Capítulo 10: mi amargo pensar...

417 36 28
                                    

No advertencias  ?


😴

Los días lluviosos dejaron de sentirse tranquilos, las gotas chocando contra el techo de la casa solo alternaban su inestable ser, no podía entender como había llegado a un punto tan miserable en su vida.

Chester luego de estar con los chicos del cine camino bajo la lluvia a su casa, logro hablar muchas cosas con los chicos, lo hicieron reflexionar demasiado pero el simplemente no quería aceptar lo equivocado que estuvo, su cabello cubría la mitad de su rostro en donde el agua de la lluvia junto a sus lágrimas resbalaban, realmente no le importaba el frío, ni el cansancio, se sentía horrible.

Llego a su casa en donde nisiquiera busco secarse con algo para caminar torpemente por los pasillos y tumbarse en su cama para comenzar a llorar desconsolado, la culpa lo invadía, ¿y como no? Hizo sufrir a tanta gente sin ser consciente por aferrarse a lo que tanto deseaba.

Las horas pasaban y nada parecía mejorar en cuanto a como se sentía, las lágrimas ya no caían pero su interior se sentía más vacío que nunca, se supone que el debía ser quien reía al final, el que siempre estaba bien.

Podía ver el figuras en el techo, tantos ojos mirándolo y juzgando todo lo que el había hecho, tantas partes a donde mirar, tantas preguntas y ninguna respuesta, el mareo invadió su mente mientras todo su alrededor se volvía borroso para finalmente dejarse caer por el sueño profundo...

¿Que pasaba por su mente? ¿Por qué sus manos estaban llenas de sangre? ¿Por qué hacía tanto calor? Un parpadeo fue suficiente para salir de eso, todo estaba oscuro, solo podía verse a si mismo, hasta sentir una presencia, Mandy estaba frente a él pero no había un rostro en su cabeza, solo una gran sobra cubriendo la mitad de este, era lamentable, amaba sus lindos ojos y su dulce boca, pero no estaban...

Estaba tan frío ahora, el cuchillo en sus manos era sostenido con fuerza, listo para ser clavado en su pecho, se lo entrego a Mandy quien lo recibió gustosa, ella se acercó lentamente hasta quedar a tan solo centímetros de distancia, comenzó a pasar el filo por el cuello y bajando hasta su pecho.

Comenzó a clavar el filoso objeto hasta la mitad y bajar para abrir una gran herida, fueron segundos de un dolor tan real e insoportable, el metal del cuchillo al caer al piso resonó por todos lados, pero el bufón no pudo desviarse del dolor cuando Mandy metió sus manos por la herida y abrirla, metiéndose en su interior hasta sacar lentamente su corazón aún palpitante, fue tan lento, el dolor era abrumante, ver su órgano siendo sostenido frente a él aún conectado a su cuerpo era asqueroso, la sangre no dejaba de caer pero simplemente no lograba sentir el aliento de la muerte cerca.

en la suave piel del rostro de Mandy se formó una clase de cara feliz mal dibujada, era simple y tan tétrica pero Chester solo pudo sonreír complacido por sus acciones crudas, los tendones y las venas fueron cortadas, separando su corazón de su cuarpo, Mandy tomo el órgano para luego empujar a Chester, dejándolo en el piso, el bufón jadeaba con una sonrisa a la vez que de sus ojos caían lágrimas, era un amor tan enfermo pero el lo estaba disfrutando tanto al ver la mal formada sonrisa en la cara de su amada, quería hacerla feliz...

La morena estrujo su corazón con fuerza, aplastando con sus dedos su motor de vida, el disfrutaba la vista, cayó al piso con una sonrisa boba mientras Mandy lo miraba con amor a la vez que molia con sus dientes la carne de su muerto corazón como si de una golosina se tratase.

Amaba la vista, la forma en que ella por fin disfrutaba de él, jodidamente fantástico, siguió recostado sin oponerse a la idea de ser consumido por su verdadero amor.

Un parpadeo fue un cambio radical de escena donde Mandy ahora estaba sobre su regazo, metiendo las manos por su profunda herida sacando lo primero que sus manos sientan para luego guiarlo a su boca, comía sus órganos con gusto y placer de eso, y Chester simplemente lo disfrutaba, jamas se había sentido tan amado...

please Charlie...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora