→ 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 ; 0 1 0

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UN SOL, UNA LUNA,
UNA NUBE Y UN PERDÓN

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Llevaba esperando en su lugar un poco más de quince minutos, escuchó claramente cuando el timbre de preparatoria anunció la hora del almuerzo y por más que esperara Yashiro aún no llegaba.

Se preguntaba que estaba haciendo, no es común que se retrase de esa forma, aunque tiene el presentimiento de que algo estaba a punto de pasar.

Más temprano que tarde comenzó a escuchar los claros golpeteos en la madera del edificio acercándose, por la forma en la que sonaban supo que eran de la peli-plata, pero detrás de esos pasos tan comunes para él escuchó otros que lo hicieron abrir sus ojos a la vez que una inquietud se instala en su pecho.

(Si su oído no le fallaba esas pisadas eran...)

No podía ser verdad, aún no estaba listo.

No, la verdad es que si lo estaba, pero temía, en esos momentos Hanako, no, Yūgi Amane temía que la misma situación se repitiera.

Que su vista se entorpezca nuevamente y deje de ver su simpática sonrisa y escuche su ruidosa voz. Que su mente las confunda con esa curva de labios que finge ser gentil y que el frenesí de su cuerpo le impida escuchar otra cosa que no sea ese aspero, frio y horrible timbre de voz.

¿Cómo hará para calmarse y no tratar de alejarlo ahora cuando sigue tan tembloroso?

Los pasos se hicieron más sonoros a cada segundo y las voces de los responsables de hicieron notar de forma estruendosa. Podía escuchar una ligera conversación con reclamos de la única muchacha entre ellos mientras hacía una clase de esfuerzo por llegar hasta arriba mientras que la voz más grave intentaba resistirse a los posibles jalones de su asistente para no ser arrastrado –puede suponer claramente que eso no fue posible–.

Bien, quiera o no las cosas no pueden quedar así –Yashiro no lo permitirá–, así que no lo queda de otra más que serenarse a si mismo para intentar que esto no termine en catástrofe.

En cuanto vió la puerta del baño abrirse preparó una sonrisa juguetona, con la cual siempre los ha recibido hasta el día de hoy.

— ¡¡Hanako-kun!!—. El saludo de la chica fue lo primero que sobresalió del marco, los ojos rubí se veían bastante ilusionados por todo esto.

— ¡Hola Yashiro! Y, —La vió entrando con un brazo cruzado con el suyo, al cuál pronto jaloneo un poco más hasta hacer entrar al joven rubio con la cara llena de  nerviosismo. — joven.— Al encontrarse ambos se miraron directamente, sintiendo un ligero silencio queriendo instalarse en el lugar.
Hanako no pudo evitar decaer un poco su sonrisa, supone que ahora se ve que está fingiendo ante esos orbes de mar, los cuales se desviaron al instante con incomodidad. Carraspeó un poco, intentando aligerar el ambiente.— ¿Viniste a seguir probando el limpiador de ayer? Hoy también conseguí un poco para tí.

— ¡Dejemos eso para otro momento!
— Objetó la muchacha de puntas menta ante sus palabras y siente un ligero impulso de querer gritar en esos instantes.— En vez de eso, vamos a almorzar. ¡Muero de hambre!¿Ustedes no?

 ¡Muero de hambre!¿Ustedes no?

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𝐂𝐔𝐈𝐃𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐏𝐑𝐈𝐍𝐂𝐄𝐒𝐀 » 𝒌𝒐𝒖𝒏𝒆𝒏𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora