→ 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 ; 0 1 2

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UNA LLAMADA ESPERADA

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Hoy iba a ser su segunda noche cuidando de Tiara, todavía estaba emocionada por toda la adrenalina que sintió ante la anterior situación tensa de sus dos amigos, ella sabía que o podía salir muy bien o también podía salir muy mal, agradece que fue para bien. Gracias a eso por fin pudo tener un almuerzo y tarde divertida, sin importar que hubo diferencias en el pasado.

Ni bien salieron Nene se despidió de Kou, el cual apenas contestó por lo tarde que era –supuso que tal vez era la hora de salida de su hermanita e iba tarde a recogerla– por lo que solo pudo decirle que llegará más temprano esta vez.

Avanzando un poco más rápido ella ya estaba a media cuadra de la residencia, tratando de no ir tan rápido para ocultar su vigente alegría todavía no calmada del todo. Llegó casi una hora más temprano que la otra vez, por lo que su reloj marcaba las 6:17 en su teléfono celular, al ya haber dejado todo preparado para salir esa noche solo llegó a bañarse y cambiarse, todo iba bastante bien ese día.

Tocó la puerta y esperó a que le abrieran, aunque constó de solo unos segundos hasta que el picaporte se movió para dejar ver a la pequeña niña rubia, quién luce radiante por su gran sonrisa de labios.

— ¡Nene-chan!—. La pequeña se acercó a ella para abrazarla, sin importarle estar descalza y tocar el piso sucio de afuera.

—¡Tiara-chan hola!¿Cómo estás preciosa?— Decide agacharse un poco para corresponder su cariño y luego alzarla en sus brazos para avanzar hacia adentro, cerrando la puerta y sacando sus sandalias para adentrarse en la gran casa.

— ¡Feliz jajaja!— ríe. Su risa es preciosa, tan clara como el canto de un ruiseñor, se pregunta si la risa descontrolada de Kou era igual o más soñadora que la de este pequeño pajarito.

— ¿A si?¿Que sucedió?¿Jugaste mucho en el jardín?— interroga mientras va dejando sus cosas en el respaldar de una silla y se dirige al sillón de la sala de estar para poder sentarse con la pequeña.
La infante negó, no era eso la que la tenía tan animada.— ¿Oh? Entonces, ¿Tu hermano te hizo algo especial?¿Te compró algún dulce rico?

Nuevamente la cabeza dorada de la infante se movió en negación, pero aún así aquella contagiosa emoción solo incrementaba con sus fallos de adivinanza.

— Entonces, ¿Qué es?— resignada pero sin dejar de usar su tono más dulce acarició su pequeña carita redonda llena de migajas, provenientes posiblemente del pequeño plato de porcelana que notó en la mesa, algo le dice que la atrapó a medio comer.

Ella carcajeó entre dientes, y luego habló.

— ¡Kou-nii dijo que hoy podré hablar con Teru-nii! —Informó ella a punto de estallar de alegría, su niña estaba tan sumergida en la idea que ni siquiera notó su cara sorprendida por la noticia, y como poco a poco la comisura de sus labios decayó en sorpresa y desconcierto.

— Tiara, ¿Ya acabaste tu merienda?— La voz masculina de otra persona se escuchó desde afuera, solo para ver cómo su amigo exorcista entraba a la sala por un pasillo que hasta ahora no notó.— Si lo hiciste lleva tu plato hacia la cocina, yo lo... ¡Oh, Senpai!¿¡En que momento llegó!?¿¡Cómo hizo para entrar?!

— Tiara-chan me abrió. — una frase simple es la que resuelve la incógnita del chico, el cual parece cansado por esto, algo le dice que es una situación muy común en este tiempo.

—Rayos, creo que tendré que colocar un seguro para que evite abrirle a extraños la próxima,— lo escucha murmurar entre dientes—. Ah, no digo que Senpai sea una extraña, es solo que ellas es muy confiada para...

𝐂𝐔𝐈𝐃𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐏𝐑𝐈𝐍𝐂𝐄𝐒𝐀 » 𝒌𝒐𝒖𝒏𝒆𝒏𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora