La pelinegra abrió su puerta con cuidado, siendo precavida de no hacer demasiado ruido, se asomo lentamente hacia el pasillo, el silencio reinaba por completo en el lugar y ya no había ninguna luz encendida en todo el departamento lo que lo teñía en tonos oscuros, tardo algunos minutos en que su vista se acostumbrara a la oscuridad para poder ver.
Salió de su cuarto para dirigirse al baño.
Se froto los ojos mientras caminaba, sintiendo como le ardían, incluso podía sentirlos algo hinchados por las lágrimas.
Eran altas horas de la madrugada quizá las tres o cuatro pero ella estaba despierta, entré lo mal que se sentía había estado escuchando música y soltando lágrimas de culpabilidad de vez en cuando durante horas sin notar el paso del tiempo, caminaba despacio, tomándose su tiempo en cada paso para no despertar a alguien y terminar siendo regañada.
Finalmente en el baño cerró la puerta tras de si antes de encender la luz, entrecerró los ojos un segundo al verse deslumbrada por la nueva luz en el pequeño cuarto, se puso frente al lavabo y se lavo la cara, agradecía no llevar maquillaje puesto, pues con las lágrimas qué había soltado se hubiese corrido todo.
Se miró en el espejo frente al lavabo, lucía cansada, tenía pequeñas ojeras bajo los ojos, acompañadas de marcas rojas junto a estas por haberlos frotado tantas veces y su rostro demostraba fastidio.
No había sido capaz de dormir bien las últimas noches, entre la preocupación por su familia y la culpa se había sentido fatal, y su apariencia lo dejaba en claro.
Comenzaba a desear con todas sus fuerzas que el sentimiento desapareciera, aunque sabía de sobra que aquello no pasaría hasta que lo afrontara.
Soltó un suspiro sintiendo las gotas de agua resbalar a lo largo de su rostro, hasta desaparecer después de llegar a su mandíbula, cayendo en su camiseta.
Tomo una pequeña toalla y se seco el rostro, dejando está tendida en cualquier lado, por otro par de minutos se dedicó a mirarse al espejo sin expresión alguna y en completo silencio hasta que finalmente lo considero suficiente y decidió volver a su habitación en el mismo silencio en el que había salido.
Está vez si encendió la luz en su habitación, se cambió la ropa de calle que llevaba a una de sus pijamas, se sujeto el cabello en una coleta baja y se puso nuevamente sus cascos para reproducir música.
Se sentó en el suelo frente a su pequeña maleta, dónde llevaba las cosas que había utilizado durante toda la semana en casa de Hana, la recostó en el suelo y la abrió.
Comenzó a sacar cosas, apartando la ropa sucia, guardando la limpia y sus artículos personales, esperaba que acomodar sus cosas en su lugar distrajera su mente y con suerte la cansara lo suficiente como para quedarse dormida apenas chocará contra el colchón de la cama.
Y así pareció ser, apenas tocó el colchón una media hora después cerró los ojos y se quedó completamente dormida, aunque el gusto no le duró demasiado.
Al abrir los ojos sintió como si hubieran pasado solo unos minutos en lugar de las casi cinco horas que habían pasado.
Debían ser alrededor de las 10 de la mañana cuando se despertó, se estiró en la cama y se quedó tendida unos minutos hasta que tuvo ganas de levantarse.
Soltó un suspiro mientras se frotaba los ojos, se había dormido muy tarde la noche anterior, sentía que no había descansado absolutamente nada y sin duda le estaba cobrando factura.
No tenía muchas ganas de salir de su habitación pero el hambre la tenía muerta, necesitaba comer algo, así que se levantó de la cama, se puso de pie frente al espejo de cuerpo completo que tenia colgado en la pared y se miró en este.
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☕︎𝓝𝓲𝓷̃𝓸 𝓭𝓮𝓵 𝓬𝓪𝓯𝓮́ ☕︎ (𝚜𝚎𝚗̃𝚊𝚜 𝚡 𝙼𝚊𝚕𝚎𝙾𝙲!)
Fanfiction☕︎𝙽𝚒𝚗̃𝚘 𝚍𝚎𝚕 𝚌𝚊𝚏𝚎́☕︎ . . . . . . . . . Un dia como cualquier otro, un estudiante de secundaria llega al café [ɢᴏʏᴏ] a solicitar un trabajo de medio tiempo en la cafeteria. Quien imaginaria que las cosas terminarian tan diferentes a como er...