𝐗𝐗𝐗𝐕𝐈𝐈. lo que no está bien

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los ancianos frente a ella hablaban respecto a la reciente expansión de la iglesia y comentaban ideas sobre clases y talleres que podrían implementar en el orfanato (también sobre el centro de terapias que habían decidido montar meses atrás) mas l...

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los ancianos frente a ella hablaban respecto a la reciente expansión de la iglesia y comentaban ideas sobre clases y talleres que podrían implementar en el orfanato (también sobre el centro de terapias que habían decidido montar meses atrás) mas la mente de Sera estaba en otro lugar, a muchos kilómetros lejos de esa sala de la iglesia llena de los peores conservadores que podría haber en todo el anillo.

ella se ha dado cuenta de que… o bueno, siendo honesta, Sera no había querido notarlo antes; la cosa es que su hermana menor definitivamente la estaba pasando mal. muy mal. Emily casi no comía y estaba la mayor parte del tiempo en su habitación. su único contacto con otro ser humano solo siendo cuando su novio, Peter, iba a visitarla.

y ya que estaba en ello, el chico tampoco se veía bien. Sera lo recordaba bastante sonriente durante las misas, orgulloso de su larga cabellera rubia y brillante. pero hoy día él apenas es la sombra del chico que fue alguna vez; con el cabello corto y descuidado, delgado y con ojos tristes similares a los de Emily.

Sera sabe que el rubio estuvo en las sesiones de terapia con su hermana, siendo por ellas que entablaron una relación. el mero pensamiento de que lo experimentado esos días pudo haber causado tal efecto en tanto Emily como Peter, le hacía estrujar el corazón.

¿se había equivocado, acaso?

ella solo… no quería que Emily experimentara lo que era el rechazo. el miedo a los ojos fríos y palabras duras de los mayores. mucho menos una humillación tan terrible como lo fue la de su familiar en el pasado.

—líder Seraph. — dejó de mirar a la nada ante el sonido de una voz ronca seguido del movimiento de una silla a su lado. —¿está bien?

apreció el rostro inexpresivo pero de alguna manera… agradable, de Michael Bellator, quien es hijo de una de las principales familias que colaboraban con la iglesia desde sus inicios. la razón de su presencia en la reunión era que su familia era la principal benefactora del orfanato.

—puede retirarse si no es el caso. — continuó el castaño, sentándose en la derecha de la mujer.

Sera se aclaró la garganta, negando. —no, no. estoy- estoy bien. solo… algo distraída.

él la miró fijamente, como si viera a través de su fachada. —puedo encargarme de estos vejestorios. — ofreció. —lo ideal es solucionar cualquier situación, ya sea en casa o de otro índole, antes de que estas repercutan en la toma de decisiones en nombre de nuestro señor.


































Michael era una buena persona. ella no podía decir que lo conocía del todo, pero lo poco que lo hacía, le parecía un hombre maravilloso. del tipo que cualquier madre habría querido como yerno. y Sera sabía que si se lo pedía, él aceptaría y la tomaría como esposa.

este era solo un pensamiento fugaz que le habría traído la más grande de las dichas a la familia Seraph. uno que podría ayudarla a dejar sus inclinaciones pecaminosas si Sera se lo proponía y daba todo de sí.

habría sido tan bueno…

¿por qué no podía ser? se preguntó.

unos ojos violetas aparecieron en su cabeza y casi le hicieron perder el control del volante.

no, no, no, no.

Sera no debería siquiera considerar eso como una probabilidad.

como fuera, había cosas más importantes; como llegar a casa y asegurarse de que su hermana estuviera bien.

Lilith no significaba nada para ella. nunca lo haría.




...




el cielo estaba pintado de colores cálidos, la señal de que la tarde había caído. Sera abrió la puerta de su hogar y entró, el silencio golpeándole dolorosamente en la cara.

antes había ruido, pensó.

tuvo un recuerdo de ella llegando a casa solo para sorprender a su hermana decorando la sala con un papel tapiz brillante y colorido que casi parecía vómito de unicornio. todo mientras una canción pop de alguna artista femenina que Sera no conocía se escuchaba de fondo, siendo casi opacada por la voz chillona y aguda de Emily.

sonrió con pesadez. eso ya había quedado atrás. la alegría de su hermana, su sonrisa que llegaba hasta sus ojos soñadores, no estaban más. y era su culpa, ¿no?

Sera sintió que la cabeza le pesaba mientras subía por las escaleras hasta la segunda planta. una mezcla de palabras de culpa, autocompasión y frustración llegando una tras otra.

acercándose a la puerta de Emily, Sera alcanzó a apreciar uno de los sonidos que más odiaba oír; el llanto de su hermana menor.

ella no podía oírlo del todo, como si estuviera siendo amortiguado.

Emily seguramente estaba llorando contra su almohada, como tantas veces lo hacía ahora.

esto no estaba bien.

esto no estaba bien

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❛ sinful filth ❜ 𝓱𝓪𝔃𝓫𝓲𝓷 𝓪𝓾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora