Dulces palabras

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Siguiendo con Kardia.

Despues de cambiar las sábanas y la ropa de su esposo para que durmiera bien, sus suegros decidieron tomar una pequeña siesta, el se quedó con su bebé en la habitación junto a su esposo que también dormía, el estaba a los pies de la cama sentado, sonriendo veía dormir a su pequeño, aunque se preguntaba ahora que sería de su futuro, ¿sería tan buen padre? ¿O le provocaría un accidente en el futuro? Tantas preguntas y pocas respuestas.

Kardia: es curioso que ni siendo un mago sea capaz de descifrar lo que vendrá a futuro ¿no lo crees Camus? - le pregunto - se que e sido un desastre y un inmaduro, pero por tú bien y supervivencia juro que haré hasta lo imposible por ser mejor para tenerte a salvo - le susurró mientras lo veía.

Dégel: te escuchas tan lindo, parece que la paternidad te va a dar la madurez que te falta - se burlo mientras veía como su esposo se volteó, para después sonriendo ponerse de pie y acercarse junto con su bendición.

Kardia: amor... que alegría verte despierto... mira, es nuestro hijo, parece un pequeño tomatito y está bastante flexible ¿sabes? Pero es bastante lindo - dijo mientras ponía al bebé al lado de su esposo, el cual únicamente viéndolo sonrió.

Dégel: Si, es bastante lindo y como suponíamos, es un hermoso varoncito - dijo mientras veía a su bebe dormir.

Kardia: es bastante calmado, jeje, gracias a Dios no fue niña ¿sabes el trabajo que me hubiera causado sacar a todos sus pretendientes del camino? - preguntó serio mientras escuchaba a su esposo reír.

Dégel: no cantes victoria aun, que no sabemos si es doncel como yo - recomendó.

Kardia: claro que no es doncel - aseguró mientras veía a su bendición.

Dégel: ¿Cómo estás tan seguro de eso? - preguntó.

Kardia: pues... lo presiento y sabes que mi intuición jamás se equivoca - aseguró mientras Dégel únicamente río, para después moverse un poco, quedando de lado junto a su bebé al cual también atrajo hacia él dejando el espacio perfecto para que su esposo se acostará al lado de ellos, por lo cual lo invito a recostarse también.

Dégel: gracias por cuidarlo, duerme un poco yo me encargo - le dijo mientras veía como se acostaba.

Kardia: no, no te preocupes no tengo sueño... duerme tú, yo me quedo con el - dijo mientras abrazaba a su hijo.

Dégel: jeje, te vez tan lindo así Kardia, sin duda alguna serás un buen padre - aseguró.

Kardia: ¿enserió eso Crees? - preguntó emocionado mientras veía a su pareja asentir.

Dégel: ¿y mis papás? - preguntó.

Kardia: después de ayudarme a cambiar las sábanas y ponerte algo que no te lastimara fueron a dormir a la habitación del bebé - aviso.

Dégel: ¿te dejaron solo durante todo este tiempo? - preguntó preocupado mientras veía hacia su ventana, ya era de día, por el sol suponía ya era casi medio día.

Kardia: tranquilo, es bastante calmado, ni siquiera lloro o medio problemas, se nota que se va a parecer mucho a ti cariño - le dijo mientras el peliverde suspiró.

Dégel: ay Gracias a Dios... - fue lo que susurro.

Kardia: ¿tienes hambre? Puedo prepararte algo para que comas.

Dégel: un poco, pero lo mejor será esperar a que mi madre despierte, acabo de dar a luz y por la lactancia no puedo comer cualquier cosa.

Kardia: no te preocupes, no hay necesidad de esperar yo me encargo - dijo mientras se levantó de la cama y se agacho en el suelo, Dégel confundido vio como saco un libro de debajo de la cama, cuando leyó el título eran recetas de cocina, lo entendió todo...

Dégel: ¿Que significa esto? - preguntó asombrado.

Kardia: ah... por aquí creo que leí algo que puedo darte de comer ahora que estas así - dijo mientras abria el libro y comenzó a buscar.

Dégel: ¿estuviste leyendo eso todo este tiempo por mi? - preguntó incrédulo mientras vio como su esposo levantó su vista y lo vio.

Kardia: Si... prometi ser tu esclavo durante lo que restaba del embarazo y los 3 primeros meses de nuestra bendición, así que me preparé a fondo para no envenenarte lo juro, así como también estuve leyendo libros acerca del cuidado de bebés, así que se que hacer no te preocupes - le dijo mientras volvía a buscar en su libro, Dégel lo veía enternecido por aquel acto, no era secreto para nadie saber que a Kardia no le gustaba leer y tampoco se le daba lo de cocinar, pero había leído y aprendido a cocinar, únicamente para consentirlo a él, sonrió para después decir.

Dégel: muchas gracias por todo Kardia, te amo - esas fueron las palabras que salieron de su boca, para después ver como su esposo se sonrojo al escucharlo, para después verlo, cubrió su rostro con el libro completamente sonrojado mientras escuchaba a su esposo reír, lo hizo sentirse un poco mal, no le decía a menudo que lo amaba, caso contrario de Kardia que a diario se lo repetía, pero tampoco era que le exigía que se lo dijera...

Después de todo Kardia siempre supo que a él no le gustaban mucho las cursilerias, por eso los te amo que el decía, le eran tan especiales al peliazul, además.... que tampoco quería perderse esos sonrojos tan agresivos que esas palabras podían ejercer en su esposo.

Dégel: sabes... me encanta verte así Kardia... - siguió molestando mientras veía como su esposo se escondía más entre ese libro.

Kardia: iré a ver que puedo hacer ahora regreso - fue lo que rápidamente le dijo para después salir corriendo de la habitación, Dégel únicamente se hecho a reír, eso era lo que hacía tan especial y único su matrimonio, aun había cosas que ellos podían usar para conseguir algo que les encantaba que su contrario hiciera.

Vio a su hijo, al cual le tomó la mano con su mano derecha, mientras sonriendo lo veía.

Dégel: quiero ver la clase de persona que seras cuando crezcas, es obvio que tuviste que sacar algo de tu padre y combinado con algo mío además de la apariencia... esto podría ser divertido - le dijo a su bebé mientras jugaba con su manita.

Continuará...

"Él Viaje Hacia Él Mago Escarlata" (Écarlate X Mystoria)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora