𝐗𝐗𝐕. una, dos... cuatro punzadas

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la alta mujer de cabellos plateados estaba terminando de abrochar su camisa de mangas largas cuando una, más baja y rubia, entró de repente a la inmensa habitación del elegante departamento, mismo que de hecho le pertenecía

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la alta mujer de cabellos plateados estaba terminando de abrochar su camisa de mangas largas cuando una, más baja y rubia, entró de repente a la inmensa habitación del elegante departamento, mismo que de hecho le pertenecía.

Sera abrochó el último montón y miró hacia la puerta, hubo una punzada incómoda en su pecho mientras apreciaba a la menor que en vez de su vestimenta habitual; usaba una bata rosa y con partes esponjosas que no estaba bien puesta, dejando varias partes a la imaginación; aunque casi quiso fruncir el ceño cuando notó que esta también tenía un cigarrillo a medias entre sus largos y pálidos dedos.

⁠ー¿a dónde tienes que ir con tanta prisa?⁠ー preguntó la rubia, una sonrisa de lado en sus labios retocados del labial negro que tanto amaba llevar.

Sera gruñó, alistándose la camisa y cruzándose de brazos; dejando su posición encorvada para mirar a la contraria con cierto desdén. ⁠ーno es de tu incumbencia, escoria. ⁠ー soltó en respuesta, para luego voltearse e inspeccionar el lugar en busca de su calzado.

rodó los ojos cuando escuchó a la mujer reírse, hubo otra punzada en su pecho, pero ella lo atribuyó al estrés de estar tan cerca de alguien tan desagradable y embustera como Lilith Morningstar.

la rubia le dio una calada mas a su cigarro antes de arrojarlo al suelo y aplastarlo con su tacón. ⁠ーestá bien, querida. por cierto... ⁠ー comenzó, pero Sera siquiera se volteó para verla, poniéndose sus zapatos negros planos, ya que era lo suficientemente alta como ver en los tacones una gran exageración. ⁠ーpuede que ya no esté aquí la próxima vez que vengas. ⁠ー soltó Lilith.

y dicho eso, Sera sí que decidió voltearse; sus ojos plateados frunciéndose hacia la mujer rubia que la veía, no, la miraba, tan profundamente que casi hizo a Sera tragar en seco. ⁠ーno habrá una próxima vez… ⁠ー fue lo único que pudo pronunciar.

Lilith solo se encogió de hombros, llevando una de sus manos a uno de los bolsillos de su bata y sacando una cajetilla de marlboro. ⁠ーsí, creo haber escuchado mucho de eso en el pasado. ⁠ー se rió mientras sacaba un nuevo cigarrillo y se lo ponía entre los labios, guardando la cajetilla para sacar un encendedor.

Sera resopló, sabía que Lilith no estaba mintiendo, pero todavía era desagradable y no iba a darle la razón a alguien como ella. ⁠ーcómo sea... ¿te mudarás a otro lado?⁠ー preguntó la Seraph, un poco de curiosidad en ella mientras se acercaba al enorme espejo sobre la cómoda de madera costosa para arreglarse el peinado.

Lilith tarareó, tomando entre sus dedos el cigarrillo ya encendido. ⁠ーno, más bien... volveré con mi familia. ⁠ー la corrigió.

y entonces, sin tener la consciencia de ello, Sera detuvo abruptamente el movimiento de sus manos en su cabello; sus ojos plateados abriéndose mientras miraban el reflejo de la rubia por el espejo. nuevamente, Sera tuvo otra punzada; el estrés debía ser increíble con esta particular compañía.

Lilith continuó, quizá ajena a las reacciones de Sera, o tal vez con lo astuta que era; ya sabiéndolo muy bien, pero como siempre, disfrutando de atormentarla. ⁠ーya sabes... para ver cómo está mi hija, ⁠ー comenzó, haciendo una pausa para dar una calada al cigarro. luego expulsó el humo, lamiendo sus labios de una forma que inquietó a Sera antes de continuar; ⁠ーsupe que mi princesa está saliendo con una encantadora ex miembro de tu iglesia. ⁠ー dijo riéndose. ⁠ーy... por supuesto, ver a mi querido esposo también. ⁠ー terminó.

los hechizantes ojos violetas de Lilith pronto se encontraron con los nerviosos plateados de Sera reflejados en el espejo, cada par con algo diferente en ellos.

una punzada más, ella probablemente debería ir al médico para descartar cualquier cosa. ⁠ーhaz lo que quieras. ⁠ー dijo Sera simplemente mientras olvidaba su cabello y avanzaba a paso rápido por la habitación para dirigirse a la puerta.

Lilith la miró irse, cerrando la puerta quizá con más fuerza de la que debería. ⁠ーsí, haré eso. ⁠ー sonrió antes de negar para sí misma e ir a sentarse en su suave y enorme cama.

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ya desde aquí la trama es más seria gente.

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❛ sinful filth ❜ 𝓱𝓪𝔃𝓫𝓲𝓷 𝓪𝓾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora