Yoongi.
La oscuridad de la noche ha opacado a las estrellas del cielo.
Llevo más de una hora de pie en el balcón de la habitación, tratando de encontrar más señales de cambio; el silencio es pesado, la soledad no es del todo una realidad porque va acompañada por una neblina que se mezcla con el aire que respiro y que pesa en mi interior.
Un estruendo lejano sacude las macetas de plantas a mi derecha, miro más allá de las murallas de Kalaí. No puedo ver lo que pasa, pero mis huesos lo sienten, mi alma lo reclama y mi corazón enfurecido late con la fuerza de miles de caballos de guerra.
De repente, un cuervo se sitúa en el pilar de roca que tengo al frente, sus ojos rojos me miran fijamente por unos instantes hasta que la imagen se desvanece dejando en su lugar la presencia de NamJoon.
Y por su expresión, sé que está ocurriendo lo que temía.
—El caos en Drakoria ha comenzado a extenderse —informa, con su expresión difícil de ignorar—. Las bestias rugen en sus cuevas, los dragones en sus fosas de fuego, mientras que la fuerza de los soldados sigue desvaneciéndose —niega con la cabeza—. Las filas principales han sido destruidas, pero el coraje que mantiene el miedo a raya continúa presente en cada uno de ellos.
—No durará —digo, apretando el muro hasta que mis nudillos pierden todo rastro de sangre.
La conquista de ese imperio es todo un enigma. Se necesita mucho más que valor y fuerza para poder controlarlo, se necesita de ambición, de maldad, lo suficiente para llevarte a cometer el peor de los actos como lo es manchar tu propia alma con el veneno del dragón rojo.
—Hice lo que me pediste —habla NamJoon, su voz levemente afectada—. La sacerdotisa del aquelarre está esperando en el castillo de Valkar. Por favor... dime que no harás lo que estoy pensando.
No le respondo de inmediato, sé que desde hace mucho sabe mi respuesta, de lo contrario, no se hubiese molestado en encontrar a la sacerdotisa Idrien.
Sabía lo que vendría con mi victoria. En presencia de la adoradora de la luna negra debo escalar la montaña de la tormenta y hacer el ritual, solo de esa manera podré tener absoluto control de esas tierras. Pagaré un precio alto, pero la recompensa que me aguarda será infinita.
—No me gusta esto —dice NamJoon, cuando mi silencio se prolonga—. Es muy peligroso el ritual, Yoongi. Las probabilidades de muerte son altas.
—No hay opción —repongo tranquilo—. El imperio conquistado en tan letal como su precio a pagar. Lo que no imaginaba era que sucedería tan pronto.
Mi deber es enfrentar todo lo que viene luego de la victoria. No puedo exponer a mi ejército a una lucha eterna. No quiero ser el rey que gobierna a medias. Si retrocedo ahora muchos imperios caerán bajo la amenaza de las bestias, Luar sería el primero en hacerlo gracias a que el bosque de Barial lo conecta directamente con el territorio de fuego. Sería una masacre que por supuesto no permitiré que suceda.
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La joya del monarca ⚔︎ YM
RomanceExiste una antigua leyenda que cuenta la existencia de cuatro grandes reinos. Parklared y su grandeza. Kalaí y su entereza. Orien y su nobleza. Luar y su fortaleza. Los escritos ancestrales cuentan la historia de un príncipe, cautivo y justo que, po...