sueño profundo

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¿Qué era esa nueva costumbre?
La de que por situaciones espontáneas las llamadas fuesen frecuentadas y sin ningún tipo de vergüenza, si bien los dos eran del tipo prefiero los mensajes había algo en Gian que le hacía elegir una conversación en el momento, a eso se debía la desesperación a que no le conteste los mensajes y los dejara colgado ahí durante horas, quería ahorrarse toda esa espera por eso mismo se encontraba una vez más marcando a Cami por el celular.

—¿Hola? ¿Gian?

—Veo que al final seguis despierta

—No me digas qué llamaste solo para confirmarlo

¿Y qué si era así?

—Para nada, me aburría

Si no estuviesen en inicio de semana definitivamente ese aburrimiento no se lo iba a permitir, pero es que sus reglas le permitan salir de noche, a partir del jueves era distinto, no quería cortar su semana tan temprano ya que la única consecuencia que eso le traía era desempeñarse con menos ganas en el trabajo.

—Mm, ¿no probaste con dormir?

—No tengo sueño, hablemos un rato

Camila accedió a esa propuesta, es más eso le terminaba ayudando a su insomnio de todos los días, quedarse despierta un día más hasta tarde no afectaría en nada al contrario esta vez habría una razón por lo menos.
Las horas pasaban volando durante toda la noche, hubo un momento en particular donde los dos estaban acostados en la cama hasta en la misma posición y se lo hicieron saber al otro, entre los temas de conversación se encontraba la música que escuchaban de fondo a la llamada, artistas poco conocidos a los que deberían dar una oportunidad, coincidieron también en levantarse a altas horas de la madrugada para hacerse una infusión y así continuar la noche, el ruido de la cuchara chocando con la taza era una nueva melodía para identificar que incluso eran capaces de disociar al mismo tiempo cuando le tocaba al otro contar alguna vivencia de secundaria.
Y ninguno de ellos sabía ni se preguntaban el porqué no estaban durmiendo siendo irrelevantes en sus vidas como lo habían estado haciendo esos meses de trabajo, era evidente que tenían un nuevo título en su relación y a este se le podía por fin otorgar el nombre de amistad.
Camila y Gianfranco estaban comenzando a ser amigos, se entendían y encajaban a la perfección, todas las anécdotas diferían en esto pero las risas volvían a confirmar que el humor siempre iba a lograr que todo congenie para ambos, porque aquella fue su primera coincidencia y por ahora podríamos decir que es la que más predominaba en su relación.

—Pero no entiendo cómo es que nunca tuviste novia

—Yo de vos tampoco entiendo, si decis que sos re enamoradiza

—Si negro lo soy, pero lo que me falta a mi es tener levante

—Bueno si te das cuenta nos pasa lo contrario que al otro, a mi no me faltan pretendientes pero si me falta poder tener una mirada romántica hacía alguien

¿Cómo habían llegado a ese punto de la conversación cuando hace unos minutos atrás hablaban de porqué es más satisfactorio la música para dormir que para viajar?

—Igual si soy sincera yo hace dos años estaba muy enamorada

—Con ese chico que te hizo mal ¿verdad?

Buena memoria Gian.

—Si, el marcó mucho mi mirada hacía las relaciones amorosas, siento que antes me daba más chance a aunque sea imaginar

—¿Ni imaginar podés? Al final una mierda era el chabón

—Nose si una mierda pero fue un antes y un después, no quiero volver a sentir nada parecido

Gian se quedó pensando mientras la escuchaba, ese sentimiento de decepción amorosa nunca había experimentado pero si había escuchado a varios de sus amigos estar en esa situación antes, le causaba cierta incertidumbre qué era esa presión en el pecho con náuseas, porqué la gente se desvivía tantos meses por personas que le hicieron sentir más cosas malas que buenas ¿por qué no eran más rencorosos? o acaso ese amor que alguien siente no puede ser tan fácilmente reemplazado por odio.

—Nunca sentí nada igual

—Cualquier persona te diría que suerte, pero yo creo que ayuda mucho a uno para crecer emocionalmente, a veces idealizar personas nos hace cuestionarnos hasta una misma personalidad, yo por lo menos sé cómo no quiero ser

—Quiero sentir algo así

—¿Así cómo?

Encontrar las palabras correctas se presentó como un reto, no quería mencionar ninguna palabra que lo defina como una especie de masoquista ya que si con algo no se sentía identificado era con esa palabra en su máxima expresión, se ve que no tener pareja pudo haber sido una coincidencia pero él ni siquiera pudo darse el lujo de decir que alguna vez se enamoró, imposible negar que varias veces se ahogó por la belleza femenina y se derritió por muchas mujeres, sin embargo eso no se asemejaba al sentimiento de amor, estaba muy lejos de experimentarlo por primera vez, eso aceleraba una frustración temprana que antes no había llegado a tener.
En su cabeza se hizo un breve pantallazo de la cantidad de mujeres a las que había besado, halagado, desnudado, aquellas que llevó a su cama sin jamás darse la chance de despertarse con las mismas, porque si bien realizó el acto con muchas nunca experimentó la intimidad de abrazar la desnudez de alguna para conciliar el sueño juntos.

—Así, como si mi mundo dependiera de alguien aunque sea breve

—Cuando sientas algo similar, yo voy a estar acá

—Me asusta cómo todo parece tan dramático

—Gian el amor es dramático, vas a sentir que estás en esas novelas argentinas que pasaban en la tele cuando eramos chicos, es todo tan intenso que tu vida gira al rededor de una persona que capaz ni te quiere

—Eso solo alimenta mis ganas de ver hasta qué soy capaz de hacer

—Es bastante confuso

—¿Las relaciones?

—Amar a alguien

Un silencio más tardío de lo normal nació de repente, ambos pensaban en sus vidas, en lo que perdían por nunca entablar una relación, una por miedo y el otro por ingenuidad.
Cami sabía lo que era dramatizar el amar a alguien, pero justificaba su pensamiento excusandose con la edad, según ella todos sentimos con más intensidad entre más bajo sea el número de los años, pero la realidad es que no depende de si alguien es adolescente o un adulto, eso no determina cuanto podemos desvivirnos por alguien, más si caemos en cuenta que nos enamoramos tan ciegamente justificando actitudes inmaduras por esto mismo, ese dolor en la panza al pensar en esa persona, sentir que el corazón se convierte en un volcán en erupción, tantas caracteristicas podrían definir que siente uno en el cuerpo cuando amas a una persona, incluso existe el negar el amor a toda costa, justificar que las emociones son intensas propias de la persona es una excusa a no admitir lo que uno siente.

—¿Gian?

Nadie respondió.
Al parecer los pajaros comenzaban a tomar aire así comenzar su canto de todos los amaneceres, en qué momento se había comenzado a desvanecer la noche.

—Buenas noches Giani

No tardó más de cinco minutos en cerrar los ojos y caer en un profundo sueño, normalmente en una rutina normal debería estar buscando una playlist y una buena luz que le ayuden a cerrar los ojos pero esta vuelta no lo necesitó, estaba demasiado relajada como para interrumpir ese estado buscando cosas que no necesitaba. Cayó en un sueño profundo donde su subconciente le haría una proyección de un hombre de espaldas invitandola a enamorarse, otra vez.
Y en sus sueños, ella aceptó. Lo tomó de la mano y le transfirió todos aquellos sentimientos intensos que a ella le sobraba, ahora ambos sentían cosas nuevas llenas de emociones que ninguno había experimentado antes.


romance entre amigos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora