía veinte minutos para llegar a su primera clase.
Soltando una maldición, se levantó como si estuviera poseído corriendo al baño para darse una ducha rápida, cambiarse con lo primero que encontró bajó a la cocina a comerse tan siquiera un pan con café, no era un desayuno pero ya no tenía tiempo de prepararse otra cosa decente.
Salió disparado de su casa, sin tener oportunidad si quiera despedirse de su mamá, asegurándose de cerrar correctamente el cerrojo y corrió hacia la parada de autobuses más cercana, tardó diez minutos en pasar lo cual aseguraba que ya llegaría tarde.
Al llegar a su universidad, atravesó a toda prisa la entrada dirigiéndose en automático a la facultad de artes, subiendo de a dos escalones hasta llegar al tercer piso, donde antes de aparecer en la vista periférica de alguno de sus compañeros de clases, trató de minimizar su respiración acelerada o fingir que no había venido corriendo.
Posterior a ello, abrió la puerta con cuidado de no interrumpir y se dirigió con discreción hacia su asiento. Agradecía mucho que la mayoría de los profesores con los que tenía clase, no le daban importancia si te metías al salón tarde y cuando ellos ya estuvieran explicando, pues sería tu responsabilidad preguntar sobre la misma.
Se sentó al lado de Seungmin, un omega que se convirtió en su mejor amigo en la carrera. Desde que se conocieron no han querido separarse, armaban sus horarios para coincidir, metían las materias juntos y hacían los trabajos que se requerían en equipo, pero como le sufrían cuando el trabajo no podía ser en binas y tenía que ser en equipos más grandes, donde muchas ocasiones terminaron separados por no acompletar el equipo solicitado.
Seungmin le susurró un pequeño hola en tono bajo, que el azabache escuchó, y le respondió tras haberse tranquilizado para posteriormente comenzar a sacar su libreta y anotar lo que estaba en la pizarra.
Terminando sus clases hasta el medio día, decidieron ir a buscar a Félix, un omega pecoso el cual se incorporó a su pequeño y solitario grupo de amigos que conocieron cuando su facultad de gastronomía hizo un festival culinario. El omega había hecho brownies, destacando por sobre todos pues eran pocas las personas que les gustaba la repostería.
- Hey, ¿como están?.- cuando llegaron a la facultad del pecoso, fue cuestión de segundos para distinguir su aroma a chocolate blanco combinado con vainilla y escuchar su distinguida voz grave por sobre todos. Se les acercó con una enorme sonrisa en el rostro con su cabello recogido en una media coleta, y los otros dos omegas entrecerraron los ojos.
Félix brillaba muchísimo y a veces los dejaba medios ciegos.
- Félix, ¿de dónde sacas tanta energpía? Comparte un poco para aguantar mi día.- habló entre murmuros cansados el azabache, pues después de la adrenalina de correr en la mañana para ir a su clase, se le drenó la energía y apenas podía mantener los ojos abiertos, algo nada anormal en él dada la característica de sus ojos zorrunos.
- Oh vamos, es un buen día.- siguió con la sonrisa, pero un pensamiento llegó a su mente, y poco a poco fue cambiada por una mueca preocupada.- bueno, podría serlo, de no ser por el tema del Hanahaki.- terminó de hablar con un puchero triste mirando a sus amigos.
Seungmin solo asintió con la cabeza dándole la razón, pero Jeongin no tenía idea de que hablaban.
- Espera, ¿qué es eso?.- preguntó desconcertado el omega azabache mirando simultáneamente a los dos omegas frente a él esperando que le resolvieran sus dudas.
ESTÁS LEYENDO
✿ Hanahaki ✿
Fiksi UmumYang Jeongin, un omega dominante que pensando que no podría vivir aún peor, se vió atrapado en un momento del tiempo presente donde toda la humanidad tenía un temor hacia una mortal enfermedad, el Hanahaki, es un misterio de dónde salió, pero lo úni...