III: Un rumor

244 37 9
                                    



Este capítulo fue inspirado en la canción Un rumor en San Petersburgo de la misma película de Anastasia.


____________________________



La emperatriz viuda, después de que esas desgarradoras noticias llegaran con pesar a sus oídos, comprendió con profundo dolor que en aquella fría noche de diciembre, todo lo que fue; se había esfumado para siempre.

El príncipe heredero nunca más fue visto de nuevo, se perdió en la ventisca invernal al igual que la gloria del imperio elfo.

Sin embargo, entre los súbditos que vivían bajo la opresión de este nuevo imperio liderado por el déspota emperador Garrison, existía un rumor: el último príncipe elfo continuaba vivo, oculto y perdido durante estos largos ocho años.

Aunque claro solo era una leyenda, un rumor que persistía como una ciega esperanza a partir de lo que se relataba como un teléfono descompuesto de lo que había ocurrido aquella fría noche de diciembre.

La mayoría de la población vivía en miseria, con corazones grises y amargos. Ahora un profundo sentimiento de nostalgia les hacía recordar aquellos buenos días bajo el mandato de la dinastía Broflovski. Aunque tampoco fueron tan "buenos" o perfectos, nadie ignoraba los lujos con los que vivieron los anteriores emperadores a costa de su pueblo. Pero a diferencia con el presente, se daban cuenta de todo lo que habían perdido tras ese golpe de Estado; sus libertades.

Todavía se reconocía que los Broflovski siempre se esmeraron por encontrar un balance entre sus lujos y el bienestar de su pueblo; y en cambio, el brujo Garrison nunca volteó hacia sus súbditos. El hombre de cara anaranjada y cabellos teñidos en rubio platinado, nadaba en placeres y riquezas, mientras que su gente se congelaba en las noches y morían de hambre. Los únicos que vivían con privilegios eran los vampiros, quienes portaron títulos nobiliarios al igual que algunos humanos que apoyaron el golpe de Estado de Garrison. Mientras que los elfos fueron destituidos de sus tierras y cargos, vueltos, en su mayoría, en esclavos. Y los pocos elfos que vivían en libertad, vivían en una vil pobreza en conjunto con la mayoría de humanos. Viviendo al día.

Opresión, abuso de autoridad, marginación, era lo que se vivía día tras día en el imperio del brujo Garrison; y la existencia de este rumor era en parte lo que mantenía viva la llama de la esperanza. Pues de estar vivo el heredero, significaba que existía alguien digno de suceder y recuperar el trono. Pero claro, este rumor era precisamente susurrado de oído en oído, no era del agrado de quienes gobernaban ¡Era una completa amenaza contra el orden!

Y es que incluso, la potencia del rumor era tal que existía una recompensa; la emperatriz viuda, Cleo Broflovski, refugiada en el reino de Kuppa Keep; tenía la esperanza de volver a ver a su querido nieto, y quien lo presentara ante ella recibiría una jugosa recompensa.

¿Y quién no deseaba tener el honor y ser recompensado por ello?

Solo por ese motivo, cierto mago había decidido volver, después de ocho largos años, a las frías tierras del imperio del cual escapó tras su caída.

—Andando, Kenny —decía con ánimo, cargando con maletas en su andar, tras bajar del tren —. Al fin estamos aquí ¡Solo debemos de encontrar al perfecto imbécil que nos ayudará a volvernos ricos! —exclamó casi eufórico el mago de brillantes y ambiciosos ojos bicolor.

—Pero no lo grites si no quieres cagar nuestro plan tan pronto, gordis —respondió una bella dama de largas trenzas doradas tras bajar del tren —y no cantes victoria aun. Este plan requiere de paciencia. Este pueblo es nuestra primera parada, no significa que aquí encontraremos a nuestro perfecto suplente, pues para engañar a la emperatriz viuda necesitamos un perfecto impostor.

El último príncipe del inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora