clan de mamasitas ; jenlisa au

(veinticuatro) rosé me odia (o eso creo)

Jennie sentía cómo la ansiedad la consumía. Sabía que debía contarle la verdad a su, aún no oficial, novia Lisa todo lo ocurrido con Rosé. Básicamente, la rubia se le había declarado, y todo se sentía extraño. ¿Cómo lidiar con el hecho de que a Rosé le había gustado Lisa, pero ahora parecía que le gustaba ella?

Suspiró profundamente, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda. El peso de no haberle dicho nada antes la aplastaba, y no sabía cuánto más podía soportar el silencio.

Decidida, tomó el teléfono y le escribió a la tailandesa: "¿Podemos hablar? Es importante".

No pasó mucho tiempo antes de que Lisa respondiera: "Claro, ¿todo bien?"

Jennie tragó saliva. Sabía que no podía posponerlo más.

Cuando se encontraron, el ambiente estaba cargado de tensión. Jennie evitaba el contacto visual, mientras Lisa, con una mezcla de curiosidad y preocupación, le preguntaba suavemente:

—Bebé, ¿qué sucede? Has estado muy callada últimamente.

Jennie sintió que el mundo se desmoronaba bajo sus pies. ¿Cómo explicar algo tan complicado?

—Hay algo que necesito decirte... —empezó, con la voz temblorosa—. No sé cómo hacerlo sin que suene mal, pero... Rosé... Rosé me dijo que le gusto.

Los ojos de Lisa se abrieron de par en par, y un incómodo silencio se extendió entre ellas.

—¿Rosé? —preguntó Lisa, incrédula—. ¿Te confesó que le gustas? ¿Y tú...?

Jennie negó rápidamente.

—No, no pasó nada entre nosotras. Pero... me sentí tan confundida, y no sabía cómo manejarlo.

Hubo una larga pausa, donde las palabras parecían flotar en el aire. Finalmente, Lisa respiró profundamente.

—¿Y tú? —preguntó, mirándola fijamente—. ¿Qué sientes por ella?

La coreana se apresuró a responder.

—No siento nada por ella, Lili. Solo quiero estar contigo. Te lo estoy contando porque no quiero que haya secretos entre nosotras. No quiero que esto afecte lo que estamos construyendo.

La tailandesa la miró en silencio, procesando lo que Jennie acababa de decir. Luego apartó la mirada por un segundo.

—Entonces... —dijo finalmente—. ¿Rosé te dijo que le gustas? ¿Y lo que sentía por mí eran solo celos?

Jennie asintió lentamente, temiendo lo que vendría después.

—Sí, me dijo que estaba confundida... que en realidad quería estar cerca de mí porque sentía celos de nuestra relación.

Lisa frunció el ceño, claramente molesta, pero también parecía estar conteniendo sus emociones.

—Y ahora seguimos en el mismo grupo, ya sabes, el clan de mamasitas —continuó Jennie—. No puedo evitarla, Lisa. No sé qué hacer.

Lisa apartó la mirada nuevamente, pensativa.

—Es un desastre... —susurró Lisa—. Rosé salía con Jaehyun, y ahora todo esto... No sé si sentirme enojada o decepcionada.

Jennie se sintió aún peor al escuchar esas palabras, pero sabía que debía ser honesta.

—Lo siento mucho, amor. No quiero que esto nos afecte. Rosé y yo no tenemos nada, te lo juro.

La castaña tomó aire profundamente antes de volver a hablar.

—Lo sé, cariño. Solo necesito tiempo para procesar todo esto. No quiero que Rosé se interponga entre nosotras, pero necesitamos hablar con ella. Esto no puede seguir así.