Capítulo 9

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ENLAZADOS


La primera vez que Todoroki vio a Izuku, fue cuando el omega bailaba en aquel club de rango medio, un local que fácilmente podría ser confundido por un antro, pero que, para el héroe, resultaba mil veces mejor que cualquier otro club donde pudiera ser reconocido y acosado como había pasado anteriormente.

En aquel entonces, el alfa no esperaba que las cosas con aquel omega fueran a escalar de la forma en la que lo hicieron, sino que, muy por el contrario, esa noche solamente necesitaba un desfogue. Una forma de relajarse o de al menos, sentirse bien, pues, la última temporada que había tenido el héroe, no había sido para nada grata en los medios gracias a la reportera Camie Utsushimi, quien después de haberlo perseguido bajo un seudónimo, había tratado de conseguir una noticia tras dormir con el popular alfa, algo que finalmente, no resultó.

Todoroki había leído a la muchacha enseguida. Ella actuaba diferente, él no negará que dudó un momento sobre su juicio, pero, cuando la omega demostró ser igual al resto del mundo, todo quedó claro. Camie, como todos en su mayoría, no lo conocía. No estaba interesada en conocer a Shoto Todoroki, ella, tenía un objetivo al igual que todos y, aunque no era el dinero bajo aquel poderoso nombre, sí lo era la noticia que podría elevar su carrera.

Ah. Finalmente, las personas no son diferentes, ¿o sí?

Desde que Shoto recuerda, él siempre había sido alguna clase de trofeo, no solo ahora que formaba parte de los héroes más importantes y reconocidos, sino que, desde muchísimo antes, cuando se trató de un cachorro en brazos de su madre, lo fue. Cuando el alfa abandonó el seno de su madre, su destino fue completamente sellado.

Algunos podrían hablar de forma estúpida y con envidia sobre su vida y educación. Un alfa que nace en el seno de un linaje perfecto, con una cuchara de plata bien colocada entre sus labios y con una ventaja que muy pocos podrían tener. Incluso ahora, había quienes creían que su relevancia, era pura mierda comprada con la fama del progenitor y, con mucha razón, muchos lo creerían.

La vida de Shoto, parecía comprada. La perfecta combinación de quirks que le había brindado uno doble, la perfecta educación que el cachorro recibiría en casa por parte del segundo héroe más popular, y la perfecta escuela a la que finalmente se le permitió ingresar cuando alcanzó la preparatoria. Todo en su vida, parecía perfecto y estéril.

El hijo de Endeavor que, como debería ser, seguía los pasos de su padre por una meta que el alfa de mayor edad, no había podido alcanzar jamás.

Un alfa que había venido al mundo para vivir la vida de alguien más.

Por supuesto que aquello, atraería la atención de varias personas. Muchos que alababan su vida, la envidiaban y la añoraban, muchos que, por mero interés de las sobras, se acercaban con tal de conseguir algo de lo que el alfa, vivía todos los días.

Un consejo por parte de un héroe influyente como era su padre, alguna clase de conveniencia financiera cuando Shoto lucía como el alfa que lo tenía todo, o incluso solamente el estatus de ser quien estaba cerca de él en cualquier momento.

Era sofocante. Era agotador.

¿Quién se acercaba de forma sincera? ¿Quién se acercaba de forma convenenciera?

Lo que en un principio resultaba confuso y cansado, poco a poco se hizo un hábito. Reconocer a todos aquellos falsos de aquellos que eran reales, resultó sencillo, pero no menos doloroso.

Fuyumi, Natsuo, solamente ellos lo trataban con algo de normalidad. Solamente de ellos reconocía la sinceridad y vaya que eso era jodido. Habiendo tenido una educación en casa hasta los 15 años, nadie más estuvo a su lado, ni siquiera sus hermanos, quienes, a temprana edad, no podrían despreciarlo más por acaparar la atención de ambos padres, porque incluso entonces, existió la envidia.

Me rehúso [Tododeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora