Cap-13

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Pedro buscó a Holly, sintiendo el peso del remordimiento en cada paso que daba. Finalmente, la encontró en el parque, sentada en un banco, mirando al horizonte con una expresión perdida en sus ojos.

-"Holly..."-, comenzó Pedro, pero ella lo interrumpió antes de que pudiera decir algo más.

-"No, Pedro. No quiero escuchar nada de ti."-, dijo Holly con voz temblorosa.

Pedro se acercó, sintiendo un nudo en la garganta.

-"Lo siento, Holly. Lo siento tanto."-

-"¿Qué es lo que sientes, Pedro? ¿El hecho de que me hayas destrozado una vez más? ¿O tal vez que vas a tener un hijo y nunca seré nada en tu vida?"-

Las palabras de Holly eran como puñales clavándose en su corazón. Pedro se sentó a su lado, sintiendo la desesperación consumirlo.

-"Holly, te quiero. Siempre te he querido."-

Ella lo miró con incredulidad, sus ojos llenos de dolor y desdén.

-"Te odio, Pedro. Odio lo que hiciste, lo que significaste para mí y lo que nunca serás."-

Pedro tragó saliva, sintiendo un nudo en la garganta. Sabía que merecía cada palabra de su ira.

-"Lo entiendo, Holly. Pero por favor, déjame explicarte..."-

-"No hay nada que explicar, Pedro. Lo que hiciste fue imperdonable. Y ahora, vas a ser padre, mientras yo... yo siempre soñé ser la madre de tus hijos."-

Pedro se quedó sin palabras, sintiendo el peso abrumador de sus propias acciones. Se levantó lentamente, sintiendo como si el mundo se derrumbara a su alrededor.

-"Lo siento, Holly. Lo siento mucho."-

Sin esperar respuesta, se alejó, dejando a Holly sola en su dolor.

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Pedro conoció a Laura en una cena de trabajo. Ella era amable, inteligente y hermosa, y pronto se convirtió en una parte importante de su vida. Pero siempre había un fantasma en la habitación: Holly.

Una noche, mientras cenaban juntos, Laura mencionó a Holly de manera casual.

-"¿Cómo conociste a Holly?"-, preguntó Laura, curiosa.

Pedro sintió un nudo en la garganta, recordando las palabras dolorosas de Holly.

-"Ella era una amiga de hace mucho tiempo. Nos conocimos en casa de Javier."-

Laura asintió, pero Pedro podía sentir su curiosidad.

-"¿Qué pasó entre ustedes? Parece que todavía hay algo ahí."-

Pedro se sintió incómodo, pero decidió ser honesto.

-"Hubo... complicaciones. Nos lastimamos mutuamente y seguimos caminos separados."-

Laura lo miró con comprensión, pero Pedro podía ver el rastro de tristeza en sus ojos.

La conversación se desvaneció y continuaron con su cena, pero Pedro no pudo sacar a Holly de su mente. Cada vez que cerraba los ojos, veía su rostro, lleno de dolor y desdén.

Y luego, la noticia llegó: Laura estaba embarazada. Pedro sintió una mezcla de alegría y temor. Sabía que iba a ser padre, pero también sabía que su hijo nunca tendría la oportunidad de conocer a Holly, la mujer que había sido una vez el centro de su universo.

Y en ese momento, Pedro se dio cuenta de la profundidad de su pérdida. Había perdido a Holly, sí, pero también había perdido la posibilidad de una familia con ella. Y aunque intentara encontrar la felicidad con Laura, siempre habría un vacío en su corazón, un vacío que solo Holly podía llenar.

Pedro se encontraba en una encrucijada emocional. La noticia del embarazo de Laura lo llenaba de alegría y expectativas, pero al mismo tiempo, despertaba un doloroso remordimiento por todo lo que había perdido con Holly.

Aquella noche, mientras Laura dormía plácidamente a su lado, Pedro se encontraba en vela, sumido en un torbellino de pensamientos. Recordaba los momentos compartidos con Holly: las risas, las conversaciones interminables, los sueños compartidos. Pero también recordaba el dolor que había causado, la traición y la herida que nunca había sanado por completo.

Se preguntaba qué habría sido de su vida si las cosas hubieran sido diferentes, si hubiera tenido el coraje de enfrentar sus sentimientos por Holly en lugar de dejar que el miedo y la indecisión lo consumieran. Se preguntaba si alguna vez podría perdonarse a sí mismo por haber dejado escapar la oportunidad de ser feliz con ella.

En medio de sus pensamientos, el sonido de un llanto suave lo sacó de su ensimismamiento. Laura se movió inquieta en la cama, sus manos instintivamente acariciaban su vientre. Pedro se acercó a ella, envolviéndola con ternura, sintiendo la patada suave del bebé en el vientre de Laura. En ese momento, una oleada de amor y responsabilidad lo invadió, reforzando su determinación de ser un buen padre para su hijo.

Pero a pesar de su compromiso con Laura y su futuro hijo, Pedro sabía que una parte de su corazón siempre pertenecería a Holly. Se prometió a sí mismo honrar su memoria y aprender de los errores del pasado, para construir un futuro mejor para su familia. Pero en lo más profundo de su ser, sabía que siempre llevaría consigo el peso de lo que pudo haber sido y nunca fue con Holly.

Rekindling love (Pedro Pascal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora