celos

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Lo que más le frustraba era no entender porqué sus sentimientos cambiaron tan repentinamente, venía teniendo unos días bastante regulares y tranquilos, tampoco podía darse el lujo de permitir decir que eran las mejores anécdotas.
La noche era acompañada de miles de suspiros frustrados, intentaba ahogar cada sentimiento fuera de si en alcohol, ya su garganta rogaba por algo suave y dejar esa sensación de que algo lo quemaba en todo el pecho, ni siquiera podía recordar cuándo comenzó a sentir una extraña presión en esa parte de su cuerpo ¿le había caído mal el almuerzo?
Para el colmo seguramente ignoró su llamada, debería sentirse muy afortunada de que él pause la noche por alguien, eso jamás había ocurrido ni tampoco habría ocasión para que vuelva a suceder, venía ignorando las preguntas de todos sus amigos y las distintas propuestas que le llegaban por mensaje. Si algo caracteriza al toro por las noches es concretar un after con una figura femenina a su lado obviando el hecho de que lo divertido es que nadie supiera de quién se iba tratar no hasta el día siguiente que hablaría con amigos a intercambiar experiencias nocturnas.
Pero esta noche era distinta.
No tenía ganas, estaba enojado, incómodo, no entendía con exactitud la razón pero al recordar como Camila ni siquiera le dió oportunidad de preguntarles a dónde iban lo enervaba por completo, la sangre se le subía a la cabeza provocándole un ligero dolor en los costados de la misma, o quizás estaba exagerando la situación, capaz que el dolor era a causa de la música fuerte y la cantidad de shots que había aceptado sin pensarlo dos veces.

—¿Que haces acá solo? — una voz femenina se presentó acompañado de un toqueteo que lo hizo esfumarse de sus propios pensamientos.

Al girar un poco su cabeza se encontró con Domi.
Venía sola y con un vaso de probablemente algún tipo de licor dulce deduciendolo por el color que este tenía, cuando ojeo sus mensajes sabía que había uno allí pendiente a responder, pero no existían las ganas, aunque tampoco quería seguir pasando toda la noche pensando en cómo se divertían sin él, ahí nació la duda en si volvería a casa solo o acompañado, la duda de saber si mañana cuando despertara ese malestar se haya desvanecido junto al enojo y la curiosidad.

—Nada, perdí a un amigo y estaba preguntándole dónde estaba — mintió sin ningún tipo de dificultad, no había necesidad de mencionar a terceras ni cuartas personas en un problema que ni él mismo podía interpretar qué era.

—Te deje un mensaje — pasó una de sus manos por el brazo de este mientras sonreía — ¿No lo viste?

No era necesario verlo para imaginarse qué diría.
Anteriormente le devolvería la sonrisa e incluso se morderia el labio para confirmar una salida, pero por primera vez no había motivación, no quería compañía.
O bueno tal vez si la quería, solamente que de otra persona.

—No, no lo vi perdoname, hoy no estoy con muchas ganas — esperaba con ese mensaje trazar una distancia más que evidente.

—¿Estas bien? — interrumpió sus propios pensamientos al notarla más pega a su cuerpo, le era muy difícil no caer ante ese diablo que tenía a la izquierda de su hombro diciéndole que deje de maquinar su cabeza y actúe con sus impulsos de hombre.

Estaba cansado a su vez de no tener autocontrol a sus intenciones, ¿Tan poco le importaba su persona para actuar con un fin de satisfacción momentáneo? claramente eso no iba a mejorar su estado de humor, o tal vez si pero reiterando la parte de que sería algo que en cuestión de minutos lo volvería a hacer pensar, no lo disfrutaría en absoluto.
Sutilmente con ambas manos rodeó la cintura de Domi y la alejó, algo que dejó a la colorada con una expresión de confusión en su máximo esplendor.

—Entiendo — dijo ella apartándose por sus propios medios — Si cambias de opinión llamame — y así sin más dejó el espacio que estaban compartiendo, inevitable notar cómo se fue con una actitud ofendida, como si la hubiese insultado.

Se quedó navegando en sus propios pensamientos volteando para ver como conocidos y gente que jamás había visto en su vida la estaba pasando bien bailando o conversando, en cambio él estaba estancado en problemas mentales que le hubiese gustado tener un día de semana en la cama, no en el pleno comienzo de gira, para el colmo se sintió bastante frustrado al rechazar el encuentro con Domi, si alguno de sus intimos se enterara de eso definitivamente lo llevarían al hospital pensando que estaba enfermo.
Necesitaría más que una recompensa después de esto, no paraba de imaginar todas las cosas que podría llegar a perdirle a Cami por hacerlo sentir así, perdido. Entendía que ella no le debía ningún tipo de explicación, recién estaban comenzando a tener un vínculo cercano, pero si hay algo que Gianfranco no puede evitar es demostrar ser un hombre celoso y posesivo... de sus amistades, claramente.

