Los días siguientes fueron un torbellino de preparación y planificación. Claudia y sus amigos no perdieron ni un momento, dedicándose a fortalecer sus habilidades y conocimientos. Sabían que Isabel tenía razón: la oscuridad no había sido derrotada por completo, y su próximo ataque sería devastador.
En el Santuario de los Ancestros, encontraron más pistas y artefactos que podrían serles útiles en la batalla venidera. Uno de los descubrimientos más importantes fue un mapa antiguo que mostraba puntos clave de energía alrededor del instituto. Estos puntos, cuando activados correctamente, podrían fortalecer las defensas mágicas del lugar.
"Tenemos que activar estos puntos antes de que la oscuridad ataque," dijo Claudia, estudiando el mapa. "Es nuestra mejor oportunidad de protegernos."
El grupo se dividió en equipos para abarcar todos los puntos de energía en el menor tiempo posible. Claudia y Luis se dirigieron a la torre del reloj, Jorge y Ana fueron al antiguo invernadero, mientras que Elena y Marcos se encargaron de la capilla abandonada. Cada lugar estaba cargado de historia y poder, y requería un ritual específico para activar su energía.
En la torre del reloj, Claudia y Luis enfrentaron espíritus guardianes que protegían el lugar. Con paciencia y habilidad, lograron completar el ritual y sintieron una oleada de energía mágica inundar el espacio. Mientras tanto, Jorge y Ana lidiaron con plantas embrujadas en el invernadero, pero su conocimiento de conjuros herbales les permitió superar el desafío y activar el punto de energía.
Elena y Marcos, en la capilla, encontraron un aura pesada de oscuridad que intentó detenerlos a toda costa. Pero, con la guía de los textos del santuario, lograron purificar el lugar y activar la energía necesaria. Cada equipo regresó al santuario, cansado pero triunfante, sintiendo que habían dado un paso crucial en su preparación.
Esa noche, mientras descansaban, Isabel apareció de nuevo ante ellos. Esta vez, su semblante era más sereno. "Han hecho bien," dijo, "pero el verdadero desafío aún está por venir. La oscuridad se está congregando, y el hechicero no está solo. Ha convocado a seres de otros planos, entidades que buscan sumir al mundo en caos."
"¿Qué podemos hacer para detenerlos?" preguntó Claudia, sintiendo el peso de la responsabilidad.
"Usen lo que han aprendido," respondió Isabel. "Confíen en sus instintos y en la fuerza de su unión. La profecía habla de una batalla final en el corazón del instituto, donde el equilibrio será decidido. Estén listos para luchar allí."
Al día siguiente, la atmósfera en el instituto cambió radicalmente. El cielo se oscureció, y una densa niebla se instaló sobre el campus. Los estudiantes y el personal, sin saber el peligro inminente, comenzaron a sentirse inquietos. Claudia y sus amigos sabían que era el preludio del ataque.
Reunidos en el corazón del instituto, junto al altar donde el amuleto estaba incrustado, el grupo se preparó para la batalla final. Activaron barreras mágicas alrededor del edificio, usando los puntos de energía que habían despertado. La tensión era palpable, y cada uno de ellos sentía la presencia de la oscuridad acercándose.
De repente, una onda de energía oscura sacudió el lugar, y el hechicero apareció nuevamente, acompañado de figuras sombrías y criaturas de pesadilla. "¡Este es el fin de su resistencia!" rugió el hechicero, lanzando una ráfaga de energía oscura hacia ellos.
Claudia levantó el amuleto, que brilló con una luz intensa, formando un escudo protector. "No te dejaremos ganar," gritó, sus amigos a su lado, formando un frente unido.
La batalla comenzó, feroz y sin tregua. Conjuros volaban por el aire, chocando con las fuerzas de la oscuridad. Luis y Jorge se enfocaron en mantener las barreras protectoras, mientras que Ana y Elena lanzaban hechizos ofensivos para repeler a las criaturas. Claudia, en el centro, usaba el amuleto para canalizar la energía positiva y mantener a raya al hechicero.
La lucha se intensificó, y en un momento crítico, el hechicero lanzó un ataque que rompió una de las barreras. Marcos, con un acto de valentía, se lanzó al frente, recitando un poderoso conjuro que había aprendido del santuario. El conjuro creó una explosión de luz que desintegró a varias criaturas, pero también agotó a Marcos, dejándolo débil.
"¡Debemos mantenernos unidos!" gritó Claudia, sintiendo el desespero de la situación.
En un último esfuerzo, el grupo combinó sus fuerzas, canalizando su energía a través del amuleto. Una luz cegadora emanó del altar, envolviendo a todos en un resplandor puro y poderoso. El hechicero y sus aliados gritaban, tratando de resistir, pero la luz era demasiado fuerte.
Finalmente, con un grito final, el hechicero fue absorbido por la luz, y las criaturas se desvanecieron. La oscuridad retrocedió, y la niebla comenzó a disiparse. El instituto quedó en un silencio profundo, como si el mismo edificio suspirara de alivio.
"Lo logramos," dijo Luis, con la voz temblando de emoción y cansancio.
Claudia miró a sus amigos, agotados pero triunfantes. Sabía que habían enfrentado el mayor desafío de sus vidas y habían prevalecido. Pero también entendía que la vigilancia debía continuar, que siempre habría nuevas amenazas. Con Isabel y los antiguos guardianes guiándolos, estaban listos para lo que el futuro les deparara.
La guerra contra la oscuridad podía continuar, pero Claudia y sus amigos sabían que, juntos, podían enfrentarlo todo. La historia de los guardianes del instituto seguiría, siempre preparados para proteger el equilibrio entre la luz y la oscuridad.
CONTINUARA...

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LA PESADILLA DEL ESPEJO
TerrorEn un instituto de Cataluña, se rumoraba que el baño del tercer piso estaba embrujado. Claudia, valiente y curiosa, decidió investigar. Una tarde, enfrentó el siniestro pasillo y entró al baño. Al mirarse en el espejo, vio una sombra inquietante. La...