Hija del Mar (Pausada)

DIECISIETEAVA PARTE

El aire fresco me golpeó la cara mientras salía al exterior. No me detuve a mirar atrás. Tenía que encontrar a papá y salvar a mamá. No importaba lo que costara.

Corrí a través del bosque, mis pies apenas tocando el suelo. El rugido del león de Nemea resonaba en la distancia, pero no podía darme el lujo de detenerme. Mamá me había dado una dirección clara: dirigirme al punto donde papá y el pegaso Blackjack habían estado antes de que todo esto comenzara. Era mi única esperanza.

A medida que avanzaba, los árboles comenzaron a clarear y vislumbré un claro. Mi corazón dio un vuelco de esperanza. Si pudiera encontrar a Blackjack, podría llegar a papá más rápido.

—¡Blackjack! —grité, con la voz quebrada por el esfuerzo—. ¡Porcha!

Un relincho resonó desde lo alto y vi una sombra oscura descender hacia mí. Porcha aterrizó suavemente, sus grandes ojos expresando preocupación.

—Porcha —jadeé—, necesitamos encontrar a papá. Es urgente.

Sin perder tiempo, me subí a su lomo, aferrándome a su crin. Porcha se elevó en el aire con un potente aleteo, y mi corazón se llenó de una mezcla de miedo y determinación.

Volamos a gran velocidad, dejando atrás el bosque. La vastedad del cielo nocturno se extendía ante nosotros, y las estrellas brillaban como faros de esperanza. Finalmente, vislumbré una figura familiar en el suelo. Papá.

—¡Papá! —grité con todas mis fuerzas, esperando que pudiera escucharme.

Blackjack giró en el aire y descendió rápidamente. Papá levantó la vista, su rostro se llenó de alivio al verme.

—¡Charlotte! —corrió hacia nosotros cuando aterrizamos—. ¿Estás bien?

Salté de Porcha y corrí hacia él, abrazándolo con todas mis fuerzas.

—Papá, mamá está con Luke —dije, mis palabras atropellándose unas con otras—. Luke está vivo, y tiene a mamá. Tenemos que salvarla.

Papá me miró, su expresión se endureció. Podía ver la preocupación y la furia en sus ojos.

—¿Dónde está? —preguntó, su voz firme y decidida.

Le di las indicaciones lo mejor que pude, recordando cada detalle que mamá me había dado. Papá asintió y me ayudó a subir de nuevo a Porcha.

—Vamos a salvarla —dijo, montando a Blackjack—. No dejaré que Luke se salga con la suya.

Nos elevamos en el aire, dirigidos por la determinación y el amor. Volamos hacia la cueva, preparados para enfrentar lo que sea necesario.

Mientras nos acercábamos, pude ver que el lugar estaba custodiado por más monstruos. Papá intercambió una mirada conmigo, su determinación inquebrantable.

—Nos haremos paso —dijo—. Cuida de Porcha y sigue mis instrucciones. Vamos a sacar a tu madre de ahí.

Asentí, aferrándome a la crin de Porcha con una mezcla de miedo y esperanza. Juntos, nos lanzamos hacia la batalla, preparados para enfrentarnos a Luke y a cualquier cosa que intentara interponerse entre nosotros y mamá.

La lucha sería difícil, pero no estábamos solos. Con papá a mi lado y la esperanza de liberar a mamá, sabía que podríamos lograrlo.