Decidió por esa noche pedirse un auto de aplicación un poco más temprano que lo usual, si hablamos de normalidad es cerrar boliche, irse con sus amigos y un par de chicas para finalizar una salida de diez, pero esta no era la típica rutina, interferian mucho el entrometimiento de las voces de su cabeza.
Al salir afuera del oscuro salón visualizo a unos metros a Manu, y no estaba solo.
Estaba con su cuerpo apretado a una mujer, por un momento sintió todo tipo de sensaciones en el cuerpo, podría asegurar que hasta náuseas le dió por un segundo.
Tomó la decisión de acercarse un poco más, si era Cami la que estaba con él iba a ser una especie de descubrimiento horroroso, no podía permitir presenciar que su amigo tome una vez más aquello que comenzaba a despertar interés en él.
Y no hablaba románticamente.
O eso creía.
Solo no le agradaba el hecho de formar un vínculo y que la confianza no sea suficiente para contarle el cómo comenzaron a ser tan confidentes con el otro si apenas estaban fluyendo juntos ellos.
Cuando estaba a una distancia aún lejos pero lo suficiente para identificar el rostro de la chica se quedó mudo.
No podía ser Camila porque la figura era más baja, con un estilo completamente distinto, cabello negro lacio y muy largo, antes de poder seguir analizando el físico, ella se dió la vuelta a cantar un tema aún tomada de la cintura por él.
Era Guada.
Guadalupe estaba con Manu en una distancia muy comprometedora actuando como si lo que sobrará allí fuera la confianza, sintió un pequeño alivio pero no lo suficiente para no estar alarmado. Si algo le destrozaba era ver a su amiga en manos de alguien que podría estar a casi su mismo nivel e incluso decir que lo sobrepasaba, eso no le gustó en lo absoluto.
Pero antes de poder hacer algo para que lo noten el auto que pidió ya se encontraba afuera, lo dejó pasar, iba a fingir que no vió nada de eso hasta que alguna de las dos partes acceda a contarlo por su cuenta, realmente esperaba que alguno de los dos le confiese aquello presenciado en las oscuras.

Subió al auto y comenzó el viaje hasta su casa, acostumbraba a llegar por las mañanas y en esta vuelta aún seguía el cielo oscuro, no pasaban las cinco de la mañana, seguramente hasta sus padres se iban a sorprender de encontrarlo dormido antes de que ellos vayan a trabajar. El viaje fue tranquilo a pesar de algunos temas que se pasaban por la radio, esas tipicas canciones que uno escucha cuando quiere sentir nostalgia, no era él momento porque todo aquello que venía siendo acumulado se iba a proyectar en un solo sentimiento, y rogaba que ese no sea uno tan melancólico como la tristeza o la decepción.
Al llegar a su hogar recordó que hoy la vería por la tarde, ahí iban a tener oportunidad de hablar el como surgió todo y con qué intenciones fueron, si es que este le dió el pie a que ella se ilusione lo iba a molestar mucho ya que eso significaría que estaba jugando a dos puntas con los sentimientos de dos personas a la que él quería bastante, sería capaz de inclusive matarlo por generar cosas en vano. Se acostó en su cama no sin antes retirar cada prenda hasta quedar solamente en ropa interior, dejó el celular cargando para seguir ignorando los mensajes que no se tratarían del único que le interesaba responder.
Algo en lo que pensaba esa noche era que después de resolver los conflictos innecesarios que estaba viviendo era hora de dejar de fingir desinterés a su mudanza, faltaba poco para completar esta y así comenzar su independencia, pensar en eso le provocó que la piel se volviera de gallina, lo más seguro es que tenga que organizar algo para informarlo, tenía que ser una fiesta de esas que lo caracterizaban.

Dejó que su cabeza lo guiara en miles de escenarios, una y otra vez se repetía ver a Manu con Cami saliendo juntos, luego el mismo escenario con Guada ¿Por qué de repente tocaba todo lo que estaba al rededor suyo? antes de poder responderselo a él mismo cayó en el sueño, de a poco el enojo desvaneció por relajación, sus sentidos iban tomando pausa a excepción del tacto con la almohada fría y las sábanas tibias.
Suspiró una última vez para finalizar el día profundamente dormido.




Cami
recompensa?
que consumiste ahora
nos vemos en unas horas
no vengas con olor a sustancia

romance entre amigos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora