Vaggie tiene un gran chisme, y
entre tanto, una revelación pone
en vergüenza a Lute.
así es como empieza, pero es
más que eso a medida que sigue.
──────────𝐚𝐮.
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Adam estaba descargando una camioneta con cincuenta sacos de cemento junto a dos jóvenes desnutridos que se suponía eran sus chalanes.
los pobres miserables tenían que cargar un saco entre los dos porque solos ni lo levantaban del suelo. como fuera, Adam ya llevaba como quince y los chamaquitos como cuatro y eso ya era decir mucho.
el castaño nunca se imaginó terminar trabajando en una obra. aunque tampoco es que hubiera pensado que toda su vida sería en la iglesia bajo la supervisión de Sera Seraph.
la cosa era que si Adam lo pensaba mejor ahora, estar escuchando sermones mientras se moría de sueño era mejor que estar bajo el sol y cargando pesado por seis horas al día.
Lucifer era un maldito.
el gnomo de jardín tenía un montón de edificios y negocios a su alcance, pudo haberlo metido en cualquiera, pero no... lo mandó a una obra, para que le sudara la cola.
Adam gruñó de solo pensarlo. se sentó sobre unos sacos apilados en el suelo y se levantó la camisa, revelando su pancita cervecera para así secarse el sudor de la cara con la tela.
harto, decidió descansar unos minutos, viendo cómo los dos renacuajos luchaban por bajar uno de los sacos de la camioneta.
luego de que ambos se alejaron, Adam metió la mano a uno de sus bolsillos traseros de su pantalón.
a unos metros.
ーay, pinche viejo puerco se está rascando la cola. ー soltó uno de los chalanes en voz baja, viendo a su maestro "rascarse"
el otro arrugó la nariz. ーqué horror, de verdad. cero decencia.
de regreso.
mientras ellos hablaban de él, Adam, sin darse cuenta de ello; sacó una polaroid de su bolsillo. una sonrisa pequeña en sus labios al ver en ella la imagen de Lute y una Vaggie más enana que la de ahora.
ーwow, eres todo un descarado. ー dijo una voz a sus espaldas.
Adam miró hacia atrás, rodando los ojos al toparse con la figura jodidamente pequeña del maldito Morningstar que le puso de albañil.
ー¿qué haces aquí?ー preguntó.
el rubio se encogió de hombros. ーnada en particular, solo asegurándome de que mis empleados hagan su trabajo. ー señaló con su bastón la camioneta que todavía estaba con sacos de cemento. ーy veo que lo hacen pero como tortugas.
Adam resopló. ーimbécil, tú no podrías con un saco de esa mierda e igual dices pendejadas. ー dijo levantándose. ーcomo sea, descarado me dijiste, ¿no?
ーsí. ー respondió Lucifer.
ー¿por qué?ー infló el pecho.
el rubio suspiró. ーla foto esa que escondes detrás de tu espalda. ー hizo un gesto con la mano, ーporque sí, la vi, idiota.
Adam gruñó, guardandola nuevamente en su bolsillo. ー¿qué tiene?
ーen la foto está Vaggie. ー observó Lucifer.
el castaño frunció el ceño. ー¿y?
ーque es bastante descarado de tu parte el tener una foto donde sale Vaggie y verla mientras trabajas. ー explicó el mayor. ーes como si ella te importara cuando es claro que no lo hace.
Adam parpadeó, sin entender. ー¿disculpa? ¿cómo es que estás tan seguro de eso, enano?
Lucifer puso los ojos en blanco. ーbueno, solo para empezar... permitiste que esa maníaca albina le sacara el ojo con un tenedor, con un TENEDOR. ー hizo mucho énfasis en la última palabra.
ーpensé que estaban jugando... ー dijo Adam en voz baja.
Lucifer bufó. ーsabes que eso no es cierto. ー negó para sí mismo. ーen segundo, fuiste un completo imbécil al no detenerla cuando se fue de casa.
Adam pasó saliva nerviosamente. ー¿qué podía hacer? ¿eh? no iba a obligarla a quedarse tampoco. ー se intentó defender.
ーal menos debiste haberte asegurado de que ella estuviera bien, Adam. ー dijo seriamente Lucifer.
las palabras del más alto murieron en su boca con eso.
ーporque, ¿quién sabe? lo que pudo haber pasado si hubiera sido alguien más quien encontró a Vaggie en vez de Charlie esa noche. pero supongo que nunca pensaste en eso, idiota.
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