El chicle de Danielle.

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Al día siguiente, literalmente Haerin parecía un chicle, no se quería despegar de ella, ni siquiera cuando fue hora de recreo y Danielle quiso salir para hablar con BeomGyu y TaeHyun, y eso que ella casi nunca salía en los recreos.

Pero al parecer, BeomGyu y Haerin se llevaban bien. Ni siquiera recordó cuando TaeHyun le tiró un jugo, y BeomGyu no podía estar mejor con eso.

— Sumisos. — Dijo TaeHyun, mirando como los menores se llevaban tan bien, hablando de cosas triviales que para ellos eran importantes. Danielle, que miraba a Haerin hablar con una sonrisa, volteo a ver a TaeHyun y se rió.

Haerin notó que la atención de Danielle no estaba en ella, y sin dejar de hablar con BeomGyu, se acercó a Danielle, tomándole la mano por debajo de la mesa, haciendo que Danielle voltee a verla de inmediato, sin alejar la mano, por lo que Haerin sonrío victoriosa al lograr su cometido.

Al parecer, los cuatro podrían llevárselas bastante bien.

Mas tarde ya en la hora de la salida, Haerin hacia un pequeño berrinche a Danielle para que no se fuera, no quería alejarse de ella

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Mas tarde ya en la hora de la salida, Haerin hacia un pequeño berrinche a Danielle para que no se fuera, no quería alejarse de ella. Ella también sentía esa calidez y tranquilidad estando junto a Danielle, pero lo manejaba algo diferente.

— Pero Haerin, tengo que ir a mi casa. — El lugar estaba solo, solo estaban ellas dos y algunas personas del personal de limpieza, por eso Haerin estaba abrazando a Danielle y está le correspondía sin ningún problema.

— Puedes venir a la mía. — Tenia los ojitos cristalizados. Danielle tenía que en algún punto comenzara a llorar, nunca fue buena consolando a la gente, por lo que al ver a Haerin así, entró en pánico.

— ¿De verdad? — Sus padres no estaban en casa, y seguramente aunque estuvieran, ni notarán que no está, así que bueno, podría ir.

Haerin asintió eufóricamente y se pego al pecho de Danielle, abrazándola más fuerte, y escondiéndose en el espacio entre el cuello y el hombro de la misma.

Eso le pareció tierno a Danielle, una sonrisa de le escapó sola.

— Bueno, bueno, está bien. Iré a tu casa. — Se rindió, es que, ¿Quien se negaría a Haerin? Porque ella no.

Haerin se separó al instante luego de escuchar eso, la tomo de la mano y entrelazó sus dedos, miro sus las manos unidas por unos momentos, al igual de Dsnielle, ambas estando de acuerdo sin saberlo de que se veian bien juntas, claro, de diferentes formas lo pensaron, pero al final, era lo mismo.

Haerin se separó al instante luego de escuchar eso, la tomo de la mano y entrelazó sus dedos, miro sus las manos unidas por unos momentos, al igual de Dsnielle, ambas estando de acuerdo sin saberlo de que se veian bien juntas, claro, de diferentes...

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Ambas estuvieron todo el trayecto tomadas de las manos, que no era taaan largo, pero si quedaba algo lejos. Al estar al frente de la casa, Haerin tocó la puerta, y Danielle hizo el amague de soltar su mano, pero Haerin no la dejo, quedándose con las manos entrelazadas.

Pronto se abrió la puerta, dejando ver a una versión más madura y adults de Haerin, sin lo ojos tan gatunos, pero del resto, era igual a ella. Con una sonrisa alegre al ver a su hija con otra chica, amablemente se mueve a un lado diciéndo con suave voz unos "pasen, pasen"

— Hola, mamá. — aún con sus manos entrelazadas se hacerca a su madre y la abraza. Su madre ahí notó las manos, solo siguió sonriendo, no dijo nada más.

— ¿Vas a comer aquí, linda? — Pregunta la mujer. Haerin al instante frunce su ceño.

— Es Danielle, y sí. — Su madre mira mal a su hija.

— ¿Qué te he dicho, Haerin? Deja que Danielle responda. — hizo énfasis en el nombre de la chica.

Haerin hace un sonidito. Haciendo reir a Danielle.

— Sí, sí voy a comer aquí, claro, si usted me lo permite. — Respondió Danielle, mirando como Haerin jugaba con su otra mano libre, con la que ella también tenía libre.

La señora sonríe ante eso. — Claro, eres bienvenida, Danielle. Aún no está lista, si quieren van al cuarto de Haerin y yo les aviso cuando esté lista. — Propuso.

Haerin ni se lo dejo pensé cuando la jaló rápidamente para subir unas escaleras y en la primera puerta, entrar.

Era obvio que ese era su cuarto. Las pareces eran un color rosa pálido, una gran ventana con cortinas blancas con fresitas, bastantes poster de fresas y cosas alusivas a ellas, también con lindos adornos de fresas también. Tenía un escritorio color blanco, con una lámpara en forma de fresa y una computadora llena de stickers adorables, un televisor, un sofá también blanco, con cojines en forma de fresas, y finalmente una cama algo grande para una sola persona, con bastantes peluches.

Haerin la empujó para que se sentara en el sofá, y se fue a la puerta que pasó desapercibida, pero ahora venía que era un closet, y ahí rebuscó mucho hasta encontrar una linda caja de madera con un tierno cantado de corazón. Le dejó la caja en sus manos, y busco también la llave, cerrando el closet y sentándose junto a Danielle.


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Chica Fresa ; DaerinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora