Parte 6

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Al día siguiente, Axel, preocupado, se comunica con el teniente Rodríguez para informarle sobre lo que les dijo El Mugre.

—Necesito que, apenas tengáis la dirección exacta, te comuniquéis conmigo y me la deis para enviar al Grupo Tarea y evitar que maten a esas personas —le indicó el teniente Rodríguez a Axel—. Recuerden que ustedes son agentes especiales de la policía y no pueden disparar a nadie, al menos que sea para salvar sus vidas o las de terceros.

—Teniente, ¿cómo cree usted que debemos ganarnos la confianza de El J.J. si no vamos a hacer lo que él nos diga? —le preguntó Axel.

—Yo entiendo sus posiciones, pero somos profesionales y debemos pensar de una u otra manera cómo salir de esto —explicó el teniente Rodríguez—. Pase lo que pase, tendrán el apoyo de la UTS.

—Está bien, teniente. Le estaremos informando —dijo Axel y termina la llamada.

Al caer la noche, El Mugre ordena a Axel, Adam y a varios hombres más que se alisten para salir en busca de la pandilla que les ha estado causando problemas.

—Si ya están listos, vámonos entonces —dijo El Mugre a los chicos.

—¿A qué sector o barrio vamos? —preguntó Axel a El Mugre.

—Eso no te incumbe. Solo traigan chalecos antibalas, que esto se va a poner feo —advirtió El Mugre.

Axel no encontraba la manera de darle información al teniente Rodríguez, lo que podría empeorar las cosas para él y Adam. Sin embargo, decidieron ir sin ofrecer resistencia para que El Mugre no sospechara de ellos.

Al llegar a la zona, un barrio al norte de la ciudad, El Mugre, acompañado de los chicos y de otros hombres, comienza a recorrer el sector donde aparentemente se encontraban los maleantes que querían apoderarse de las ventas de drogas en dicho sector, las cuales pertenecían a El J.J.

Axel le envía un mensaje de texto al teniente Rodríguez, indicándole aproximadamente el lugar. De inmediato, el Grupo Tarea, comandado por el sargento Simancas, se dirige al sitio indicado por Axel.

El Mugre visualiza a tres integrantes de la pandilla que buscaban y, de inmediato, ordena detener el vehículo y se baja disparando. Abate a uno de ellos mientras que los otros dos responden, iniciando un intercambio de disparos. Segundos después, llegan más integrantes de la pandilla, dejando a El Mugre y a sus hombres en desventaja, obligando a Axel y Adam a unirse al enfrentamiento. En un momento dado, El Mugre se queda sin municiones, lo que permite a un integrante del otro bando acercarse para matarlo, pero Axel y Adam lo sorprenden y lo eliminan. Justo en ese momento, llega un helicóptero de la UTS con el Grupo Tarea a bordo.

—Mugre, vámonos, llegó la policía —indicó Axel.

—Gracias a los dos por salvarme la vida, se los voy a agradecer siempre —dijo El Mugre.

—Tranquilo, somos un equipo —respondió Axel a El Mugre—. Adam, salgamos de aquí.

Axel, Adam, El Mugre y algunos sobrevivientes se montan en sus vehículos y logran escapar de la escena mientras el Grupo Tarea se enfrenta a la banda enemiga. Al llegar a la hacienda, El Mugre busca de inmediato a El J.J. y le informa de todo lo sucedido.

—JJ, necesito hablar con usted —pidió El Mugre.

—¿Acabaste con la pandilla del norte? —preguntó El J.J. a El Mugre.

—No, señor. Eran demasiados. Tanto así que, si no es por El Puma y El Panda, me hubieran matado. Además, llegó la policía en helicóptero —contó El Mugre.

DOS FALSOS POLICIASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora