Capítulo 18

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LA CONDENA DE SER QUIEN ERES


No paso demasiado tiempo para que los demás comensales comenzaran a murmurar, señalar y mirarlos. Acaban de exponer el disfraz del alfa y, junto con él, también al omega.

— Es él... es el omega en la televisión. — Escuchó Izuku sintiendo el mundo encima

— Ese debe ser Shoto, el héroe de la pantalla

— Oh, ¿Acaso no se trata de ellos dos?

— Ese no podría ser Shoto. No vendría a un lugar como este

— Pero mira al omega. ¡Es él!

Toda la atención comenzó a dirigirse a ambos. No era nada similar a las veces pasadas en las cuales hablaban mal de Izuku en un restaurante o incluso en la escuela.

¡Todas estas personas estaban señalándolo! ¡Susurraban de forma descarada y ni siquiera sabía que hacer!

Su relación y embarazo se proyectaba en las pantallas del comedor. El teléfono del alfa comenzaba a estallar con llamadas y todo... todo comenzaba a oscurecerse.

¿Era un ataque de pánico?

— ¡Hey! ¿A dónde vas?

Que les importa.

— ¿Qué crees que haces, omega? — Haber empujado a un tipo no pudo frenar a Izuku

— ¡Es él!

Cállate. Cierra la maldita boca, por Dios.

— En la televisión dice que esta embarazado. — Cerca de salir del maldito establecimiento, unas jóvenes lo sostenían de la muñeca y se aprovechaban de tocar su vientre.

Oh... eso enserio lo hizo enojar...

— ¡No me toques, perra! — Los ojos del omega eran afilados. Una fuerte furia recorría al muchacho quien únicamente trataba de proteger a su bebé.

Ni siquiera conocía a la maldita como para asegurar que no le hiciera nada.

Izuku salió con las emociones a flor de piel. Había vislumbrado que habían bloqueado el camino de Shoto al reconocerlo, pero, él no podía darse el lujo de quedarse ahí y esperar.

Lo único que necesitaba con urgencia, era salir de ahí.

Escapó del restaurante corriendo sin cuidado. Se estrelló con varias personas durante todo su camino, pero, al llegar a lo que parecía ser un callejón, ingresó con sigilo. Respiró lo mejor que pudo para poder tranquilizarse y, tras dejarse caer apoyado de una pared, golpeó su cabeza sintiéndose estúpido.

Él reconocía la foto donde mostraba su sortija. Reconocía las imágenes de cuando besaba a Shoto en el asiento del conductor. Así que, ¿Cómo pensó que Camie no haría algo tan sucio?

— ¡Ah! ¡Pero que imbécil! — Se regañó al recordar aquello.

Había actuado como un omega presumido y celoso. Quería gritarle al mundo que tenía al mejor alfa a su lado y, ahora, parecía ser que otra omega se había encargado de hacer eso por él y de la peor manera posible.

Permaneció escondido por lo que pareció una eternidad, sin embargo, cuando menos lo pensó, vibró el teléfono en su bolsillo.

Hasta apenas ahora se percataba de que no lo había apagado, lo que mandó un escalofrío por haber cometido tal error.

— ¡Carajo! — Exclamó arrojando el móvil contra la pared.

A penas pudo ver el nombre de Toga cuando se percató que debía destruir esa cosa antes de que-

Me rehúso [Tododeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora