→ 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 ; 0 0 9

54 11 14
                                    

LAS ACCIONES DE BONDAD DISFRAZADAS DE DESINTERÉS

●  ●  ●


La llegada del miércoles nunca se sintió tan abrumadora como la de ahora. Estuvo faltando demaciado, su lista de inasistencias permitidas deberia estar casi completa si seguía asi, pero hay algo que todavia le impide dar el primer paso hacia las puertas de su Academia. Corrección, mejor dicho a la cuadra. Ni bien estuvo a unos pasos su andar se paró en medio del camino y desde entonces a estado observando como los alumnos entran apresurados para llegar a sus clases.

La preocupación más grande en su cabeza gira en torno a sus amigos, ¿Será que lo recibirán como si no pasara nada o cuestionarán su ausencia durante los ultimos ocho días? Satou y Yooko eran un caso que siempre se preocupan por él, lo peor es que desde el día uno en el que no asistió al horario escolar comenzaron a mandar mensajes preguntando todos los días si estaba bien o si le ocurrió algo.

(Mensajes que lo avergüenzan más al recordar que no contestó ninguno de estos, ya que los leía cuando se encontraba a punto de caer dormido.)

Bueno, eso de parte de sus amigos de clase, en cambio si se pone a pensar en los no vivos le debía una disculpa muy grande a Hanako. La última vez que se vieron no fue una charla agradable, todavía puede recordar su cara asustada luego de haber provocado el "accidente" que hizo sin querer, si, eso quizás sea lo más difícil del día.

Nota en su celular que faltan diez minutos hasta que las puertas cierren, suficiente tiempo para tomar una decisión.

Bueno, ya lo intentó, se dará media vuelta y lo intentará mañana...

— ¡Oh, es Kou!¡Kou!— Su cabeza da un giro de trecientos sesenta grados cuando escuchó esa voz. La cara de horror se le mezcló con sorpresa antes de intentar parar en un resultado inutil el salto de Yooko sobre él.

— ¡Yooko, pesas!—. Fue lo más rápido que pudo decir ya que este se habia colgado de su cuello y lo inmovilizó con sus piernas, apenas podía mantenerse en pie.

— ¡Kou! Kou, querido Kou...— Esa ultima forma de decir su nombre le provocó un pequeño escalofrío, y eso solo empeoró cuando la cabeza del muchacho se alzó para mostrarle una sonrisa algo tenebrosa. — ¿Qué pasó contigo en las últimas dos semanas? Vamos vamos, dinos, tenemos tiempo de sobra.

— Y-Yooko yo- —El agarre en su cintura se hizo más fuerte que hasta siente que el aliento se le escapa, no por nada era un miembro activo en el equipo de fútbol masculino de su secundaria, que lamentable que esté descubriendo esas cualidades de su amigo quien está dispuesto a aplastarlo hasta que sea una masa de gelatina y energia andante.

¿Alguien podría ayudarlo?

— Suficiente,— tan rápido como se escuchó su voz el chico fue apartado de un jalón, dándole una oportunidad para volver a respirar con normalidad.— Esa no es la manera de preguntar, tienes que ser más amable.

— Satou. —Reconoció al instante y el nombrado le sonrió un poco.

— Hola Kou. Cuánto tiempo, ¿Estás bien?— El peli-negro preguntó mientras todavia tomaba por el cuello de la camisa azulada al castaño.

— Ahh si, no es nada. Yooko se hizo más fuerte de lo que esperaba. — Su mano viaja a su mejilla y la rasca levemente en un gesto nervioso, no pensaba encontrarselos así, definitivamente hoy no es su día.— Hablando de estar bien, ¿Cómo está-?

— No me refería a eso,— La repentina interrupción llamó la atención de los orbes cerúleos, quienes miraron directamente a los ojos carbón del muchacho, notando como el gesto amable en su boca de hace unos segundos habia cambiado a uno más preocupado y desconfiado.— ¿Te sientes bien o estás pasando por algo malo?

𝐂𝐔𝐈𝐃𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐏𝐑𝐈𝐍𝐂𝐄𝐒𝐀 » 𝒌𝒐𝒖𝒏𝒆𝒏𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora