Capítulo 12

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NUNCA ES TARDE


El cuerpo del omega temblaba bajó el peso del bicolor. Shoto todavía se sostenía al ejercer presión sobre sus muñecas y, su expresión, era indescifrable después de que Izuku mencionara a su destinado.

En esta vida, había cientos de motivos por los cuales Shoto podría dejarlo, pero, si alguno de ellos tuviera un peso particular, ese sería que Izuku tenía un destinado, porque, incluso si el omega rechazaba al mismo, nada de eso solía tener valor cuando al final del día, era común que los omegas y alfas elegidos para pasar la eternidad, lo hicieran.

La boca del alfa se abrió y cerró en varios intentos de decir algo, aun así, nada salía de la boca de Todoroki cuando a ojos del pecoso, no sabía que decir.

¿Cómo culparlo? Shoto no tenía un destinado. No podría comprenderlo de ninguna forma que no fuera a través de la educación que hubiera recibido y, a decir verdad, Izuku no creía que eso fuera suficiente para entenderlo.

Había sido tonto decirle algo así a su pareja.

Los ojos verdes del muchacho volvieron a lagrimear y, en un deje de desesperación por no haber obtenido respuesta y con la vergüenza a tope por su torpeza de haber dicho aquello, Izuku volvió a forcejear.

— Suéltame, Shoto. — Pidió de forma lastimera.

A pesar de haberse entrenado, a pesar de conocer su fuerza, ¿Por qué razón se mostraba tan débil?

— ¡Suéltame, suéltame! — Chilló con desesperación. — ¡Por eso no quería decirlo! ¡Déjame ir, Shoto! ¡Déjame ir!

Sin embargo, aun en su trance, Todoroki no aflojaba el agarre en las muñecas del pecoso. Para este punto, sería lógico decir que estas dejarían alguna marca por días, pero él, simplemente no podía dejarlo ir. Tenía el fuerte presentimiento de que, si dejaba que Izuku se fuera, él jamás volvería a su lado. Aun si no sabía que decir o cómo actuar, tenía por seguro que no quería perder a Izuku... su Izuku...

— ¿Ves? — Sonrió con desespero el alfa. — Te dije que sin importar que fuera, no iba a dejar de amarte.

Izuku se detuvo al instante. Observó los determinados y tristes ojos del alfa y, a pesar de todo, pudo distinguir claramente su sinceridad.

¿Cómo podía seguir diciendo eso?

¡Había encontrado a su destinado! ¡Eso por sí solo era una sentencia! Su relación, su convivencia... todo eso se había acabado desde el momento en el que se había reencontrado con su alfa, así que, ¿Cómo podía Shoto aferrarse a algo que no tenía futuro?

¡Izuku debía huir!

Pero, entonces, ¿Por qué había dejado de luchar contra Shoto? ¿Por qué su cuerpo temblaba con una paz inigualable? ¿Por qué seguía ahí?

— ¿Por qué seguirías haciéndolo? — Lloró en incomprensión. — Soy un caso perdido, Shoto... Hasta un alfa como tú, debería saber que estar conmigo es lo mismo que desperdiciar su tiempo.

— Jamás sería un desperdicio.

— ¡Es mi destinado! — Exclamó frustrado. — Mi omega me obligará a hacerlo.

Shoto sonrió aflojando un poco el agarre. — Pero estas aquí. Lo encontraste y, aun así, viniste aquí...

Los ojos del omega se abrieron grandes. Ni siquiera había pensado el asunto de esa forma. Era cierto que su omega le suplicaba escuchar a Katsuki y quedarse a su lado, pero al final, él realmente había rechazado el tenerlo cerca... había corrido directamente hasta su alfa...

Me rehúso [Tododeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora